Alegato contra los estigmas: patrimonio cultural. Y punto.

España es un lugar de prejuicios, o mejor dicho, de prejuiciosas y prejuiciosos. En la segunda década del Siglo XXI y que todavía tengamos que estar erre que erre con discursos que debieron resolverse tras la dictadura criminal que sufrió este país.

España es un país que crea espectáculos sangrientos y sádicos donde se torturan animales en público, y al matarife lo llaman «Maestro». Un país donde se da rienda suelta a lo más paleto de la sociedad para que en un arrebato de adrenalina y estulticia se suelten por las calles toros y vacas para el regocijo de lo más ágrafo y violento que reside en nuestros pueblos. España es un país de cobardes y de necios, que aplauden a un Borbón por el mero hecho de serlo. ¡Que suerte tienen el Juanca y su progenie! España es un país que denosta la cultura en pro de tradiciones caducas, dando la espalda a un legado artístico REAL, y no cacareado con golpes en el pecho. España es un país que denosta su Patrimonio. España es un país que estigmatiza al Rock and Roll.

Desde, por poner una fecha1, 1964, pero también mucho antes, al menos en Buñol (y en muchos más pueblos y, sobre todo, ciudades), los conjuntos en directo comienzan a interpretar repertorio de rock, e incluso a componerlo. La maquinaria creativa de miles y miles de personas en todo el país, y decenas y decenas de ellas solamente en Buñol, no ha parado de producir Obra en todo este tiempo, pero la visión tópica y típica que se ha desarrollado, y permanece, de la gente relacionada con el arte a través del rock, ha seguido en el imaginario colectivo, azuzados continuamente sus rescoldos por los medios de comunicación generalistas, y apoyado por una masa gris e irreflexiva, pero masa, al fin y al cabo.

Hace décadas que los trabajos acedémicos, ya bien sobre la estética, la práctica, los constructos sociales, los sistemas de aprendizaje, la cultura específica, etc, que se escriben, son bien recibidos por las universidades y por las bases de datos oficiales de conservación del conocimiento, que gozan una buena salud de descargas por investigadoras e investigadores de todo el planeta; que se escribe cada vez más, que los archivos de conservación crecen, sobre todo los del underground, que se pone de manifiesto cada día, que hay más medios especializados, que hay más difusión que nunca… pero da igual, somos unos peludos que hacen cuernos con los dedos anclados en los 70. PUES NO.

Somos gente de todo tipo que ya nos hemos cansado de ser una caricatura, somos creadoras y creadores, artistas, intérpretes, y tenemos en nuestras manos un PATRIMONIO CULTURAL que es denostado sistemáticamente en prácticamente todas partes por gente que no tiene ni idea, absolutamente, de lo que tiene entre manos2.

Los días de actuación, los precesos creativos en los ensayos, la generación de obra (sólo en Buñol hay decenas de horas de música grabada profesionalmente, imagina lo que hay en soportes caseros), el arte, la cartelería, la inventiva, fanzines, creatividad, performance, estilos, etc. Todo esto conforma un patrimonio cultural enorme. ¡¡Y nuestro!! De todas y todos los buñoleros. 

Por lo tanto, empezar a considerar las artes más allá de las bandas de música, en Buñol, sería un buen ejercicio de progresismo, y un buen punto de partida es reconocer la tradición de más de medio siglo de agrupaciones musicales adscritas a este género, adyacentes, e incluso estilos urbanos más actuales, ya que nos permitiría una mayor difusión y conservación del patrimonio y nos haría mejores como sociedad (un gran paso fue abolir la barbarie taurina en Buñol. ¿Por qué no un paso más?).

Para terminar, me gustaría apostillar que estoy absolutamente convencido de que si, cuando se presentó la candidatura de Buñol para ser declarada «Ciudad Creativa de la Música», se hubiera incluído en la candidatura todo lo que se ha hecho más allá de las sociedades musicales, o sea, a través de la tradición de grupos de rock –las diferentes asociaciones, su archivo histórico, discografía publicada, etc.–, ahora Buñol sería «Ciudad creativa de la Música» declarada por la Unesco, pero las y los políticos prefirieron regocijarse en su ineptitud y desconocimiento y aportar sólo lo que las otras opciones aportaban, sin añadir lo que nos hace únicos, lo que nos diferencia y enriquece, nuestro propio patrimonio cultural.

Espero que no se repita, pero ya sabemos que el ser humano es capaz de tropezar con la misma piedra una y otra vez, y echarle la culpa a quien la señaliza.

1 Se suele aceptar 1964 como un año clave en la entrada y auge del Rock and Roll, a través principalmente de The Beatles, como un año de inicio en la creación de conjuntos musicales de esta índole en España.

2 Hace años, se me invitó a una charla sobre este asunto con concejales de cultura, alcaldesas y alcaldes, y lástima que no se grabara, porque tras una argumentación lógica, solo se demostró el desconocimiento absoluto de la materia por parte de esta gente, pero lo peor, a mi modo de ver, fue la bravuconería con la que algunos defendían su ignorancia.

Enrique Hernández Pérez
Posgrado en Música Popular y otras Músicas

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