Alimentación Consciente

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“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina.” Ya lo dijo Hipócrates de Cos, considerado padre de la medicina moderna, en Grecia, en el siglo V a.C., y esta frase recobra todo su significado cada vez más en la sociedad actual.

Cuando una persona se plantea cambiar su alimentación es, sobre todo, por un problema más o menos grave de salud (intolerancias alimenticias, colesterol alto, azúcar en sangre…) o por sobrepeso. También hay quien, por motivos morales, decide no consumir alimentos de origen animal, aunque no por ello su alimentación sea la más adecuada.

Pero, ¿por qué no nos planteamos cambiar nuestra manera de alimentarnos simplemente para hacer que nuestro organismo funcione mejor y dure más? A nadie se le ocurriría echarle gasolina a un vehículo diesel. ¿Por qué entonces darle a nuestro cuerpo un combustible que no es el más adecuado? El problema es que no nos planteamos cual es el motivo por el cual comemos. La mayoría simplemente come porque tiene hambre, sin pensar en que no es lo mismo comer que nutrirse.

En efecto, todos los alimentos que ingerimos tienen un efecto más o menos directo sobre nuestro organismo. Un ejemplo claro, algo extremo, sería el del consumo de alcohol o de drogas, que nos causan un efecto bastante inmediato. Otro caso sería el del consumo de alimentos picantes para cierta parte de la población con problemas de hemorroides. Pues bien, todos los alimentos tienen algún efecto en nuestro organismo, aunque no lo notemos tan claramente. Por tanto, podemos afirmar que aquello que ingerimos va a determinar nuestro estado de salud, y así podemos entender la frase que Hipócrates pronunció hace ya más de 25 siglos. ¿Por qué esperar a tener un problema de salud grave para intentar alimentarnos correctamente? Este es el primero de una serie de reportajes que nos van a enseñar a llevar una alimentación consciente, que nos permitirá tener más energía, mantener un peso natural y un buen estado de salud, sin pasar hambre.

Pero no todo va a ser tan bonito, porque vamos a cuestionar el modelo de alimentación actual, basado en la gran cantidad de productos procesados que nos ofrecen los grandes supermercados, que tantos problemas de salud están causando poco a poco en nuestra sociedad. Vamos a intentar volver hacia una alimentación más cercana a lo que hasta no hace mucho conocíamos como dieta mediterránea, a la cocina de nuestras abuelas, a la cocina del sentido común, mucho más natural y que nuestro organismo va a digerir mucho mejor. En el camino cuestionaremos alimentos tan habituales como los lácteos, el azúcar, los cereales refinados (arroz blanco, trigo blanco, harinas refinadas…) o el excesivo consumo de carne. ¿Y qué vamos a comer? No te preocupes, porque también descubrirás una gran cantidad de nuevos alimentos que pronto serán imprescindibles en tu vida. Sólo te voy a pedir una cosa: prueba un mes y luego me cuentas.

Nuevos hábitos a tener en cuenta

  • Vuelta a la cocina tradicional y natural.
  • Vuelta a la cocina casera.
  • Consumo de alimentos locales y estacionales.
  • Si es posible, ecológicos.
  • Productos integrales, sin procesar, sin refinar.
  • Muchos alimentos vegetales y pocos de origen animal.
  • Alimentos alcalinizantes, que refuercen nuestro sistema inmunológico y nos den un nivel óptimo de energía y vitalidad.
  • Podemos ir olvidando el consumo de azúcar. Tranquilos, hay sustitutivos.
  • Descubre la gran variedad de proteínas vegetales, y reduce el consumo de carne.

Manolo Marzo Zanón.
elecologicodelahoya.com

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