Aquel Verano del 64 y San Juan del 68… Clamor popular para la modernidad. Parte 2.

Continuamos donde lo dejamos hace dos meses, ya que el mes pasado tuvimos el magnífico artículo de Sara Escorihuela, que, si no lo has leído, léelo, que no te dejará indiferente.

Veníamos hablando de dos momentos importantes en la historia musical de Buñol, y el primero data de 1964, en Borrunes, en lo que sería la primera actuación de Los Radars.

Verano de 1964, en el descanso de otro concierto, se asiste al primer alboroto público en una actuación musical que aparece reseñado en la prensa local del Buñol de aquellos años.

La actuación de Los Radars, recuerdan algunos asistentes, fue toda una conmoción. Interpretaron dos canciones de The Shadows (el grupo mas versionado por la agrupación en toda su trayectoria), y recibieron una calurosa acogida de un público que, por otra parte, y en su gran mayoría, no había experimentado el sonido en directo de una guitarra eléctrica. 

La semana siguiente, en el baile, donde debía actuar otra agrupación, el público se negó a entrar al recinto de manera espontánea. Viéndose la organización en apuros, se decidió a suprimir para esta ocasión el precio de la entrada para así conseguir la afluencia de público, pero ni siquiera de esta manera quiso gran parte de la gente entrar a ver la actuación, ya que lo que el público presente manifestaba era una petición explícita para ver a Los Radars. Así me lo contó Miguel Torres, entre otr@s:

«Era la primera vez que se oían guitarras eléctricas en Buñol, un grupo de guitarras eléctricas, y no tocábamos «ná», tocamos un par de canciones y salieron como salieron» (Torres, 2010: oral). 

Al encontrarse una situación de rebeldía por parte de la gente, las autoridades llamaron a la Guardia Civil, que verbalmente invitó al público a entrar en el recinto, pero éste, una vez más, se mostró reacio. Poco a poco se fueron acalorando los ánimos hasta que las fuerzas del orden intentaron hacer entrar por la fuerza al público hasta el acto musical. Fue tal el desorden que aquel fin de semana no hubo Baile.

Y dejamos para una tercera parte, en el próximo número, el episodio del 68, para poder hablar de Los Juglares y otros conjuntos, y además, que podamos conformar con calma la idea de que la propia desobediencia y el clamor popular es el que hace que el anquilosamiento gubernamental, y otras cosas, se desatranquen una y otra vez, a golpes de humanidad.

Enrique Hernández Pérez
Postgrado Músicas Contemporáneas y Otras Músicas

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