Buñol inaugura oficialmente su ecoparque

Los vecinos ya pueden acudir a dejar sus enseres

 

Redacción.- El Ayuntamiento de Buñol ha abierto este jueves, de manera oficial, su ecoparque. La localidad ha visto cómo se retrasaba la apertura de esta instalación durante 20 años por una serie de complicaciones y reveses administrativos y legales. El proceso se inició en 2001 y estuvo paralizado hasta hace cinco años, cuando el equipo de gobierno reactivó el plan y se puso manos a la obra para finalizar este servicio tan atascado.

El Consorcio Valencia Interior inaugura, con este, su ecoparque número 27, la entidad gestora de residuos que más instalaciones como esta tiene de la provincia. Como su presidente Robert Raga recordó, es de las pocas instituciones que ofrece un premio por reciclar, ya que en todos los ecoparques (ahora también el de Buñol) el usuario acumula puntos con cada residuo reciclado que se descuentan de la tasa anual de basuras que se abona al consorcio.

Las obras se iniciaron durante la pandemia y en dos días que lleva abierto, la voz ha corrido y ayer por la mañana era un ir y venir de personas depositando residuos para reciclar. «Espero que este espacio ponga fin a los vertederos en las cunetas y en los descampados«, apuntó Raga, quien recordó que el consorcio llevará a cabo una campaña informativa durante las próximas semanas para informar a los vecinos de qué depositar en el ecoparque y cómo hacerlo a través de la tarjeta de Mi Cuenta Ambiental.

La alcaldesa agradeció al CVI el trabajo «para salvar todas las dificultades» que se han presentado en estos años. «Ya no hay excusa para no reciclar», apuntó, e insistió sobre la importancia de recuperar todos los materiales posibles para darles un nuevo uso y contribuir una economía circular real«. En esta línea, el subdirector de Calidad Ambiental de la Generalitat, José Vicente Miró, recordó que el CVI ha recogido durante 2020 un total de 110 kilos por habitante de residuos «frente a otros consorcios que no han recogido ni una décima parte.

El concejal Rafa Pérez ahondó más en estas circunstancias, ya que el proyecto tuvo que ser trasladado desde su ubicación original, ya que la calificación del suelo no era la adecuada. El Plan General de Ordenación Urbana bloqueó la obra, por lo que hubo que buscar una alternativa. Se convino instalar en unos terrenos que habían sido cedidos a la diputación, por lo que hubo que realizar el camino inverso para recuperarlos y construir allí las instalaciones. Después todo un reguero de informes administrativos y gestiones a tres bandas entre el ayuntamiento, el Consorcio Valencia Interior y Urbaser, la empresa concesionaria del servicio.

 

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