Peregrín Pérez «Saragata» era un hombre comprometido con unos ideales que defendió hasta el final. Además de un líder nato, fue un ejemplo de coherencia, valor y entrega, cuya trayectoria vital es digna de un guion cinematográfico.
No resulta fácil resumir una biografía tan densa y trepidante como la de este legendario personaje. Así que, obviando sus etapas en Buñol como sindicalista y miembro del PCE, comenzaremos a partir del momento en que Peregrín asume el rol de líder. En 1937, en su etapa de miliciano, es enviado a Madrid como teniente, al mando de un grupo de guerrilleros, resultando herido en la misión encomendada. En ese mismo año lo ascienden a capitán y es nombrado comisario político del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero. Poco después lo ascienden a comandante y le encargan la dirección de la 75 División. En 1939, al terminar la guerra civil, embarca hacia la URSS y se instala en Moscú. Allí trabaja en una fábrica de automóviles y, tras una etapa de aclimatación y aprendizaje del idioma, ingresa en el ejército soviético. A su llegada a la URSS conoce a la que sería su pareja sentimental durante siete años, hasta su regreso a España. Era Carmen Solero Asturiano (Valencia 1914-1996), que ya residía allí desde que llegara como maestra, en un barco con niños españoles refugiados.
Entre 1941 y 1942, Peregrín combate en el frene de Moscú. Después, como capitán al mando de una compañía, participa en la defensa del Kremlin contra los nazis y posteriormente es enviado al frente del Cáucaso, al mando de la 4ª Compañía del Primer Regimiento de la División Especial Motorizada, integrada sólo por españoles. A esta unidad le son asignadas operaciones de alto riesgo y gran responsabilidad. Participa de forma muy activa en la II Guerra Mundial, llegando con el ejército soviético hasta la capital alemana, Berlín. En su carrera militar llega al rango de coronel y obtiene varias condecoraciones militares, entre otras la «Orden de la Bandera Roja». Con dicho rango y los brillantes servicios prestados, mereció permanecer en el ejército soviético hasta su jubilación, pero no fue así. El Kremlin lo utilizó mientras le fue útil y en 1945, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, lo desmovilizaron, agradeciéndole los servicios prestados.
En 1946 regresa a España y se une al Maquis del Alto Aragón. Poco después pasa a Valencia, donde le confían la jefatura del Comité Regional del PCE y de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) con el alias «Ricardo». En 1948, cuando trataba de contactar y conocer otros sectores de su agrupación, acompañado de tres colegas, cae herido, supuestamente en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Al parecer, en el tiroteo queda separado de sus compañeros y escapa como puede para tratar de recuperarse. Horas después, apoyado en el tronco de un olivo, muere desangrado ante los ojos de un pastor de la zona que pasaba por el lugar. Este pastor, sin imaginarlo, es el único testigo de la muerte de un personaje y el nacimiento de un mito. Tras ser localizado e identificado el cuerpo de Peregrín por la Guardia Civil, catorce días después, es sepultado en el cementerio de La Ginebrosa (Teruel) en una fosa individualizada y con un nombre supuesto. Según la web de La Gavilla Verde, «se le enterró en el cementerio de La Ginebrosa, entrando por la puerta principal a la derecha, al fondo, sin ninguna señal».
La AGLA acusó a sus tres compañeros de haberlo abandonado y hasta llegó a especularse, en algunos círculos, con la posibilidad de que lo hubiesen traicionado –e incluso ejecutado– ellos mismos. Existen lagunas y contradicciones entre los diversos informes y fuentes de la época (testigos, Guardia Civil y los colegas de Peregrín que le acompañaban). En 2003, la Oficina de Desaparecidos de la Asociación La Gavilla Verde, de Santa Cruz de Moya (Cuenca) implementa un proyecto de investigación para la recuperación de desaparecidos y represaliados del franquismo. Dicho proyecto es asumido por un equipo de arqueólogos y antropólogos forenses, que se ponen manos a la obra en diferentes localidades. Según investigaciones previas de una sobrina de Peregrín, su tío podría estar en una fosa individualizada del cementerio de La Ginebrosa, bajo el falso nombre de Carlos Guerrero López. Con esos datos, en 2005, el equipo de expertos procede a la exhumación de dicha fosa. Allí aparece un esqueleto de varón, de características similares a las de Peregrín, pero las pruebas de ADN, hechas con un hermano vivo, dan resultado negativo. En 2006, por tratarse del jefe de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, repiten la búsqueda en un área algo más amplia del mencionado cementerio, sin que lleguen a encontrarlo. Y hasta hoy, que se sepa, no se han hecho nuevas búsquedas por especialistas.
Fuente de imágenes y datos:
-Web <elcantodelbuho.org>.
-Asociación La Gavilla Verde
Del libro «La Villa de Buñol en el tiempo» (2ª edición – 2022) (Con permiso de su autor).
Juan Simón Lahuerta
Buñolerómano