Calla y escucha al viento que al pasar
con un triste lamento solitario,
rozando la pared del campanario
lanza al aire su canto sin parar.
Calla y escucha a las aves
en la copa de los árboles
con su multitudinaria sinfonía
retirándose al finalizar el día.
Calla y escucha al agua que en cascada
desciende desde el monte caprichosa,
se esconde y aparece rumorosa
y al río va a parar enloquecida.
Calla y escucha el eco de tu voz
repitiendo una a una las palabras
cuando lloras, rezas o cantas,
cuando los labios debieran sellarlas
porque siempre te acompaña.
Calla y escucha a la naturaleza
en cada mensaje que nos manda,
como madre sus derechos reclama,
no podemos ni debemos ignorarla.
Calla y escucha al mendigo
cuando te tiende su mano,
es un indigente ser humano
que necesita atención y cariño.
Porque escuchando se aprende
sin necesidad de abrir un libro,
te enriqueces de lo humilde
y te ennobleces a ti mismo.
Fina Simón.
Pintora y poetisa.
Precioso poema. ¡Es tan hermoso y relajante sentir los sonidos de la naturaleza…!!! Además estoy de acuerdo contigo, me gusta mucho escuchar y observar.