El 1 de junio de 1977, en uno de los primeros plenos ordinarios del nuevo Ayuntamiento de Buñol tras las elecciones de abril, 26 calles de Buñol cambian, casi siempre por unanimidad, los nombres de las calles franquistas de Buñol por otros nombres que reparen y sean fieles a la época demócrata que se comienza tras los casi 40 años de Dictadura.
La nº 7 se cambia la calle General Moscardó, héroe mitificado del franquismo por la defensa del Alcázar de Toledo (las personas más mayores se acordarán con facilidad), por la Avenida Valle de Andorra, que sigue en la actualidad. La ValleAndorra es la partida de huertas ya desaparecida situada en ese lugar, conocida así por ser una calle de mucha pendiente que va desde el Hortelano a la partida de San Pedro, que les separa el Puente Nuevo o de la República.
La trama urbana de esa calle no fue como la conocemos en la actualidad. En sus orígenes era el acceso a la zona del balneario del Hortelano y el merendero del Ciprés tras la expansión turística de Buñol a finales del Siglo XIX. Es una de la calles por donde crece Buñol para enlazarlo con la carretera provincial que le una a su Hoya y era desde el Hortelano subiendo hasta la esquina actual de la calle Federico García Lorca. Más arriba eran huertas bajo el molino Layana y giraba hacía el puente de acceso sur a Buñol (sito en la Calle García Lorca, antes con el nombre franquista de Marqués de Estella) y llegaba hasta la Calle del Río/Reyes Católicos.
Pero un fallo histórico, por desconocimiento suponemos, impide que recupere el nombre que tuvo durante más de 80 años y que aparece en mapas y desde 1872 (padrón municipal) hasta 1939; no era otro que el del político y escritor republicano, socialista utópico y partidario de la Unión Ibérica (la unión de las repúblicas de España y Portugal) Sixto Cámara.
Este activista riojano es unos de los grandes olvidados de la historia. Su dramática y temprana muerte a los 33 años en 1859 tras ingerir agua de una ciénaga en su huida de la Guardia Civil le hizo popular tras el nombramiento de la Primera República Española (1873-1874) como mártir de la causa. Sin duda, los numerosos y seguidos ayuntamientos constitucionalistas de Buñol, de sentido mayoritario republicano, durante décadas marcaron la toponimia de nuestras calles. Algunas desaparecieron, como Joaquín Costa, Fermín Galán, Abraham Lincoln, García Hernández, PI i Margall, y otras perduran recuperadas o dejadas, como Ruiz Pons, Blasco Ibáñez, Emilio Castelar, Periodista Azzati, Garcia Vao, y Figueras.
Sí que existe una calle dedicada a Sixto Cámara en un pueblo con pasado también republicano como es Burjassot. Sixto Cámara siempre, desde los 18 años, luchó contra los gobiernos moderados de la Regente María Cristina y su hija Isabel II para establecer la revolución social en España. Seguidor del fourierismo, de la revolución de 1848 en Europa, participó en múltiples levantamientos, manifiestos y en la «Vicalvarada» del general O´Donell, que fue precursora en 1854 del Bienio Progresista. Pasó tiempo en la cárcel, apoyó a Garibaldi como nuestro ilustre morador del cementerio del Maset Borso di Carminati, y murió perseguido en Olivenza (Portugal) tras una agotadora jornada de mucho calor, tras ingerir agua en malas condiciones por su tremenda sed. Su acompañante, Moreno Ruiz, sería ejecutado a garrote vil.
En esa calle tenía en el nº 31 de la época la «Escuela Libre El Barrio», de la maestra Concepción Pascual Ramírez. Así se denomina popularmente esa zona de calles, porque en su primer desarrollo estaba un poco separado del núcleo urbano. Para terminar, señalar que tuvo un ilustre vecino: el cantante Miguel de Molina vivió en esa calle durante su exilio en Buñol.
José Luis Carrascosa García
Licenciado en derecho. Autónomo
