Caminito del Roquillo
sendero abierto a la imaginación.
De mis paseos el preferido
te llevo en el corazón.
En el silencio de mis soledades
el sol que te dora me acompaña.
De madrugada o por la tarde
el campo se viste de verdes galas.
Un revuelo de jilgueros
bañan el azul y plata del horizonte.
Camino de amor y silencios
que engarza la llanura con el monte.
Al final del recorrido
brindas un manantial de vida.
Vergel de luz y colorido.
Tú, mi fuente del Roquillo.
Fuente de cristalinas aguas
que bajan serpenteando el río,
pasando por la “Espinaca”
y se pierden en frondoso laberinto.
Dos eternos chorros cantan
una sinfonía que llega al alma
para todo aquel que con estilo y calma
oiga los mensajes que de ella manan.
Allí, en ese lugar bendito
me gusta soñar despierta
arrullada por la voz del viento
que me envuelve con su acento.
Los recuerdos galopan
por la hondonada
…subida al puente,
el tren que entraba
…mis padres, mis hermanos
y la paella terminada.
Las lágrimas indiscretas
nublan el “campo de batalla”
¡Quién pudiera volver atrás
para la vida comenzarla!
Caminito del Roquillo
de mi persona la admiración
y del buñolero visitarte la tradición
en la Pascua de Resurrección.
Fina Simón
Poetisa y pintora