Cómo el frío afecta al sistema nervioso: tips para mantenerte saludable

El cuerpo no reacciona igual al frío y al calor. Cuando las temperaturas bajan más de la cuenta, tiene que ponerse a trabajar para mantener el calor. Los temblores (que usualmente llamamos escalofríos) son precisamente una reacción del cuerpo ante el frío: al contraer y, posteriormente, relajar los músculos, se genera calor para que, sobre todo la parte central, se mantenga en óptimas condiciones. Pero esto es solo un efecto del frío en nuestro cuerpo. Veamos cómo las bajas temperaturas afectan en concreto al sistema nervioso.

La temperatura es incluso antes del nacimiento un factor decisivo en el desarrollo del ser humano. En este punto, hay estudios que sugieren que padecer fiebre durante el embarazo puede ser de riesgo para el futuro bebé, dado que este cambio brusco de temperatura podría afectar su sistema nervioso.

En el caso contrario, el frío también podría alterar el sistema nervioso en las personas adultas, dado que, entre sus funciones, está la termorregulación. Al inicio de este artículo hablamos de los espasmos musculares como reacción natural del cuerpo para generar el calor que requiere. No obstante, en el caso de sufrir ciertas patologías como la esclerosis múltiple o parkinson, esta contracción muscular no puede realizarse correctamente. Entonces, las personas que sufren este tipo de enfermedades tienen un mayor riesgo de sufrir hipotermia, debido a que su cuerpo no puede recurrir a este mecanismo para producir calor.

También las capacidades cognitivas se pueden ver afectadas si las temperaturas han descendido severamente. Por ejemplo, ¿qué sucede al estudiar en una estancia que no posee una temperatura confortable? Los expertos sostienen que el rendimiento mental cae en picado, pues el frío influye negativamente en la atención y en otras habilidades cognitivas.

Cómo Prepararte para un Invierno Saludable

¡El frío ya está aquí! He aquí unos cuantos consejos para cuidarte de cara a las heladas. Así puedes mantener tu bienestar incluso con temperaturas muy bajas.

  • Evitar los Cambios Bruscos de Temperatura

Especialmente si padeces una afección relacionada con el sistema nervioso, es importante que evites los cambios bruscos de temperatura. En circunstancias de frío extremo, sería deseable que reduzcas tu tiempo en el exterior.

  • Utilizar Prendas de Abrigo Apropiadas

Suena obvio, pero ¡abrígate! Es importante proteger bien el cuerpo con prendas térmicas y aislantes para ayudarlo a mantener la temperatura óptima. Presta especial atención a las zonas más sensibles y con tendencia a enfriarse como son las manos y pies, el cuello y la cabeza.

  • No Respirar por la Boca

Otro consejo importante para que el frío no arruine tu bienestar es, en la medida de lo posible, no respirar por la boca, sino hacerlo por la nariz. Esta simple práctica ayudará a que el aire se caliente al atravesar las fosas nasales.

  • Preferir Alimentos Calientes

En época de frío, no olvides incorporar alimentos nutritivos y, muy importante, que aporten elevadas dosis de energía. Decántate por alimentos calientes como sopas y caldos.

  • Incluir Suplementos en tu Rutina

Por último, te recomendamos añadir complementos alimenticios que brinden un cuidado integral a tu salud. Los suplementos de Citrato de Magnesio, por ejemplo, resultan muy convenientes por su apoyo al sistema nervioso, a la salud cerebral y al metabolismo energético. ¡Por un invierno de bienestar!

 

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