¿Cómo se construyen las Fallas?

Ya estamos en Fallas, Valencia celebra a lo grande su fiesta más representativa, una celebración en torno al fuego y la pólvora que termina el 19 de marzo con la quema de los vistosas Fallas, unas monumentales esculturas satíricas que representan temas de actualidad, costumbristas…

A todos nos asombra el tamaño y la maestría de las fallas. Pero, ¿cómo se construyen? Hoy día se distinguen dos procedimientos: el tradicional, cuyo principal material es el cartón; y el moderno, en el que se usa el poliestireno o corcho blanco.

Pero antes de explicaros todo vamos a precisar: una cosa es la Falla (la escena que representa la escultura) y otra los ninots (que son los muñecos que se colocan en las Fallas). Sin lugar a dudas el método más laborioso (y el más estimado) es el tradicional: tras hacer un boceto de la Falla completa en papel, se elabora una maqueta del monumento para saber cómo quedará. A continuación se hacen diversos modelos de arcilla a tamaño natural de los distintos elementos que conforman la escena de la Falla (por un lado los personajes y por otro otros elementos). Esta “estatua” de arcilla es cubierta de escayola que, cuando se endurece, toma la forma del modelo. El modelo de arcilla es destruido y se procede a centrar la producción sobre el molde de escayola, que se divide en partes. Así, por dentro del molde el artesano fallero coloca una mezcla de cartón y cola. Cuando la mezcla se seca, se desmolda la pieza y se coloca sobre un armazón de madera o poliéster. Cuando la Falla esté completada se le añade pintura de imprimación (para que la posterior capa de pintura quede mejor) y se le pone la capa de pintura final.

El procedimiento moderno es más rápido, pero también más polémico. También se hace un boceto del monumento en su totalidad. Pero las piezas se tallan directamente sobre el corcho blanco (es el mismo material que se usa para sujetar los objetos dentro de los paquetes). A continuación las piezas se unen sobre el armazón, se lijan para que la escultura tenga un aspecto uniforme y parezca “de una pieza”, se le da la capa de pintura de imprimación y se le pone la capa de pintura final.

Decimos que el método moderno es más polémico por varias razones: aunque también tiene su mérito, algunos artesanos piensan que este tipo de construcción no es tan “honrada” como la tradicional. Le falta dificultad y, por tanto, “arte”. Además las Fallas de poliestireno resultan “más sucias”: al estar hechas de un material plástico producen un humo negro denso, maloliente y hasta cierto punto tóxico. E incluso resultan menos espectaculares, ya que se consumen mucho más deprisa que las hechas de cartón encolado. Esto ha provocado que muchos talleres que confiaron en el método moderno hayan vuelto a la elaboración clásica: lo que se pierde en tiempo se gana en espectáculo, satisfacción e incluso salud.

Estas son, en líneas generales, las maneras de hacer un monumento fallero. Por supuesto, la elaboración y construcción puede variar de un taller a otro. Pero lo que está claro es que todos los artesanos falleros trabajan con la misma intención: hacer que la noche en la que sus creaciones ardan sea inolvidable para los espectadores y visitantes.

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