El aprendiz de brujo

El poema sinfónico de Paul Dukas estrenado en los albores del siglo XX describe cómo un ingenuo y a la vez pícaro jovenzuelo pretende con la fuerza de los sortilegios obviar lo que debería hacer: es decir, trabajar.

Al parecer esto sucede en el Consistorio de Chiva a la vista de lo que acontece en una gran parte de los plenos mensuales. Allí, al parecer, se dedican a la conspiración pura y dura. A obtener réditos de la estrechez de resultados en cuanto a ediles se refiere. En Chiva, en su ayuntamiento con diecisiete concejales hay representación por donde la busques. Una coalición de izquierdas dio la alcaldía a un joven de Compromís, Emilio Morales, que creyó desde un principio que la escasa diferencia entre derecha e izquierda le sería favorable. Sólo dos votos decantan las sesiones en uno y otro sentido. Y esa llave maestra, la llave del aprendiz, la tiene el PSOE local.
Desde el principio de la legislatura esos dos concejales han sido decisivos. Y ahora lo son mucho más como sucedió en el último pleno celebrado el pasado viernes esos dos concejales no concurrieron a su sesión mensual plenaria. La oposición presentó una moción con el propósito de quitar el sueldo al alcalde. La ausencia de los dos socialistas concluyó desestabilizando aún más al consistorio. Porque sin esos votos el alcalde se quedó “a dos velas”.
Las malas lenguas dicen que en el próximo pleno se restablecerá la normalidad. Pero de momento el aprendiz ha sabido manejar los tiempos y el dinero de todos. A lo mejor, en el próximo pleno, quien le da de nuevo la posibilidad de cobrar será ese PSOE local esquivo que no deja de asombrarnos.
Y finalmente en un comunicado emitido por las redes sociales el PSOE en Chiva ha querido salir al paso de lo ocurrido y ha explicado su ausencia de la siguiente forma: “no pudimos acudir al pleno por motivos de salud de un familiar y por cuestiones laborales en Almeria”. Y no contentos con esa
explicación, continúan: “Es curioso, la cantidad de veces que concejales no han acudido al pleno y no hemos escuchado nada de nada…”
En el comunicado no se dice que había una moción reclamando que el alcalde dejara de tener un sueldo; que el familiar enfermo no necesitaba -perentoriamente- de la presencia del concejal para atenderlo; y a mayor abundamiento el otro concejal, el que reside en una población de Almería y
trabaja en un banco, alega trabajo. Que sepamos los viernes por la tarde este tipo de establecimientos no están abiertos al público.
Por tanto a dónde nos conduce todo este asunto? Sencillamente a una nueva guerra de intereses. Desde el comienzo de la legislatura y por motivos no revelados, los representantes socialistas tuvieron que ser escoltados por la fuerza pública habida cuenta de las iras que originó su intervención en el pleno de constitución del nuevo ayuntamiento. Y a partir de ahí comenzaron y no acabaron los enfrentamientos. Este es el último episodio por ahora. Habrá más.
Y volviendo a nuestro aprendiz dice la narración de Goethe que éste se salvó de las aguas descontroladas gracias a que apareció en el último momento el brujo. Detuvo la fuerza de las aguas y devolvió la tranquilidad al aprendiz, eso sí con un fuerte escobazo en el trasero.
Apliquen la moraleja que quieran: porque ser aprendices en este mundo de tiburones puede conllevar a no saber que hacer. Pero en este caso el final habrá de ser feliz, forzosamente. El alcalde volverá a recibir su sueldo y este mes que no cobró le será abonado -ya lo verán- con efectos
retroactivos.
Bien está, lo que bien acaba.
José Luis Cañamero
Miembro de la Fape y Uníó de Periodistes

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