El C.I.M. La Armónica y los certámenes

Los concursos de bandas o certámenes musicales han sido la causa y motor en buena medida del progreso artístico de las bandas de música en todo el mundo, no solo en Valencia. Allá donde ha habido concursos estables y regulares, las bandas de su entorno han elevado su nivel musical, este es un hecho innegable. Digo esto con independencia de las posibles controversias inherentes a toda competición artística, bien sea musical, literaria, pictórica u otras.

AAsí pues, la historia de La Armónica, su desarrollo y devenir histórico no se puede entender sin estudiar su participación en los certámenes. El CERTAMEN, así con mayúsculas, es casi un mito, es algo taumatúrgico. En torno al concurso se han vivido los mejores momentos, las mayores ilusiones, es cuando la sociedad (la gran familia litrera) ha estado más unida que nunca. Marca la cronología histórica de la banda con frases como: «el año que nos dieron el primero en especial», «el año en que llevamos de libre la Tocata y fuga», o también «el año que nos dieron calabaza con tal obra o maestro» o con referencias a nivel particular «ese año vino y tocó de trompeta solista el tío Pepe el Bollo». Entre 1902, año de la primera actuación en un certamen y 2017 en que fue la última, nuestra sociedad ha participado un total de 58 ocasiones en algún concurso (Valencia, Requena, Kerkrade, Altea, Castellón, Gandía, Elche, Cullera, Liria, Albaida, Torrevieja y Magallón). 

Y no debemos olvidar otras 9 participaciones un tanto particulares: en 1901 participó en el Certamen de Valencia, pero no hubo concurso como tal ya que fue un festival. En 1934 fue suspendido ante las pocas bandas inscritas y la falta de presupuesto. En 1936 el certamen estaba previsto para los días 21 y 22 de julio, pero el inicio de la Guerra Civil (1936-1939) el 18 de julio, impidió su realización. Y por último nombrar las 6 ocasiones en que los músicos de La Armónica han participado junto a los músicos de la S.M. «La Artística», pues las dos bandas locales estaban juntas. En 1922, y bajo el nombre de Sociedad Musical «La Armónica» participaron en los certámenes de Zaragoza, Castellón y Valencia. Tras la Guerra Civil y por imperativo gubernativo volvieron a estar juntas las dos bandas con el nombre de Unión Musical de Buñol, participaron en 1943 en el certamen valenciano y en los años 1943 y 1944 en el concurso de pasodobles falleros organizado por la compañía cinematográfica C.I.F.E.S.A. 

Los certámenes de las primeras décadas del siglo XX, diferían bastante de los actuales. Deberíamos hacer un esfuerzo y situarnos en la época, lo que supondría para aquellos buñolenses el ir a Valencia, pese a que ya existía el tren, el viaje a Valencia sería algo extraordinario en su dura rutina diaria, creemos que pasarían una o más noches en Valencia pues debían actuar dos días y respecto a los seguidores serían más bien pocos los que les acompañarían.

En el Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia (CIBMV) –el certamen por antonomasia– La Armónica ha participado de manera efectiva en 34 ocasiones. 

Veamos ahora como ha estado organizado el Certamen de Valencia a lo largo del tiempo. En sus inicios se articuló en una categoría de bandas civiles y otra de bandas militares (estas hasta 1908). En 1893 se crean tres categorías o secciones según el número de músicos de las bandas. El Litro ha participado en las siguientes categorías; desde 1902 participamos en la segunda categoría, en 1935 en tercera, en 1946 y 1947, en primera y desde 1948 siempre lo hemos hecho en la máxima categoría de la competición, nombrada como especial al crearse en 1925, desde 1973 especial A y sección de honor a partir de 1994. 

El sistema de premios ha variado a lo largo del tiempo: 

En las primeras décadas se otorgaba un único PRIMER PREMIO seguido de varios accésits. A efectos de contabilizar los premios el primer accésit correspondería con un segundo y el segundo accésit equivaldría a un tercer premio.  

 El segundo método, el más utilizado, otorga un PRIMER, SEGUNDO Y TERCER premios otorgados según la clasificación obtenida. De manera excepcional un premio puede ser compartido entre dos bandas al obtener idéntica puntuación, entonces se denomina PRIMER PREMIO ex aequo, (o SEGUNDO o TERCER) para las dos bandas que fueren. 

Y un tercer método basado en otorgar los premios por tramos de puntos atendiendo a la puntuación obtenida y destacando a la banda con mayor puntuación con una MENCIÓN DE HONOR. Este sistema, bastante utilizado en Europa, se aplicó en el certamen de Valencia entre los años 1986 y 2005.

La vida social de Buñol ha estado condicionada durante décadas por sus bandas de música, por las participaciones en el certamen, por su rivalidad -cierto que a veces excesiva- pero que a la larga ha sido un factor importante para alcanzar el nivel de excelencia actual.

Veamos ahora las 34 participaciones de El Litro en el certamen capitalino, están repartidas por categorías de la siguiente forma: 24 en la máxima categoría, 2 en primera sección, 7 en segunda sección y 1 en tercera sección. Ha obtenido los siguientes galardones: 6 primeros premios absolutos, 3 primeros premios por tramos de puntos y 2 primeros con mención de honor. 6 segundos premios, 4 terceros premios y también reseñar que en 12 ocasiones no obtuvimos ningún premio. 

En 20 ocasiones han coincidido las dos bandas buñolenses en un certamen (en Requena, Liria y Valencia), y hasta el día de hoy en 2 ocasiones empataron, en 8 ocasiones quedó La Artística por delante y en 10 ocasiones La Armónica. 

MIS RECUERDOS DEL CERTAMEN VALENCIANO

Mis primeros recuerdos del certamen, no proceden de aquellos que viví personalmente. Son de participaciones muy anteriores a mi propia existencia, pero que los conservo en mi mente gracias a la transmisión oral que mi padre, en especial en los días de tareas agrícolas me transmitía con entusiasmo, contándome una y mil veces historias, anécdotas y vivencias. Esos interminables ensayos hasta altas horas de la noche, paradas interminables para corregir, para resolver pasajes repitiéndolos innumerables veces o los arreglos y adaptaciones especiales individualizadas que los maestros hacían, para intentar que aquello sonase lo mejor posible. Eran décadas de vida nada fácil, de escasez, de falta de medios, de instrumentos viejos una y mil veces reparados. De músicos que se dormían de puro cansancio, que casi del ensayo enlazaban con sus trabajos, otros que simplemente dejaban de ser músicos porque la dura vida de la época no les permitía ni ese pequeño escape. Pero eran años de pasión, de ilusión, de vivencia intensa de la sociedad, de la banda, de los certámenes y de estallidos de inmensa felicidad cuando la suerte sonreía a tu banda y también de rabia contenida ante la adversidad de los resultados. 

Entré a formar parte de la banda de El Litro en noviembre de 1979, ese mismo año en julio la banda había participado en el certamen, pero no obtuvo premio y además quedó por detrás de La Artística, por lo que el ambiente respecto al tema que nos ocupa no era el mejor de los posibles. He participado como músico de El Litro en 18 certámenes, son 18 vivencias musicales únicas, con sus luces y también con alguna sombra. En 1980 participé por primera vez en un certamen (Valencia), y la suerte me sonrió, pues ese año El Litro obtuvo un primer premio y quedó por delante de la Artística. En 1981 fue el concurso de Kerkrade y llegó el gran triunfo internacional. Las décadas de 1980 y 1990 fueron muy intensas, con 11 participaciones siendo el balance muy positivo en cuanto a resultados. La vida de un músico en esos años giraba en torno a la banda, pues absorbía el poco o mucho tiempo libre de que disponía tras el trabajo o estudios de cada uno. En tiempo ordinario eran tres los ensayos semanales, pero en los meses previos al certamen, era fácil llegar a los seis, y algunos días con sesión doble; tarde y noche. Y por fin llegaba el día mágico del certamen, el último ensayo en el paseo de san Luis, luego en Viachén, el traslado a Valencia, la plaza de toros, el desfile, el concierto y luego la larga espera hasta escuchar el fallo inapelable del jurado, los primeros años en la puerta del Ayuntamiento de Valencia y más tarde en la misma plaza de toros. El regreso a Buñol ya de madrugada y si el resultado era el anhelado, horas de jolgorio y fiesta ese día y los siguientes en la puerta del local social y si no, madrugada de caras largas, de lágrimas y a rehacerse y pensar en la siguiente participación. Los directores de esos años, su forma de trabajar, sus métodos, su concepción misma de la música o de la banda, los compositores interpretados, todo ha dejado una profunda huella indeleble en mi bagaje y formación musicales. 

José Solá Palmer
Cronista oficial del CIM La Armónica

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