El Quijote como forma de vida

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El buñolense José Blasco tiene una amplísima colección del ingenioso hidalgo, que consta de 385 libros en 280 ediciones y traducidos a 98 idiomas o dialectos.

En una modesta casa de un edificio de la Plaza de la Diputación de Buñol, de cuyo número no quiero acordarme, reside un buñolense que ha dedicado más de 30 años a seguir una de las obras más importantes de la literatura mundial, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”. El caballero de la triste figura y su autor, Miguel de Cervantes Saavedra, han ocupado las últimas tres décadas de la vida de José Blasco.

Una vez cruzas el umbral de la puerta de su casa, miras a un lado y a otro para intentar descubrir donde estará la cámara del tesoro. Pero antes de llegar, su esposa te recuerda que su marido ya ha sido noticia en varios medios de comunicación por su gran colección, cosa que te hace preguntarte, por qué no hiciste esto antes. Una vez presentados los respetos a los inquilinos de la vivienda, un estrecho pasillo te dirige hasta el santuario. Pasas dos puertas y en la tercera está la entrada a ese paraíso dedicado al ingenioso hidalgo. Una vez entras, la silueta de Don Quijote subido a lomos de su corcel Rocinante es la imagen más repetida. Estanterías y estanterías llenas de libros y todo tipo de motivos referentes al protagonista de la obra de Cervantes. Allí, petrificado y sin saber muy bien qué decir, lo notas. Notas ese aroma a libro antiguo que te transporta a los más felices años de tu infancia, cuando por las tardes, tras el colegio, entrabas a la Biblioteca Municipal y pasabas horas y horas descubriendo nuevos mundos a través de las páginas.

En este santuario dedicado al ingenioso hidalgo, se pueden encontrar más de 385 libros en 280 ediciones y en más de 98 idiomas o dialectos. De hecho, el señor Blasco tiene uno sin catalogar editado en Nueva York en el año 1887. Los libros u objetos más curiosos son una miniatura de “El Quijote” de una sola página y de 7×5 cm. y otra más pequeña (4×3 cm) comprado en Bucaramanga (Colombia). También se puede encontrar la obra de Cervantes escrita en una sola página, que solo se puede leer con lupa.

Pero llega el momento en el que te preguntas, ¿cómo un vecino de mi pueblo ha podido reunir todo esto? Pues, aunque parezca mentira, a pesar de sus 78 años, José Blasco es un amante de las nuevas tecnologías y a través de las redes sociales y páginas de venta on line, ha logrado ir recopilando numerosos ejemplares de “El Quijote”. Es más, algunos que están deteriorados los ha adquirido por muy poco dinero, y él mismo se ha dedicado a restaurarlos. Otros objetos de la colección que no son libros, son sellos, monedas, vitolas, cajas de cerillas, postales, figuras metálicas, etc… pero todas ellas con la silueta del ingenioso hidalgo como protagonista.

Tras ver este museo dedicado al Quijote, la duda que nos asalta es, por qué… José Blasco nos dice que su primera intención fue coleccionar Biblias, porque es el libro más traducido en el mundo, pero una casualidad le hizo optar por el segundo libro más traducido, “El Quijote”.

Otra duda que nos asalta es, ¿qué hacer con un tesoro así? Pues comprendemos que un tesoro así es para compartirlo. Y, de hecho, el Ayuntamiento de Buñol, a través de la Concejalía de Cultura, ha organizado una exposición con parte de los ejemplares de “El Quijote” de José Blasco, que se podrá ver durante este mes de diciembre en la Sala Raga del Molino Galán de la localidad. Ya nos quedamos más tranquilos.

Así pues, en el año que se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, qué mejor manera de rendirle homenaje que mostrando sus obras en casi 100 idiomas diferentes. Y todo ello gracias a su fiel escudero, José Blasco, que cuando le propusieron esta iniciativa, al igual que en el final de la obra de su ingenioso hidalgo, dijo: “Vale”.

Luis Vallés Cusí.
Periodista.

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