El sol y su energía

Sunbath protection
Sunbath protection

El sol es una fuente de vida para el correcto desarrollo de las personas, animales y plantas, sin embargo, su radiación puede ser nociva para la piel. Para una protección segura, es vital conocer los diferentes tipos de radiación solar a los que estamos expuestos. Toda la energía que llega a la tierra se compone principalmente de:

  • Rayos infrarrojos, proporcionan sensación de calor y son los responsables de las insolaciones. Aceleran el envejecimiento cutáneo.
  • Luz visible, modula las funciones hormonales por su efecto antidepresivo y acelera el envejecimiento de la piel.
  • Rayos UVA, penetran a los niveles más profundos de la dermis (piel) y son responsables directos del fotoenvejecimiento y corresponsables de los cánceres cutáneos.
  • Rayos UVB, gracias a ellos la piel se broncea, penetran a nivel epidérmico y son los causantes directos del daño sobre la piel (eritema solar y cáncer cutáneo).

La importancia de escoger bien el fotoprotector
A la hora de escoger correctamente el fotoprotector es importante tener en cuenta el tipo de piel y las condiciones de exposición solar. Consulta a un profesional de la estética.

Consejos generales para un bronceado seguro

– Elegir el índice de protección adecuado a cada caso: las primeras exposiciones al sol serán periodos cortos de tiempo y utilizando fotoprotectores con mayor índice de lo habitual.
– Usar protección solar todo el año, incluso estando bajo una sombrilla o en días nublados. Recuerda que los rayos atraviesan las nubes y que las superficies reflejan (arena, agua, luz, nieve, hierba, etc.).
– Para pieles que broncean y no suelen quemarse, empezar con índices medios o altos.
– En altitudes elevadas y zonas tropicales, así como en las horas centrales del día donde las radiaciones son mucho más intensas, usar solo protecciones altas o muy altas.
Consejos para el uso correcto de productos solares
– Aplicar el fotoprotector siempre antes de la exposición al sol, sobre la piel limpia.
– Extender una cantidad muy generosa de fotoprotección, sin olvidarse de ninguna zona expuesta.
– Para mantener la protección, repetir con frecuencia la aplicación del producto, especialmente tras transpirar, bañarse o secarse.
– Después de una exposición solar, es muy recomendable utilizar un producto específico para después del sol. Mejor si es de la misma marca que los fotoprotectores que se ha usado. Puesto que su acción suele ser complementaria a estos.

Beatriz Casanova Cervera
Profesional de la estética

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