No hubo venganza. En su lugar, una dolorosa derrota por 2-0 frente a un On the Rocks que hizo bien poco para llevarse el partido, pero que al final consiguió su propósito.
El partido se disputaba en el campo del Quart de Poblet, un terreno de juego que se caracteriza por su amplitud. En teoría, eso beneficiaba al Buñol, que siempre apuesta por jugar el balón y hacerlos con más espacios debía haber sido mejor. Pero hoy no era el día de los nuestros, que salieron algo fríos, con las líneas muy separadas, y eso dificultaba la circulación del esférico. Para colmo, las pérdidas de balón, sin una presión excesiva del On the Rocks, eran contínuas. Y en una de esas, el delantero local encaró con ventaja a la defensa buñolense y batió a Lincoln en el mano a mano, con algo de fortuna en el rebote. Era el minuto 15, y resultó un mazazo para los nuestros, que fueron incapaces de hacer fluir el juego en toda la primera mitad. El On the Rocks tampoco puso nada de fútbol sobre el terreno de juego, pero con el marcador a favor, su único objetivo era destruir y romper el ritmo del partido.
En el descanso el Veteranos analizó sus errores y salió al campo con la idea de cambiar la actitud e ir a por el partido. Sin embargo, otra pérdida de balón al borde del área propia a los cinco minutos la aprovechaba el delantero visitante para marcar de tiro cruzado y dejar el partido muy cuesta arriba.
A pesar de todo, el Buñol cambió su actitud y fue a buscar el área rival. Y se notó un cambio, aunque era tarde. Las ocasiones llegaban una tras otra, primero a la salida de un córner Fran, que no llegó a conectar tras desviar Sean, luego Miguel, tras una gran jugada de Fran, en varias jugadas a balón parado… Pero no era el día del Buñol, que a pesar de apretar y disponer de ocasiones hasta el último minuto, fue incapaz de perforar la portería local. Y si el planteamiento del On the Rocks había sido rácano, lo de la última hora fue lamentable para un equipo que es el actual campeón de liga y que seguro va a luchar por revalidar el título. Cambios cada dos minutos, pérdidas de tiempo contínuamente… su único objetivo era que el Buñol fuera incapaz de jugar al fútbol, y la jugada le salió muy bien.
A pesar de todo, queda mucha liga y hay que levantar la cabeza, porque la plantilla es amplia y tiene calidad como para hacer mucho más. La semana que viene el Xirivella visitará el Beltrán Báguena, una buena ocasión para volver a la senda de las victorial.