Empieza a imaginar

Puedes imaginarte el mar lleno de margaritas y el cielo con peces, o tu jardín enrollado debajo del brazo, o qué sé yo… que los dedos de los pies se iluminan como luciérnagas cuando caminas por la montaña en las oscuras noches de verano sin luna… Puedes imaginarte cualquier cosa, pero ninguna de ellas te acercará tanto al espíritu como imaginarte que eres «Dios».

De mi libro «La voz blanca», aforismos, reflexiones y poemas místicos y de la naturaleza.

Mis queridos lectores, espero que hayáis gozado del tiempo estival a pesar de las altas temperaturas y todas las dificultades por las que pasa nuestro mundo en estos momentos.

Dificultades que a lo largo de la evolución siempre nos acompañan y que, sin embargo, no nos hacen perder la esperanza y confianza en nuestra propia superación, como así se demuestra a lo largo de la historia. Siempre vamos hacia adelante. Y ahora ha llegado el momento de potenciar nuestra imaginación.

Sin la imaginación, los grandes físicos de todos los tiempos no hubiesen llegado a sus conclusiones, como tampoco los grandes pensadores y autores hubiesen escrito obras capaces de cambiar el rumbo de la Humanidad.

Sin la imaginación no se puede conocer el mundo cuántico, por ejemplo. La física cuántica necesita números «imaginarios» para describir los niveles más elementales de la materia, según una investigación del Instituto de Ciencias Fotónicas (IFCO) de Barcelona, publicada en la revista Nature.

A principios del siglo pasado, en una entrevista en The Saturday Evening Post, el célebre Albert Einstein dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento. «El conocimiento es limitado y la imaginación circunda el mundo». Y un siglo antes, el gran escritor y visionario Julio Verne dijo que:  «Cada cual vive en el mundo que es capaz de imaginar». ¡Qué grandes mentes! Y ¡qué grandes verdades! 

El campo de la imaginación es infinito e ilimitado, y ahí radica su poder. No solo generamos ideas, sino que creamos nuevas realidades. La realidad por lo tanto está subordinada a lo que imaginas y crees. En aquello que creas, sientas y centres tu atención será tu realidad, será tu vida.

Con todas estas premisas, vamos a imaginar por ejemplo que:

– Vivimos en un mundo pacífico y armonioso. 

– Que somos prósperos y abundantes, sobre todo en Amor.

– Que ya no nos preocupamos por nada.

– Que ya no nos irritamos por cualquier cosa. 

– Que somos coherentes con lo que sentimos que somos.

– Que todos nuestros cuerpos: físico, etéreo, emocional y mental están en perfecto equilibrio y gozamos de buena salud.

Sé que todo esto puede parecer todavía muy abstracto. Estamos muy inmersos en lo concreto, en lo tangible, en nuestros sentidos físicos muy limitados. Pero, como hemos dicho en otras ocasiones, todo esto es ciencia; es el mundo cuántico en el que ya estamos sumergidos. Es el mundo del espíritu (la otra cara de la moneda) y nada está determinado excepto por uno mismo. Somos cocreadores de realidades, somos «dioses», semillas estelares en cuerpos humanos experimentando la materia. Espiritualidad y ciencia se dan la mano en estos tiempos para cocrear realidades en un orden superior de conciencia. Es tiempo del despertar. Sal de los convencionalismos, de las limitaciones y practica con tu imaginación. Te sorprenderás de tus logros.

¡Feliz septiembre!

¡Un besazo de Luz enorme!

Emi Zanón Simón
Escritora

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