Himno a Buñol, 81 años acompañando la historia de Buñol

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El estreno del HIMNO A BUÑOL se hizo coincidir con el 4º Aniversario de la proclamación de la República (14 de abril de 1935)  y el programa del día fue:

República Española IV Aniversario de su proclamación.
Festival cívico-escolar conmemorativo, organizado por el Consejo Local de Primera Enseñanza de esta villa, bajo los auspicios de la misma.

PROGRAMA

Por la mañana.- Disparo de tracas y diana por la banda de música “La Artística”.

A las diez.- Acto de celebración en San Luis con el siguiente orden:

Preludio por la banda de música “La Artística”.

Estreno del Himno a Buñol, original de los Sres. Chillida y Cárcel, por el Orfeón Escolar Buñolense, acompañado por la banda de música “La Artística”, bajo la dirección del Sr. Cárcel; Marsellesa, Himno Regional e Himno Nacional (que entonces era el Himno de Riego).

Reparto de obsequios a los niños y desfile, amenizados por la indicada banda.

Al mediodía, disparo de tracas en la plaza de la República.

Por la tarde, concierto musical en la plaza de la República por la laureada banda “La Armónica”.

Buñol, 14 de abril de 1935.
Por la Comisión Organizadora. El Presidente: Jaime Moscardó.

Nos dice D. Guzmán Carcel Pedro, en el programa de Ferias y Fiestas de 1974: “Corría el año 1932. Una buena tarde de primavera se presentó en mi casa de “La Cava” un señor alto, enjuto, tipo D. Quijote, con cara de pocos amigos y con pruebas visibles de padecer dolor de estómago (como así resultó después). Tras saludarme cortésmente, me digo que era el maestro Chillida, titular de una escuela nacional de las Ventas y sobrino del famoso canónico Chillida, de la Catedral Metropolitana de Valencia.

Yo no lo conocía. Traía una cartera y parecía bastante nervioso. No sabía por dónde empezar. Por fin y tras contarme que no se llevaba muy bien con su señora, por diferencia de caracteres (después resultó que los dos eran buenísimas personas, pero muy dominantes) me expuso el motivo de su visita. Como enamorado que era de nuestro querido Buñol (añadimos: se vino a Buñol por su acentuado republicanismo y por ser Buñol pueblo puntero en las luchas obreras) y gustándole mucho la poesía (volvemos a añadir que conocía la poesía de Miguel Hernández, con quien mantenía correspondencia) le había dedicado un himno, el cual me lo traía para que lo examinara y si me gustaba, le pusiese música (tiempo después, me confesó que antes de entregarlo a mí, se lo habían rechazado ya varios compositores). Lo leí y la verdad, me gustó mucho, pues además de estar hecho con el corazón se veía inmediatamente que era un gran poeta y persona muy culta. Le dije que me gustaba y por lo tanto, trataría de ponerle música. “¿Y cuánto tiempo cree usted que le va a costar hacerlo?”  Yo, con la inocencia propia de mi juventud, le contesté rápido: “Vuelva usted mañana tarde y si no está hecho, no se lo haré ya”. Naturalmente, me miró con desconfianza, pero le hizo mucha gracia mi respuesta y hasta incluso se sonrió un poco (después le vi reír muchas veces,  pero de satisfacción). Aquella misma noche me propuse ponerle música y efectivamente, las musas me fueron propicias, pues como dijo el gran Beethoven: “A la inspiración no le podemos dar órdenes. No es un jornalero que trabaja a tanto la hora”. Al amanecer, el Himno a Buñol estaba compuesto. Al día siguiente no se hizo esperar y cuando entró en casa me miró escéptico y preguntó: ¿Qué, amigo, tenemos música o no? Yo me senté al piano y más serio que mi querido padre y mi tío “Fite”, empecé a tocarle y canturrearlo, y notando que no decía nada y temeroso de que “aquello” no le gustaba, volví la cabeza y vi aquel hombre alto, enjuto, tipo D. Quijote, está llorando como un crío… No podía articular palabra.

El Himno a Buñol, había nacido.El estreno en el Paseo San Luis (entonces Blasco Ibáñez) fue apoteósico. Lo cantaron más de cuatrocientos niños y niñas de las escuelas públicas. De solista actuó Eduardo González Cifre (quien después sería guardia municipal y que por culpa de un desgraciado accidente, nos dejó), que al volver a interpretar en la plaza, el hombre (niño entonces) emocionó y por poco lo hecha todo a rodar”.

Hasta aquí las palabras del maestro Guzmán Cárcel. El maestro D. Manuel Chillida marchó en los primeros momentos de la guerra civil y murió en los montes de “El Pardo” en Madrid. El Himno a Buñol parece indicar una especie de ofrenda a un pueblo que acogió a su autor con verdadero cariño. Es nuestro Himno y como tal es nuestra obligación de buñolenses el saberlo, amarlo y sentirlo.

Durante el mandato de Franco se hicieron algunas modificaciones: “Las fábricas resuenan y las escuelas cantan Himnos de libertad progreso y democracia“. “Progreso y democracia” quedó en “progreso e idiosincrasia“. “Fraternidad y amores, fé y paz republicanas” quedó en “Fraternidad y amores, fé y paz muy valencianas“. Con la vuelta de la democracia, el Himno a Buñol volvió a su letra original y el 14 de abril de 1985 se celebra en el Parque de la Violeta el 50 Aniversario del Himno. El acto fue muy emotivo. En el concierto intervinieron las dos bandas de música interpretando el Himno a Buñol con la dirección del propio Guzmán Cárcel.

HIMNO A BUÑOL

En un frondoso valle
de la anchurosa sierra,
entre árboles y flores,
Buñol trabaja y sueña.

Claras fuentes lo adornan,
sonoros ríos lo riegan
y hacen que sea fecundo
el vergel de su huerta.

Luz y fuego en el cielo,
cimas y crestas bravas,
suelo feraz y alegre,
ciudad hospitalaria.

Las fábricas resuenan
y las escuelas cantan
himnos de libertad,
progreso y democracia,
fraternidad y amores,
fe y paz republicanas.

Recitado:
Así es Buñol hermanos,
así es mi tierra amada,
dulcedumbre y grandeza,
virtud y fuerza y gracia,
como su cielo y tierra,
cual su historia lo manda.

Las fábricas resuenan
y las escuelas cantan
himnos de libertad,
progreso y democracia,
fraternidad y amores,
fe y paz republicanas.

¡Viva mi patria chica!
¡Que Buñol viva!
¡VIVA!
¡VIVA!

Letra: D. Manuel Chillida
Música: D. Guzmán Cárcel

Textos del libro publicado por el Ayuntamiento, Himno a Buñol medio siglo de vida (1935-1985) por Fernado Galarza Carrascosa.

Claudio García Rehués
Autor del blog bunyul.com

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