La escolarización no es un juego de niños

Año tras año ocurre lo mismo. Padres inquietos que se enfrentan a una decisión no exenta de responsabilidad. De que sus hijos acudan a un colegio adecuado, dependerá que los mismos puedan enfrentarse a sus labores cotidianas con tranquilidad, sabedores de haberlos dejado en buenas manos.

Cada familia tiene sus particulares circunstancias y, lógicamente, no todas otorgan a esta cuestión la misma importancia. Ahora bien, un enorme porcentaje de ellas, cuando menos, se preocupa, al sentir la cercanía de la fecha de matriculación en los centros educativos, más aún si es la primera vez que han de elegir escuela para sus pequeños.

El colegio más valorado, no tiene por qué ser el idóneo para todos los niños

A priori esta afirmación puede resultar incoherente, pero los expertos apelan a la reflexión de los padres. Ante todo hay que reconocer que designar un colegio para los vástagos, cuando su personalidad no está todavía formada, al contar con solo 3 años de edad, dificulta las cosas.

Debido a ello, una buena idea pasa por plantearse el tipo de persona en la que uno quiere que su hijo se convierta, los valores que pretende inculcarle y las habilidades que desea que desarrolle, lo que ayudará, en gran medida, a tomar una determinación al respecto.

Tampoco hay que dejar de lado aspectos que, de contemplarse correctamente, facilitan el día a día de las familias. En concreto, hay que incidir en la distancia que media entre la escuela y el domicilio o el horario de clases, que va a ser determinante a la hora de fijar el tiempo que un niño puede dedicar tanto al estudio, como al ocio y al descanso.

Es fundamental tener la capacidad de extraer una vista general del centro, que se consigue simplemente observando la actitud con la que los niños entran o salen de él, la manera en la que profesores y padres se comunican, así como la periodicidad con la que lo hacen, las actividades extraescolares que ofrece, etc,

Teniendo en cuenta todos estos parámetros, no resulta extraño concluir que una escuela que esté situada en el número uno de los rankings, quizás no sea la que más convenga a un niño en particular.

La clave está en dar prioridad a una educación de calidad

Un dato curioso es el de que, en los últimos años, han proliferado las matriculaciones en colegios públicos de hijos de familias que, con anterioridad asistían a colegios privados o concertados. Es fácil imaginar que el motivo no es otro que la crisis. De hecho, hay quienes opinan que, vivir esta experiencia, en no pocas ocasiones muy positiva, les ha llevado a pensar que, en origen, ninguna opción es descartable.

Independientemente de la decisión que se tome, lo que debe primar es la educación de calidad. Afortunadamente, existen guías como la de los mejores Colegios en Valencia, cuya visita es altamente recomendable.

La razón por la que es conveniente consultarlas es porque, tal cual suele decirse, “la información es poder” y no está de más conocer de antemano algunos datos como el perfil del alumnado, de modo que se tengan claras cuestiones del estilo de si acuden a las aulas o no niños extranjeros o el ratio de niños por cada clase.

En cuanto a las instalaciones, hay que prestar especial atención a la cantidad y estado de aulas de informática, laboratorios o instalaciones deportivas.

Javier Gázquez.
Experto en marketing ‘on line’.
Fundador de la web ‘blogtimista
‘.

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