Un buen transporte público mejora la vida de los ciudadanos, hace a una sociedad mejor y sale socialmente barato al eliminar los costes del deterioro que produce la emisión de CO2, aunque hay cosas difíciles de cuantificar económicamente como la enfermedad.
El jueves 18 de junio en la Biblioteca Municipal, organizada por la Sección Sindical de CGT del Ayuntamiento de Buñol, Juan Ramón Ferrandis de SFF-CGT y nuestro vecino Pepe Borrás, nos ofrecieron una charla informativa inquietante. El trasporte de mercancías por ferrocarril ya estaba liberalizado en España y el de viajeros lo está desde finales de 2014. Cualquier empresa privada puede hacerse propietaria de este servicio que por tantas razones debe ser público.
Para el mantenimiento de la Línea de Valencia a Madrid, que es en concreto la que más nos atañe, aunque anualmente se consigna en los presupuestos generales del Estado una cantidad suficiente, ningún año se emplea, llevan años dejándola morir. Se ha convertido en incómoda e incluso peligrosa a partir de Utiel en dirección a Madrid. Tiene su razón de ser, es a propósito. La disminución de viajeros o incluso un posible accidente, serán la excusa. Se ha aumentado el límite de la tasa de siniestrabilidad para las empresas privadas en varios puntos (de alrededor del uno por cien para el gestor público al tres o cuatro por cien para el privado). Esto ya ocurrió en la etapa Thatcher en Inglaterra, y la cantidad de accidentes se incrementó de forma tan grave que al final tuvieron que tomar medidas. Además se habla de transportar residuos nucleares desde Europa a España por vía ferrocarril. En Cuenca hay un depósito de residuos nucleares, y si quedara la vía muerta, sería perfecto. Todo muy rentable.
¿Y qué podemos hacer? Pues la movilización da resultados. La presión de la ciudadanía es efectiva. Existe el hándicap de los medios de comunicación. La información y sus consecuencias no llega a la ciudadanía de manera clara y contundente. No interesa. No creamos que la privatización será algo paulatino y que lo veremos venir, será de un día para otro, y una vez se haya producido, será casi imposible revertir la situación, porque ahí estarán las empresas con su poder de presión a los gobernantes para impedirlo. Son muchos los intereses económicos. La cosa es fácil, se invierte poco en mantenimiento, se suben precios, y cuando deja de ser rentable, se elimina en favor de otro transporte de energía fósil. Podremos obtener más información en la web www.ferrocarrilpublicoysocial.es/ o también en la web de la CGT, aunque los acontecimientos se están produciendo tán rápido que les es difícil tener actualizada la información. Habrá que estar atentos para defender lo público, es nuestro, es de todos, los niños se merecen crecer en un mundo mejor.