La música, ¿qué es la música?. Si transcribiéramos esta pregunta en el buscador de Google aparecerían numerosas entradas con diferentes definiciones, imágenes, vídeos, artículos, investigaciones…
Hablando de artículos, hace relativamente poco leí uno del que recupero la siguiente cita: “la música es fundamental para obtener respuestas positivas en los niños”. Aunque no lo creamos, ésta tiene un poder asombroso en el desarrollo emocional y cognitivo de los infantes dado que, prácticamente, toda la música que “consumen” viene acompañada de letra y es asimilada sin ser plenamente conscientes.
¿Por qué es posible esta función? Porque tanto sentimientos como emociones comparten la misma región del cerebro que la música y esto hace posible que existan numerosos beneficios, tales como relajar o estimular, mejorar la psicomotricidad, desarrollar aptitudes cognitivas, aumentar la capacidad de concentración y memoria, entre otros.
De ahí, que estos avances o estudios sobre la música se trasladen al ámbito de la salud, naciendo así la musicoterapia. Esta práctica “científica” de la música hace posible que ciertas enfermedades o trastornos como la enfermedad de Parkinson, la demencia y a la enfermedad de Alzheimer o Trastorno del Espectro Autista (TEA) mejoren la vida socio-laboral y familiar, ya que la música está estrechamente relacionada con nuestra competencia social.
Siguiendo a Elio González, “en estos tiempos que vivimos más que nunca necesitamos la belleza, el arte… Ahora, que cada vez estamos más deshumanizados, que la economía asfixia, que el tiempo se cuenta por horas de oficina, que es más fácil escribir un mensaje por el móvil que mirarnos a los ojos…” Es necesario hacer un llamamiento y plantarnos ante el desprestigio que está sufriendo el ámbito artístico en nuestro país.
Laia Broch Guerrero
Graduada Magisterio Primaria
