La Suiza Valenciana

Anem a vore la Suissa valenciana.
Anem a vore tot el terme de Bunyol.
Anem a vore la gran vista panorámica
que hi a de Borrunes al Perol.

Esta es la primera estrofa de una de las canciones que cantaban los niños que venían a pasar las vacaciones estivales, al albergue de Blasco Ibañez, a principios del s. XX. Una muestra más de la existencia de un flujo “turístico” desde la capital hacia Buñol y su Hoya desde la segunda mitad del S. XIX.

 

¿Por qué Buñol y porqué entonces?

A nivel general debió relacionarse con el final del periodo bélico de la primera mitad del S. XIX (Guerra del Francés y Guerras Carlistas) que permitió una cierta pujanza económica, además del surgimiento de la costumbre del ocio entre las clases más pudientes de la sociedad valenciana.

 

¿Qué tenía Buñol y su Hoya para estos visitantes?

En primer lugar su cercanía a la capital y sus buenas comunicaciones (la línea de ferrocarril desde Valencia se inauguró en 1883), su clima menos cálido y la abundancia de fuentes y manantiales, cuando lo más “in“ entre la burguesía era ir “a tomar las aguas”, origen del actual turismo de balnearios.

Este trasiego de visitantes produjo la adecuación de fuentes como la Salud, Espinaca, San Luís, Estrella… algunas con unos simples bancos, pero en otras se crearon merenderos como los de Turche, Ciprés o Roquillo, e incluso pequeños balnearios como los de la Jarra, Hortelano o el río Juanes.

Con las posadas en pleno funcionamiento, surgió alguna pensión e incluso los particulares alquilaban habitaciones a los señoritos de Valencia. Las incomodidades que causaban las compensaban sus dineros. Algunos de los chalets de la zona de las Ventas (Chalet de Pallarés/Conservatorio, Torre Maria, Jubilados…) son un reflejo de segundas residencias de gente de Valencia que venía a disfrutar de los atractivos de nuestro pueblo.

Esta época dorada del “turismo” en Buñol, terminó con el estallido de la Guerra Civil y sus miserias posteriores, la consolidación de la industrialización (que transformó el río Buñol en un vertedero) y quizá también que los salarios fijos de la industria hicieran innecesarios estos ingresos extra.

Aunque la tradicional denominación de “la Suiza Valenciana” me parece un pelín exagerada, lo que sí parece claro es que ese flujo “turístico” existió y fue importante, fuimos un lugar de veraneo en el “turismo” de esa época.

 

¿Podriamos volver a ser “la Suiza Valenciana?

Si le preguntas a cualquier buñoler@, te hará enseguida una lista extensa de atractivos turísticos: el castillo, la cueva Turche, San Luís, la Jarra…, el sonido de nuestras bandas y, pa rematar… un mojetico.

Pero aunque en los últimos años se han dado pasos en la buena dirección para ser un destino turístico (página web, creación de productos, impulso municipal…) aún nos queda un largo camino que recorrer.

Puesta en valor y mantenimiento de muchos de nuestros atractivos turísticos, creación de más productos experienciales (el nuevo turista quiere ser protagonista de sus experiencias, no solo meros espectadores), continuar e incrementar el apoyo municipal, coordinación y difusión del amplio calendario de actos festivos, deportivos y culturales, desarrollo de propuestas turísticas comarcales (para conseguir estancias de varios días)… seguro que a much@s se os ocurren ideas de como potenciar el turismo.

 

¿Puede transformarse el turismo en una actividad económica importante?

Mi opinión, basada en casi dos años de enseñar el pueblo, es que sí, el flujo de visitantes se incrementa de forma constante. Hasta el momento son visitas de día y principalmente con origen en Valencia y su área metropolitana. Conseguir que la gente pernocte en la zona es un proceso más lento, pero con constancia lo conseguiremos.

Tenemos los mimbres necesarios para lograrlo: cercanía a Valencia y buenas comunicaciones, atractivos naturales y patrimoniales, establecimientos hosteleros, actividades complementarias, la música, la Tomatina y nuestra gastronomía.

Pero primero tenemos que creérnoslo,  los políticos que nos representan, pero sobre todo l@s buñoler@s, y ponernos a trabajar en ello, crear un Plan de Desarrollo Turístico, consensuarlo y llevarlo a cabo. 

Un turismo sostenible, respetuoso con el territorio y sus gentes y que tenga el mayor impacto económico en la zona.

¿Turismo en Buñol? De nosotr@s depende.

Pepe Medard Ruiz
Buñoleroadicto

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