La torre del telégrafo óptico

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La Torre de Buñol, denominada Torre del Alto de la Portilla (también se denomina Torre del Portillo o Alto del Portillo), es la torre número 26, Sección 5.ª, de la Línea Madrid-Valencia del Telégrafo Óptico de España. Situada en el término municipal de Buñol, en el Alto del Portillo.

El telégrafo óptico fue diseñado para ser visto a gran distancia, configurando diversas señales por medio de un mecanismo operado por una o varias personas. Colocando varias torres en cadena se podía hacer que cada una repitiese el mensaje de la anterior, transmitiéndolo así a grandes distancias en un tiempo muy inferior al que requería un mensajero a caballo.

Su puesta en funcionamiento requirió la construcción de una red de torres, equipamiento y una dotación de catalejos de buena calidad. Nació en el s. XIX, en una etapa de la historia política y socialmente convulsa, con necesidad de seguridad y de información rápida y fiable, favoreciendo su desarrollo la coincidencia con las Guerras Carlistas.

La primera línea del telégrafo (Línea de Castilla), que unía Madrid con San Sebastián con 52 torres, entró en funcionamiento en 1846; la segunda línea (Línea de Andalucía) unía Madrid con Cádiz, con 59 torres; y la tercera línea (Línea de Cataluña), lo hizo entre Madrid y Valencia con 30 torres, desde 1849; con el objetivo de seguir de Valencia a Barcelona y a la Junquera, aunque esta última fase no llegó a funcionar nunca al completo. El telégrafo óptico permaneció en servicio hasta ser sustituido paulatinamente por el eléctrico.
Las torres de planta cuadrada de 7 metros de lado y 12 de alto, con muros de un espesor de 0’8 m., estaban pensadas como fortaleza. De este modo, el enemigo tendría mayor dificultad, en caso de guerra, para interrumpir el sistema de comunicaciones.

La construcción de las torres se realizaba de mampostería y ladrillo, encaladas y pintadas de ocre. No obstante, si bien todas las torres son prácticamente idénticas, se aprecian diferencias en las técnicas de construcción, seguramente sujetas a la disponibilidad de los distintos materiales de construcción de cada zona.

Por cada lado aparecen tres aspilleras en la planta baja para su defensa.

En la primera planta se encontraba la puerta por la que se accedía a la torre, situada a unos 4 metros de altura, por medio de una escalera de madera que se retiraba y guardaba en el interior, quedando así la torre inaccesible desde el exterior. En el lado contrario de la puerta había una ventana. La puerta y la ventana siempre estaban encaradas a la torre anterior y posterior. En los otros lados no había ventanas.

En la segunda planta había ventanas situadas en los mismos lados que en la primera planta. Desde esta planta se manipulaban los controles del telégrafo situado en la terraza.

En el periódico “La Iberia”, de 15 de septiembre de 1875, número 5800, en la Sección de Noticias, se hace mención de un hecho del que fueron partícipes los soldados destacados en esta torre. Se puede leer:

Valencia.- El jueves último por la mañana salió del pueblo de Chiva el carro del alcalde de dicha población con un hijo y el criado de la mencionada autoridad, los cuales iban custodiando la suma de 4.000 reales.

Al llegar al punto denominado las Cabrillas, les salieron al encuentro dos hombres armados con una escopeta, los cuales les exigieron la entrega del metálico que conducían.

Una vez que la tuvieron en su poder, pusieron pies en polvorosa; pero el criado del alcalde de Chiva tuvo el buen acierto de dar cuenta de lo que sucedía al jefe de las fuerzas que guarnecen la torre telegráfica del Portillo.

Inspeccionose desde la torre con un anteojo, y pudo verse la dirección que tomaban los ladrones, por cuyo motivo se hicieron señales a las otras torres telegráficas, y se destacaron algunos soldados en persecución de los malhechores. Al ver éstos que iban fuerzas en su alcance, hicieron fuego contra ellas, pero sin causarles ningún daño. Los soldados contestaron con una descarga, y de sus resultas uno de los ladrones cayó herido de gravedad y el otro se entregó preso. Al registrarlos, sólo se les encontró encima nueve duros, pero ante las amenazas de los soldados, confesaron que los 4.000 reales habían sido enterrados debajo de una cepa, de donde fueron sacados.

La telegrafía fue el primer sistema con una infraestructura para las comunicaciones, sistema unificado con reglas homogéneas y regularizadas que dará lugar a partir de aquí a los nuevos sistemas de comunicación más modernos.

Recientemente, en junio de 2011, la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura y Deportes hada dado de alta en el Registro de Interés Cultural las torres de telegrafía óptica de la línea Madrid-Valencia situadas en la provincia de Valencia, remitiendo al Ministerio de Cultura una solicitud para que sean registradas también en el Inventario General del Patrimonio Histórico.

Se ha remitido desde Patrimonio a los ayuntamientos de Villargordo del Cabriel, Fuenterrobles, Requena, Buñol, Chiva, Godelleta y Torrent una carta en la que se advierte de la prohibición de realizar obras en los edificios o en la zona de afección, así como la realización de un plan de protección que será supervisado y aprobado por la Dirección General.

Mateo Pérez Carrascosa
Técnico en Artes Gráficas
Autor del libro:
«La Torre Olvidada. El telégrafo óptico dejó su torre en Buñol».

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