La visita de Gila al Barrio Gila

Hace tiempo publiqué un artículo en esta revista sobre el Barrio Gila y su Historia. Decía en el mismo que Gila visitó el Barrio Gila (valga la redundancia), pero que esa era otra historia que ya publicaría. Pues aquí la tenéis.

Con la llegada de la Feria y Fiestas siempre se nos presentaban las preguntas de qué “potentes equipos” se enfrentarían a nuestro C.D. Buñol, y quién actuaría ese año. En 1988 la estrella de las Fiestas iba a ser el gran Miguel Gila, con todos los respetos al resto de artistas que también actuaron. El paso de Gila por Buñol no fue simplemente venir, actuar, y marcharse. Fue mucho más, y dejó algunas anécdotas. Era el 24 de agosto de 1988, día en que se celebraba la Tomatina, y otras actividades lúdico-festivas. En el programa también sugerían algunas recomendaciones (génesis de la siesta popular), tal como podéis ver en el recorte del Libro de las Fiestas. A las siete de la tarde, en el Ayuntamiento, se iba a recibir a un genial personaje, Miguel Gila, un maestro del Humor (con mayúsculas), que con motivo de su actuación en las Fiestas, vino a Buñol. Se le rindió homenaje en el consistorio, pero no acababa ahí la cosa, todavía faltaba enseñarle “un pisico” del Barrio Gila, el barrio que popularmente lleva su nombre desde que se construyó. El llamado Grupo Posada Cacho, en 1982, cambió su nombre, oficialmente, por el de Barrio Gila.

Gila en Gila

Dos días antes habían sido las Fiestas del Barrio, con sus almuerzos, concurso de paellas, “chocolatá”, verbena… Este ambiente festivo era también el que se respiraba por las calles del Barrio esa misma tarde. Había expectación y una ansiedad positiva por ver por allí nada menos que a Gila en persona. He de remarcar que en aquella época existía una Asociación de Vecinos que funcionaba bastante bien. Además, en las Fiestas del Barrio tenían su Reina, con su Corte de Honor, se les cosían los trajes, participaban en la Cabalgata del Día de las Músicas… en fin, un montón de cosas que el paso del tiempo y otras circunstancias fueron arrinconando hasta el desván de los recuerdos. Pero, a lo que íbamos, que llega Gila. De unos coches bajaron algunos miembros del Ayuntamiento y otras personas, entre las que se encontraba Gila. Fueron recibidos por la Asociación de Vecinos, además de por muchísimo vecindario, y ahora venía lo de enseñarle “un pisico” de Gila (su Barrio). El elegido fue el piso del Tío Joaquín Miguel y la Tía Enriqueta (en el Bloque B, el pequeño). El motivo de esta elección fue porque este había sido el “piso piloto”, es decir, el primero que dio la imagen de lo que serían todos, y que sirvió como reclamo a sus primeros vecinos. Según me han contado, se le regaló un cuadro, se le explicó la historia, y se le agradeció esta inolvidable visita. Yo me imagino que, a tenor del tamaño de los pisos de Gila y con tanta gente, aquello debía ser lo más parecido al camarote de los Hermanos Marx. También él, emocionado, agradeció todo este recibimiento. Hubo algunas bromas por parte de Gila, y una anécdota inédita, que os paso a relatar.

Nunca se lo hubiera imaginado

En un breve vistazo por el Barrio, a Gila le llamó la atención el orden en la colocación de unas placas en la pared, una más arriba que la otra, que anunciaban el nombre del Barrio y el de la calle, respectivamente. Ya en la tertulia, Gila dijo que a él le habían pasado muchas cosas en la vida, pero lo que nunca se hubiera imaginado es que su nombre (en la placa referida a él, “Barrio Gila. Miguel Gila. Humorista”), estuviera por arriba del de Pablo Neruda (que era el que figuraba en la placa de la calle, que era “Pablo Neruda. Poeta chileno. Premio Nobel”).

Luego fueron a visitar y a saludar a la Reina de las Fiestas del Barri, Inmaculada Foradada, al piso donde vivía. La gente acompañaba el cortejo, y allí en la calle, poco antes de marcharse, le pedí a Gila si podía firmarme un disco, que precisamente contenía “El piso tranquilo”, entre otras llamadas telefónicas. Gustosamente firmó, y me lo dedicó. 

Actuación de gila en el auditorio

Ya se echaba la noche, se acercaba el momento de ver en directo a Gila, con su teléfono, sus reflexiones, sus historias. Recuerdo su aparición, tras una pila de sacos simulando ser una trinchera, con el traje de soldado y su teléfono negro. El hilarante desarrollo de sus llamadas ya os lo podéis imaginar, así hasta que se acercaba el final de su actuación. Pero todavía quedaba una guinda más, en forma de agradecimientos, añadiéndole él su personal toque de Humor.

Agradecimientos y Cristobal Colón 

Gila no quiso despedirse sin mostrar sus agradecimientos por el homenaje y el recibimiento que había vivido en el Barrio Gila. Tras mostrar el cuadro que le habían regalado, se lanzó a elucubrar, como él sabía hacer, y dijo: “Esta tarde he visitado un barrio que no conocía y que lleva mi nombre, así que ahora ya puedo decir que si Cristóbal Colón tiene calles y plazas en muchos sitios, yo tengo un Barrio para mí solo, aquí en Buñol”. Miguel Gila, genio y figura.

El Barrio Gila en “De Par en Part”

El pasado octubre participamos en el III Festival “De par en part” con una exposición de fotos en el Kiosco de Gila, más algún texto sobre la historia y el devenir del Barrio. Como en el año 2019 se celebraba el centenario del nacimiento de Miguel Gila, también le hicimos un homenaje incluyendo muchas viñetas de su faceta de humorista gráfico. Hubo una mesa redonda a la que asistieron muchas personas, especialmente vecinos y vecinas del Barrio, de toda la vida. Resultó muy gratificante ver cómo la gente, incluso de varias generaciones, se reconocían en las fotos antiguas, comentaban y disfrutaban de los recuerdos. Creo que entre las fotos y las viñetas conseguimos sonsacar sonrisas y emociones. Intentando emular a Gila, con su Humor.

Venanci Ferrer Tarín
Ex-quiosquero del barrio Gila

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.