La vuelta al cole

«La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle». María Montessori.

Estamos en puertas de un nuevo curso escolar, un curso que se caracterizará sobre todo por la recuperación de la «normalidad» en nuestras aulas. Después de unos cursos muy complicados para todos y todas tenemos que mirar hacia delante y recuperar todos aquellos elementos que nos identifican como colegio. Nuestra comunidad escolar se apoya en tres pilares básicos: familia, alumnado y profesorado y es nuestra obligación hacer partícipes y responsables a todos ellos de la puesta en marcha de este engranaje.

Este curso escolar estrenamos además una nueva legislación, nuevos decretos en Infantil y Primaria, decretos que se basan en el respeto hacia los ritmos individuales de cada persona, la inclusión como eje fundamental de la enseñanza. Este será un curso de lectura, análisis, formación y adaptación a los nuevos retos que nos proponen con la nueva ley.

Pero ¿qué hay detrás de la vida diaria de un colegio? En nuestro colegio, el Cervantes, se dialoga, se discute, se consensua… Hay muchísimo trabajo que no se ve, infinidad de reuniones, entrevistas, formación… El profesorado realiza una labor inconmensurable a lo largo del curso, siendo los primeros días un esprint para recibir a nuestro alumnado como mejor sabemos, que es con ilusión, con los brazos abiertos y con unas ganas enormes de caminar juntos, compartiendo aprendizajes.

Nos consideramos un colegio con una larga trayectoria democrática, basándonos en la participación de todos los miembros de la comunidad. Es fundamental la participación de las familias tanto en la vida del centro como en la formación del alumnado. Hay muchas formas en las que las familias están presentes, contamos con nuestras delegadas-os y subdelegados-as de aula y la Comisión de Comunicación Familia-Escuela. Las familias participan además en las aulas de forma directa en talleres, proyectos y en los grupos interactivos. El AMPA es un pilar fundamental en nuestra estructura, realiza formación para familias, colabora en todas las actividades del centro, ayuda en la mejora de las instalaciones, organiza jornadas y talleres para el alumnado…, mantiene una relación fluida y coordinada con el centro mostrando siempre su disponibilidad y colaboración. El Cervantes es un colegio abierto, no sólo fisicamente, abierto a las familias, al entorno en la que vivimos a cualquier persona que quiera aportar.

El alumnado también tiene su espacio de participación, todas las aulas cuentan con sus delegados-as y subdelegados-as conformando la Cámara de Delegados y delegadas. Su función es representar a su aula, realizar propuestas para el centro y gestionarlas. El alumnado se ha reunido con Alcaldía para solicitar contenedores de reciclaje, hace campañas informativas y cualquier tema que sea relevante para ellos. En las aulas tienen su espacio a través de las asambleas para el diálogo, fomentando valores como la empatía, la resolución pacífica de conflictos, la solidaridad…

El trabajo en igualdad es una seña de identidad presente desde hace muchos años. El curso pasado entramos a formar parte del proyecto Coeducacentres y trabajamos en coeducación de forma transversal en el día a día de nuestro centro. Visibilizamos a la mujer en el currículo a través de nuestros proyectos «Sirena musical» y «Mujerarte» y tenemos el propósito de seguir haciéndolo en mucho más ámbitos. Trabajamos en un lenguaje inclusivo en unos patios que permitan las mismas oportunidades de juego y relación para todo el alumnado.

Durante este curso formaremos parte del proyecto 50/50, una experiencia educativa entorno al ahorro y la eficiencia energética. Nos preocupa el cambio climático, y queremos trabajar en comunidad para realizar pequeños cambios que sumen, para ello tenemos puesto ya en marcha la separación de residuos, talleres medioambientales y el proyecto «Bicicleando» para reducir el uso del coche.

Cada curso escolar es un reto, una ilusión, se prepara como si fuera el primero. Somos conscientes de nuestras limitaciones, de los escasos recursos qué tenemos (tanto personales como económicos), de las deficiencias en infraestructuras…, pero aun con todo y eso, el amor y dedicación por nuestro trabajo hace que demos lo mejor de nosotros mismos.

Recibimos niños y niñas desde dos añitos y tenemos una gran responsabilidad como docentes en su acompañamiento y desarrollo siendo sus guías, como decía Loris Malaguzzi: «Cuando un niño inicia un camino, dale las llaves que le permitan ir más lejos».

Silvia Guinda Villanueva
Directora CEIP Cervantes Buñol

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