Las miniseries también molan

Hola de nuevo seriéfil@s. A la espera de que terminen de emitirse las 2as entregas de las esperadísimas –y ya comentadas aquí– El cuento de la criada y Westworld y el estreno de la temporada final de House of cards, os voy a hablar en este número de un subgénero dentro de la ficción por episodios, la MINISERIE, que lejos de desmerecer a su hermana mayor, tiene algo que las series de largo recorrido NO poseen. Y es esa sensación de que no hay prisa ni ansiedad por devorarla, porque sabes que tiene un final ya establecido y cercano para el que no hace falta esperar uno o varios años. El formato y los ritmos, además, son más cinematográficos, y eso les otorga a las miniseries una dualidad muy interesante. Para este número os voy a recomendar 4 de ellas muy diferentes entre sí, con las que pasar buenos ratos. 

En primer lugar tenemos un western, Godless, que rompe casi todos los tópicos del género: protagonizado (casi) exclusivamente por mujeres, con relaciones lésbicas, antihéroes… Esta extraordinaria miniserie de 7 capítulos lo tiene todo: una recreación muy fresca y renovada que se aleja del típico escenario de “peli de vaqueros” con una fotografía y una música bellísimas. La trama sucede en el pueblo de La Belle en el que el derrumbe de una mina ha dejado viudas a la práctica totalidad de mujeres, a excepción de un sheriff medio ciego, su ayudante adolescente y unos pocos ancianos. Juntas y organizadas deberán enfrentarse a muerte a una banda de forajidos encabezada por Frank Griffin –inmenso Jeff Daniels–, quien va buscando para matarlo a un antiguo protegido suyo que le salió rana y que se ha refugiado en una granja cercana al pueblo. Godless es un canto feminista a la emancipación y autoorganización de las mujeres que, sin embargo, no se limita a señalar la cuestión de género, sino que añade componentes raciales, de clase y de orientación sexual. Una auténtica delicia para los amantes de la ficción. 

Otra de mis recomendaciones es Manhunt: Unabomber. En este caso, es una miniserie en 8 episodios basada en hechos reales ocurridos en EE.UU. entre los años 80 y 90 cuando un terrorista, al que el FBI apodó el “Unabomber”, sembró el pánico en la sociedad estadounidense enviando cartas bomba en su cruzada personal contra un sociedad industrial e hipertecnológica que se alejaba –hoy lo hace ya sin remedio– del vínculo de la especie humana con la naturaleza que nos dio la vida. Más allá del atractivo que puede tener la trama policial que da lugar a la caza final del Unabomber, me quedo con la construcción y evolución del personaje del analista del FBI asignado al caso –un gran Sam Worthington (Avatar)– y el proceso personal por el que pasa antes de dar con la clave –muy curiosa, por cierto– para atraparlo. La manera y el ritmo con los que la serie transcurre no solo te atrapan, sino que plantean el dilema moral por el que pasa el propio analista del FBI a la hora de reflexionar sobre las motivaciones que llevan al Unabomber a sus acciones, consiguiendo además que en algunos momentos, la audiencia –al menos un servidor– logre empatizar con las motivaciones –que NO los métodos– que llevan al terrorista a hacer lo que hace. Una miniserie que profundiza y rebusca en la psique tanto del captor como del capturado y que además te hace reflexionar sobre temas de rabiosa actualidad. Merece la pena visitarla. 

En tercer lugar, os propongo una de las que tocan la fibra: Seven seconds. Es esta una miniserie en 10 capítulos basada en la peli rusa The major (2013), cuya trama gira en torno al atropello accidental de un adolescente de raza negra por un policía blanco en la ciudad de Jersey City. Un drama social que combina de forma muy potente elementos que desgraciadamente siguen muy presentes en la sociedad estadounidense: la corrupción policial, el racismo institucional ligado fuertemente al clasismo y a la desigualdad y finalmente los prejuicios de una sociedad que no avanza. La serie nos recordará los graves problemas que a día de hoy todavía tiene que enfrentar la comunidad afroamericana a la hora de obtener justicia con respecto a los abusos policiales, muchos de cuales terminan en asesinatos impunes, mientras la sociedad blanca mira hacia otro lado. Nos presenta imágenes y secuencias muy recurrentes de la gran ciudad, que resultan un complemento perfecto para terminar de dibujar el clima de tensión racial que se va forjando después de cada episodio. Entre las muy buenas actuaciones del reparto, me quedo con la brillantísma Clare-Hope Ashitey como la fiscal de raza negra que tratará de hacer justicia para la familia del adolescente muerto por el atropello. No os la perdáis.

Las 3 miniseries anteriores las tenéis disponibles en la plataforma Netflix. Me me guardado para el final la que creo es una obra maestra, como no, del mejor y más grande creador de este género, David Simon. Con esta joya, titulada The deuce, el creador de las ya míticas The Wire o Tremé, ha conseguido –una vez más– ascender al olimpo de la ficción con una creación que es de lo mejorcito que ha podido ver un servidor. La trama argumental de la serie transcurre a principio de los 70s, en el llamado Deuce, parte del Times Square de Nueva York, donde el negocio de la prostitución a través del proxenetismo prefigura los orígenes y la historia de la industria del porno en la figura de una trabajadora sexual –grandiosa Maggie Gyllenhaal-–que va por cuenta propia –con todos los riesgo que ello comporta– y descubre en el rodaje de escenas porno –todavía muy precarias y clandestinas– una forma de salir de las calles y abandonar la prostitución. Todo combinado en un cóctel al más puro estilo David Simon, en una barriada donde las mafias, las drogas, los bares nocturnos, la corrupción policial y los tejemanejes urbanísticos te sumergen en un ambiente tan dramático y realista que te tiene en vilo hasta el último de sus 8 episodios. 

Como es evidente, el contenido sexual, rodado con mucho cuidado, es abundante pero no gratuito y aunque parezca increíble, no es el motor de la serie. Cada escena está cuidada a la perfección, con una ternura y una naturalidad que emocionan. La construcción de los personajes, la banda sonora y el clima con el que te atrapa The Deuce a través de escenas y secuencias memorables no exentas de una brutal crudeza, te revuelve por dentro de una forma que emociona. El trabajo, especialmente el de las actrices, es insuperable, aunque junto a Gyllenhaal, la actuación de James Franco, quien encarna a 2 gemelos, es igualmente sobresaliente. Mientras escribía estas líneas y creyendo que estaba concebida como miniserie, he conocido que la han renovado por una 2ª temporada. Extraordinaria noticia. Podéis encontrar esta maravilla en HBO. Disfrutadla. Nos vemos en el próximo episodio. 

Jose Guerrero Moliner
Ácrata y serieadicto

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