Más de 50 plataformas de todo el Estado firman una Declaración contra la Incineración

La Declaración de Ponferrada vertebra la unidad de acción del movimiento anti incineración y por el Residuo Cero

Redacción.- “La incineración es una estafa, contribuye al calentamiento global y al cambio climático y es una grave amenaza para la salud pública”, afirman miles de ciudadanos, médicas, técnicos, profesoras o ecologistas de todo el Estado, representados por más de cincuenta plataformas firmantes del manifiesto que articula la unidad de acción del movimiento estatal anti incineración. Se trata de la «Declaración de Ponferrada contra la Incineración y por el Residuo Cero», que será presentada hoy en el Teatro del Barrio de Madrid.

La Declaración es fruto del octavo Encuentro de la Coordinadora Estatal de Plataformas contra la Incineración de Residuos, celebrado recientemente en la ciudad de Ponferrada por una veintena de colectivos, a los que se han sumado y se siguen sumando plataformas, reuniendo ya a más de 50 grupos ecologistas o vecinales de toda la geografía española que “trasladan sus reflexiones y demandas al Ministerio para la Transición Ecológica, a todas las demás Administraciones afectadas, a la Fiscalía Especial de Medio Ambiente y a toda la sociedad”.

Exigimos a las Administraciones —afirma la Declaración de Ponferrada— que no concedan más permisos de incineración o coincineración y que desarrollen alternativas para los residuos basadas en la Reducción, Reutilización, Reciclaje y la prohibición de lo No Reciclable, de modo que no conviertan a las cementeras ni a las centrales térmicas en incineradoras de residuos encubiertas”.

La (co)incineración de residuos produce compuestos químicos tóxicos: furanos, Compuestos Orgánicos Persistentes, metales pesados, ftalatos (plastificadores), dioxinas, gases de efecto invernadero y gases ácidos que una vez liberados en la atmósfera pasando a las plantas, animales y personas, produciendo cánceres, disrupciones hormonales, problemas respiratorios y otras enfermedades”.

La Declaración de Ponferrada rechaza eufemismos como “valorizar”, o que la energía generada por (co)incineración pueda considerarse neutra y mucho menos limpia: “Se trata de electricidad negra que se disfraza de verde o de energía renovable. Este blanqueamiento o greenwashing es inaceptable por lo que nos oponemos rotundamente a que la futura Ley de cambio climático blanquee la biomasa para uso energético y exigimos que se excluya la biomasa de la estrategia de transición energética. Estaremos vigilantes ante la redacción de la anunciada Ley de cambio climático para demandar al Reino de España ante la Unión Europea en el caso de que se incluyan prácticas como la incineración de biomasa que, con la excusa del cambio climático, conlleven riesgos para la salud”.

Incinerar es la peor solución: hay alternativas

La incineración de residuos —continúa el manifiesto—, además de peligrosa, está obsoleta. Contamos con medios técnicos, económicos y sociales eficientes y suficientes para apostar por alternativas sostenibles de gestión de residuos y de producción de energía. Las estrategias Residuo Cero demuestran que se pueden gestionar los recursos naturales de otro modo (Reducir, Reciclar, Reutilizar, Rediseñar). La prevención de residuos, la prohibición de productos de un solo uso —como la plaga de las bolsas de plástico—, el consumo responsable, la reutilización y el reciclaje son excelentes aliados en la lucha contra el cambio climático y en el ahorro de energía”.

Apostamos por desmaterializar la economía, favoreciendo la transición hacia una economía decrecentista donde consumir menos signifique vivir mejor. Los avances tecnológicos demuestran que es más barato y sostenible un modelo energético basado en la prevención y en la generación de energía limpia”.

La incineración es una estafa

Para los firmantes de la declaración, la incineración es una estafa de la que se lucran las industrias cementeras, térmicas y demás incineradoras que reciben cuantiosas subvenciones por los derechos de emisión de CO2: “Con el pretexto de paliar el cambio climático, en realidad las Administraciones están pagando por deshacerse como sea de sus toneladas de basura, que no saben cómo gestionar”.

La incineración de residuos supone además un peligro cierto para la agricultura, en especial para la agricultura ecológica, pues las plantas incineradoras expulsan al aire numerosos componentes peligrosos, que van a parar a la tierra y al agua, acumulándose, con resultados catastróficos: una agricultura de baja calidad significa menos generación de recursos y de trabajo”.

Sabemos de qué modo actúan las empresas especuladoras —con despidos masivos cuando conviene a su beneficio, como han hecho tantas veces, sin importarles personas o familias—. Presentan como estable un trabajo precario, a capricho de intereses y decisiones deslocalizadas, como recientemente en León la multinacional danesa Vestas (400 despidos sin titubear para ahorrar 30 millones anuales, tras haber recibido más de 15 millones de € de ayudas públicas). A medio y largo plazo, el trabajo más intensivo, ético y duradero es el que se relaciona con una buena salud ecológica y ambiental”.

La Declaración interpela con importantes demandas al Ministerio para la Transición Ecológica y a las demás Administraciones, como la exigencia de etiquetar los sacos de cemento detallando con qué energía ha sido fabricado o los productos que contiene, su peligrosidad y las normas de manipulación para proteger al consumidor.

Así, en la parte dispositiva del documento, las cincuenta plataformas acuerdan “Presentar cuanto antes una denuncia conjunta contra la Incineración ante la Fiscalía Especial de Medio Ambiente. Denunciar las autorizaciones a incineradoras concedidas en años anteriores vulnerando la Ley y exigir el cumplimiento de las Autorizaciones Ambientales Integradas. Denunciar ante los Tribunales a los ayuntamientos que incumplan los Planes Autonómicos de Residuos. Exigir estudios científicos de calidad de aire objetivos e independientes en los focos directos de contaminación. Dirigirnos de forma conjunta al Grupo de Derechos Fundamentales, Derechos de los Ciudadanos y libre circulación de personas del Consejo de Europa para que inste a este Consejo a incluir el derecho a un medio ambiente saludable en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en la Carta de Derechos Fundamentales de la ONU”.

Por último, la Declaración de Ponferrada expresa su apoyo a Bierzo Aire Limpio en su lucha contra la incineración de neumáticos en El Bierzo —que reúne ya más de 11.000 firmas entregadas al Presidente de la Junta de Castilla y León— y contra la macro incineradora de biomasa promovida por Forestalia en Cubillos del Sil; se solidariza con los activistas mexicanos Brisa Violeta Carrasco y Tadeo Vargas, agredidos por empresas cementeras; y agradece la presencia en las encuentros del profesor neoyorquino Paul Connett, referente mundial en la estrategias Residuo Cero.

Firman la declaración plataformas de Alsasua, Benahadux y Carboneras (Almería), Montcada i Reixac, Madrid, Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, El Bierzo, Asturias, Galicia, Bizkaia, Gipuzkoa, Sta. Margarida i Els Monjos, Buñol, La Garriga, Los Alcores (Sevilla), Córdoba, Niebla (Huelva), Morata de Tajuña y Mora (Toledo), Campo de Gibraltar y Bahía de Algeciras, entre otras, además de colectivos como Alternativa Verde por Asturias-EQUO, Amigos de la Tierra, ADEGA, Ecologistas en Acción, GAIA, La Olla del Bierzo, Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, Rede Decrecemento y Tyto Alba.

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