Algunos menores del centro de acogida de Buñol reiteran que el antiguo director «los maltrató»

El responsable de la residencia que gestionaba la Fundación Luis Amigó se enfrenta a dos años de cárcel por violencia habitual sobre personas vulnerables

Redacción.- Según publica Levante EMV, tras varios intentos de sobreseimiento por parte de la defensa, el antiguo director del Centro de Acogida de Menores «La Foia de Bunyol» se sentó ayer en el banquillo de los acusados por cinco presuntos delitos de maltrato a adolescentes internos en el CAM y otro de violencia habitual sobre personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a su guarda.

El Ministerio Fiscal solicita una pena de dos años de cárcel para el responsable del centro, que en aquel momento estaba gestionado por la Fundación Luis Amigó y acogía a menores inmigrantes no acompañados tutelados por la Conselleria de Bienestar Social.

Además la Fiscalía pide por los cinco delitos de maltrato 300 días de trabajo en beneficio de la comunidad, que en caso de incumplimiento serían sustituidos por siete meses de prisión por cada uno de ellos. Tanto la fundación como la propia conselleria figuran como responsables civiles subsidiarios y deberían responder por los daños morales sufridos por los menores.

Al menos tres de los menores presuntamente agredidos por el acusado declararon ayer en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 11 de València. Estos testigos protegidos confirmaron alguno de los episodios violentos vividos y los métodos disciplinarios que ejercía el director del centro con bofetadas, intimidaciones e insultos.

No obstante, los adolescentes que sufrieron las lesiones más graves no han podido ser localizados ya que los hechos denunciados se remontan a 2011 y 2012 y muchos de ellos, al ser ya adultos y de origen extranjero, están en paradero desconocido.

Uno de los que sí acudió a declarar reconoció haber sido golpeado en alguna ocasión por el acusado, mientras que otro, con una discapacidad parcial, apenas lo recordaba. Un tercer testigo aseguró que aunque a él nunca le pegó porque tenía buen comportamiento, sí que sabía que en el centro se utilizaba la violencia y que los menores internos le tenían miedo al director cuando iban a su despacho.

Por su parte, el acusado ha negado en todo momento haber agredido, golpeado o insultado a ningún menor, reconociendo que en el centro había algunos adolescentes «realmente conflictivos» que debía de controlar para mantener la buena convivencia con el resto. Así, argumentó ante la jueza que las denuncias de los educadores sociales que destaparon el caso responde a «una venganza» tras el despido de seis trabajadores.

Estos relataron ayer cómo el procesado les daba instrucciones para someter a los menores conflictivos a situaciones límite con el fin de hacer posteriormente informes negativos para «quitárselos de encima y trasladarlos a otros centros».

Respecto a los despidos, explicaron que se produjeron después de mantener precisamente una reunión con el director en la que le advertían de que no iban a tolerar más malos tratos sobre los menores. El juicio prosigue hoy con una larga lista de testigos propuestos por la defensa que pretenden refrendar la conducta intachable del acusado desde que accedió al cargo en 2008.

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  1. Sería una gran decepción…

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