Navidades de antaño

n11_historia1

Siempre me han gustado las navidades, son fechas de estar con la familia, y a día de hoy, de regalos; en mi opinión, demasiados.

Cuando yo era joven las navidades no eran como las de ahora, eran navidades familiares y de recogimiento, tenías ganas de que llegaran porque recibías el aguinaldo. El día de Navidad era importante por ese motivo, era el día del aguinaldo. La costumbre era ir a casa de los familiares a pedirlo. No era mucho, pero lo suficiente como para ponerte contento.

Y el día de Reyes, los reyes magos te traían un regalo, solo uno. Esto sí que ha cambiado con respecto a las navidades de hoy. Papa Noel todavía no conocía España.

Eran días especiales, porque comías cosas que no probabas en todo el año, como el marisco. Hoy puedes comer gambas en cualquier otro día, pero antiguamente no era lo habitual, y con respecto a los dulces, no podían faltar: el turrón blando, el duro y el de frutas.

Había 3 días de Navidad, y cada día se iba a casa de un familiar. Esta tradición aún continúa en algunas familias. El día de Navidad era muy habitual comer cordero al horno, o bien, cocido, tradición que también perdura en algunos hogares.

Mis hermanos y yo decorábamos la peluquería de mi madre con el típico árbol navideño y un “Feliz Navidad” tallado en madera hecho por mi hermano Manolo, y decorado con luces que poníamos justo encima de los espejos.

Me gustaba mucho el 22 de diciembre en la peluquería, encendíamos la radio y a oír como cantaban los niños de San Ildefonso los números de la Navidad. Aún hoy sigue siendo el Día de la Salud, porque si no toca, salud tengamos.

La cena de Nochebuena abríamos una botella de cava y, tras la cena, íbamos a la Misa del Gallo, y mientras, mi padre se quedaba en casa haciendo turrón casero de rosas con miel, (palomitas de maíz con miel por encima), buenísimo.

Y en Nochevieja, dado que mis padres se bajaban a Rosales a tomarse las uvas y beber cava, el guateque se montaba en mi casa con amigos, ya que por aquel entonces éramos de los pocos que teníamos tocadiscos.

Ahora mis nietas se ponen a ver la tele y solo oigo,“¡me lo pido, me lo pido!”. Incluso hay una aplicación que te hace la carta a los Reyes Magos solo añadiendo regalos, como si fuera un juego.

Aunque aún se conservan algunas tradiciones, las navidades se han convertido en las fiestas del consumo, debido la televisión, inundada de anuncios de juguetes. Llega un momento en el que los niños no saben que pedir, las cartas a los Reyes Magos son interminables, y Papa Noel y los Reyes demasiado generosos.

En fin, son unas fiestas alegres y familiares, pero también tristes, porque te acuerdas de los que ya no están. Esperemos que las navidades sean buenas y podamos ser felices. Feliz Navidad y Próspero año nuevo para todos.

Blanca Marzo López.
Una paisana nostálgica.

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.