Sabadetes en el SOHO – Música en directo. Fue bonito mientras duró.

Justo al empezar a escribir este artículo, en 20 de diciembre,  me encuentro con la noticia de que se han cancelado los conciertos previstos para el resto del mes en el Soho Culture Club (antaño Café Cubitas, Misti-K, Gatoblanco), mítico lugar de encuentro entre buñolenses de toda la vida, y que de nuevo arrancaba con una programación comprometida de música en directo, y paff… variante Ómicron, blablablí blablablá, tracatrá.

Quería apurar el artículo hasta el infarto del editor para poder reseñar impresiones sobre el concierto de Sonic Angels, el de Sotos, el de Saxophone-Addict, e incluso el, para mí, bombazo de las navidades en forma de concierto de música celta, bohdràn1 incluído, de los Destillery Folk & Music.

Me limitaré a dejar por escrito mis impresiones de las dos actuaciones en directo que tuve el placer de presenciar, y digo placer, porque ambas me sorprendieron gratamente en cuanto a calidad musical y a estilasso se refiere.

En orden cronológico pues, el sábado 4 de diciembre tuvo lugar la actuación de Tommy Lee Who (misterioso berlinés) acompañado del inimitable Lean T. Fons, armonicista buñolero archiconocido en el mundo entero debido a su técnica y su «saber estar» en el escenario.

Una grave y aguardentosa voz, curtida en mil garitos sorprende a un público que, aunque allí presentes, en mayoría desconocíamos la carrera y estilo del artista en cuestión, y tanto la sencillez de acompañamiento country con ligero tufillo irlandés en ocasiones, y recordando a grandes ídolos como Johnny Cash (de quien desgranó una fantástica adaptación a duo del «Ring of fire»). Por momentos el country visitaba inglaterra (o venía de vuelta), y esa abaritonada voz recordó por momentos la Galicia Westernizada de los último Siniestro Total.

Las armónicas de Lean, como siempre, no defraudan, y eso de empezar sentado y acabar de pie también es un clásico en alguien a quien le fluye por las venas la esencia del rock and blues más garajero y canalla (en el buen sentido, claro).

La semana siguiente vimos al trío The Wanderers, que, transportados a los años 50, nos ofrecieron un repertorio de clásicos con varias saliditas navideñas (Jingle Bells Rock, por ejemplo), pero siempre desde la elegancia técnica y estilística, que no defraudó en abosoluto en ninguno de los tres intérpretes, que engancharon al público asistente sin problemas, y amenizaron una velada genial de música en directo.

Ya sabemos que el local es pequeño, y que para ir al WC hay que atravesar el escenario, pero, a fuerza de costumbre, quizás este hecho sea un punto más a favor de la calidez y familiaridad del local en sí mismo, pequeño, maderero, elegante, y encima ahora, con la miniexposición de fotos de música en directo de mi amigo Vicente Carrión (Fotógrafo Internacional), que le encanta la misma, pues miel sobre hojuelas… 

Lástima el puto Covid y todo lo que le rodea, que nos ha fundido otras navidades, y a los artistas, y promotores… 

¿Os acordáis de aquel artículo? Pues con 27 veces «Mierda» me quedé corto.

1 Tambor tradicional celta, utilizado en su música irlandesa y escocesa, principalmente.

Fotos José Luis Carrascosa «Cubitas»

Enrique Hernández Pérez
Público Profesional

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