Buenas de nuevo, amigos y amigas seriéfilas. Aunque, un año más, me parece muy frívolo titular este artículo «lo mejor de…», cuando venimos casi a desgracia por año entre pandemias, guerras, genocidios y, recientemente, una catástrofe natural como la que ha azotado nuestra querida Terreta, estoy de vuelta para sugeriros unos cuantos títulos de lo que ha me ha parecido la mejor ficción televisiva que he podido ver en este 2024 que se nos marcha y ver si, así, os ayudo un poco a sobrellevar –aunque solo sea por un par de episodios a ratos libres– el mundo tan horrendo que nos está quedando.
A mi parecer, no ha sido 2024 un año muy prolífico en grandes series de nuevo cuño. De hecho, en mi Top10 hay muchos títulos de series que ya llevan alguna temporada en marcha. Además, no todos los títulos son estrenos de este año. Algunos pertenecen a 2023, ya que la producción de series es tan inmensa, que me pasa como con los libros: siempre me queda un amplia lista de títulos por visionar y muy poco tiempo disponible entre la conciliación familiar, el trabajo y la militancia. En la lista que os propongo faltan muchas series que aún no he podido ver y otras que quizá bajo vuestro criterio deberían estar. Esta es solo la mía. Vamos allá.
La mejor serie que he visto este año sin duda es Cocina con química (Apple TV+), un título de 2023 que pude disfrutar con retraso este año, pero para el que valió mucho la pena esperar. Es una serie ambientada en los EE.UU. de los 50, en la que una mujer licenciada en Química se intenta abrir paso en vano en el mundillo de la investigación al más alto nivel, y en el que encuentra una sociedad patriarcal y un sector hipermasculinizado que le impide trabajar como investigadora y llevar a cabo sus proyectos. En medio de una trama que no desvelaré, acaba haciendo un programa de cocina en la TV, y lo que sucederá a continuación… te sorprenderá. Destaca su impecable realización, ambientación, fotografía y, cómo no, la excelsa interpretación de Brie Larsson, que se come la pantalla. La serie, con innumerables momentos emocionantes, está basada en la homónima novela de Bonnie Garmus, y es una bellísima oda a esa Segunda Ola del feminismo que trataba de abrirse paso en aquella sociedad norteamericana en la que las mujeres quedaban relegadas al ámbito doméstico. Imprescindible.
La medalla de plata es para la segunda temporada de La casa del Dragón (Max). Una vez más, el universo de Juego de Tronos ha vuelto después de dos años con una segunda entrega, superando incluso el altísimo nivel que ya nos dejó la primera en su estreno. Si la primera temporada nos retrotraía a casi 200 años antes de la historia que nos contó la serie madre, en un momento dominado por la dinastía Targaryen, se presentan conflictos por la sucesión a través de unas tramas e intrigas muy bien trenzadas y muy propias del universo creado por George R.R. Martin. En la que hoy nos ocupa se dobla la apuesta con peleas de dragones, traiciones, conspiraciones y, sobre todo, una confirmación de una guerra sin cuartel por el trono de hierro, donde, una vez más, el centro son los personajes que se presentaron en la primera entrega, que van a hacer las delicias de los amantes del género épico-fantástico que envuelve a este universo. Destacan prácticamente todas las interpretaciones, entre principales y secundarios, y la gran cantidad de pasta que han metido en todo; dirección, casting, fotografía, vestuario y unos efectos especiales (CGI) que os harán flipar detrás de la pantalla. Recomiendo visionar las dos temporadas juntas.
La tercera en el cajón es otra de 2023, hablo de 1883 (SkyShowtime), una magnífica miniserie enmarcada en el universo de Yellowstone, esa extraordinaria serie en 5 temporadas –recientemente acabada– del gran creador Taylor Sheridan y de la que algún día hablaremos aquí. 1883 es un drama situado en medio de lo que la propaganda yankee llamó «La conquista del Oeste», que en la práctica no fue más que un proceso de ocupación y exterminio de la población nativa, por cierto, muy parecido al que Israel lleva décadas perpetrando en la Palestina ocupada hoy, devenido en sangriento genocidio. Aunque el hilo conductor de esta serie no es denunciar esto, sí deja algunas pinceladas de ello, centrándose en el despertar a la madurez de una joven colona blanca que viaja al oeste con su familia y un grupo de colonos de varias nacionalidades en busca de tierras donde establecerse. En esta fabulosa road movie a caballo y caravanas, se toparán con todas las adversidades posibles (inviernos crudos, ríos salvajes, indígenas, cuatreros y asaltos de bandidos asesinos –blancos, por supuesto–) que pondrán en peligro su objetivo. Destaca la interpretación de Isabel May, que encarna a la protagonista, y algunos ilustres de la gran pantalla, como Sam Elliot o Billy Bob Thornton. El diseño de producción, el montaje y la fotografía son absolutamente perfectos. Los enclaves y la trama recuerdan al mejor cine western, pero el tono y el ritmo son diferentes.Emociona y entretiene a raudales, y eso es mucho decir hoy en día. No os la perdáis.
En el número 4 tenemos una de las revelaciones estrenadas este año. Me refiero a la miniserie en 10 episodios Shogun (Disney+), una superproducción de FX basada en la novela histórica de James Clavell y coproducida con Japón, que sitúa la trama en el Japón feudal del siglo XVII, en la época de los señores feudales que cerraron el país al resto del mundo y solo permitían cierto comercio con los portugueses y los misioneros que habían llegado décadas antes. Comienza con la llegada de un barco inglés a medio naufragar con su tripulación agonizante, y las relaciones que se establecen entre el capitán del barco, visto como algo hostil para unos y exótico para otros, y un señor feudal –interpretado estelarmente por Hiroyuki Sanada– y las tramas que se sucederán para evitar que este acceda a un poder que ha quedado vacío entre los diferentes aspirantes al Shogunato. Shogun es una especie de Juego de Tronos a la japonesa, quizá con menos épica y sin fantasía, pero con más profundidad dramática, rigor histórico y la misma excelencia en medios y diseño de producción (casting excelente, fotografía, ambientación, música, etc…).Solo por ver el vestuario de los samurais, ya vale la pena. Un espectáculo para los ojos.
Para formar un poker de series coproducidas por Japón, en los puestos 5, 6 y 7 os propongo tres series muy distintas pero igualmente sobresalientes. La primera de ellas, Tokyo Vice (Max), estrenó su II temporada en este 2024 y supera a la primera, que ya fue muy buena. Está basada en las crónicas de Jake Adelstein, un periodista norteamericano que trabajó en los 80 en un periódico de Tokyo, y consiguió meterse, gracias a la colaboración con un veterano inspector de policía, en los asuntos de la Yakuza, la peligrosa mafia japonesa y las distintas facciones que controlan el crimen, la corrupción política y los negocios en el país. La serie es a veces trepidante, a veces pausada, pero con muy buenas interpretaciones, entre las que destaca Ken Watanabe (Origen) en el papel del detective que ayuda a Adelstein. En esta segunda temporada crece la acción y se consolidan los personajes ya presentados en la primera. Muy recomendable.
Las otras dos, Pachinko y Las gotas de Dios (ambas en Apple TV+), son dos series muy diferentes. La primera (ya lleva dos temporadas) es una ficción, basada en la novela homónima, que cuenta la historia –en dos líneas temporales– de una familia coreana que emigra a Japón durante los años de la ocupación japonesa de su país y que trata de sobrevivir en el segundo tercio de siglo. Narra, por otro lado, la historia de sus descendientes en las postrimerías de los años 80. La segunda, basada nada menos que en un manga con el mismo nombre, narra la competición por la enorme herencia que deja en Tokyo un famoso enólogo francés entre su hija y su mejor alumno. Lo que parece un argumento con poco interés, te atrapará durante sus ocho episodios.
Completo la lista de diez con tres títulos, no menos imprescindibles: la III temporada de The Bear (Disney+), de la que ya hablé y que ya estuvo en lo más alto de mi top el año pasado. Mi Reno de peluche (Netflix), una de las sorpresas de este año, en la que un monologuista narra su experiencia personal en un caso real de acoso que sufrió a manos de una mujer y que pone los pelos de punta, no solo por lo que sucede y cómo sucede, sino por cómo nos toca por dentro a los hombres en la piel de otro y la sensación y toma de conciencia de lo que debe ser para muchas mujeres que lo sufren de forma estructural a manos de hombres y no anecdótica como aquí. Me removió mucho por dentro. Y la última, pero no menos importante, es el regreso de la serie antológica, True Detective: Noche polar (Max) en su IV Temporada. En este caso, magistralmente protagonizada por la oscarizada Jodie Foster, en el papel de una inspectora de policía nada menos que en Alaska, donde, obviamente, se suceden una serie de muertes aparentemente inexplicables. Esta entrega recuerda por momentos a la 1ª temporada –la mejor, sin duda– en su tono oscuro, misterioso, fantástico por momentos, pero cuyo desenlace te atrapa hasta el final.
Bueno, pues os he dejado un menú variado por si queréis aprovechar estas vacaciones para ver alguna de las series que os propongo. No os defraudarán. Nos vemos en el próximo episodio.
Jose Guerrero Moliner
aFICCIONado