Portada de la primera maqueta de Chorra N´ Rock. En la imagen: Jose Taberner, Victor M. Morató, Saul Saborido, Eduardo Vidal y Enrique Hernández.
Empezamos con una palabreja de constante redefinición y con unos límites poco claros, pero para hacerse a la idea, significará “aquello que está fuera de los circuitos comerciales”, por tanto es algo de no fácil acceso y tiene un carácter de exclusividad que a muchos fascina.
A día de hoy, con la bendita internet, estas bandas de música pueden publicar en la red sus primeras grabaciones para deleite del mundo, sacando a la luz grandes temas y obras, al alcance de tod@s, pero seguidos por pocos, y ninguneados por la industria.
En Buñol ha habido, y hay, mucho “underground”, canciones inéditas, memorables Jams, improvisaciones mágicas, colaboraciones míticas, grabaciones históricas… pe-ro, ¿dónde queda todo esto? En la memoria de los presentes, en los que han oído esas grabaciones, en los que se han molestado en seguir a los “héroes” que ponen en internet este tipo de materiales…
Si volvemos la vista atrás, en los años 70 y 80 era complicado grabar una maqueta digna y mucha gente reacia a consumir la autenticidad del “under” se escudaba en este pretexto para no dar una oportunidad a estos materiales, donde otras personas han volcado su alma sin pedir nada a cambio. Hoy ya no hay excusas, existen reediciones de temas antiguos, los grupos actuales graban con calidad debido al avance tecnológico (escuchad si no a “Lirios de Galvana”), hay conciertos, fiestas, lugares donde se desata la imaginación… pero hay que estar.
Todos los grupos que ha habido en Buñol han empezado en el “underground” más absoluto, generando grupos y canciones inéditas que han sido la base de lo que llegaron a ser o son; también estos grupos efímeros o esas etapas artísticas generalmente primarias han sido una vía de escape para músicos de otros grupos que querían experimentar más cosas, o grupos que han probado y crecido con esto…
Quizás los nombres que voy a decir no suenen a priori o no se recuerde su sonido, pero nomenclaturas como “Tall George” con sus teclados locos, “Minipimer Metaluxe” con su temazo Ataque de Celos, “El Pie de Satán” afirmando que Satán vive en la Calle Naranjil, “Repoblando” degustando Sugus de Ajoaceite… Han arropado artísticamente a todo tipo de personas. Lo bonito de estos grupos, independientemente de su arte, es su credibilidad; no quieren venderte nada, quieren que disfrutes, que te diviertas, que rías con sus letras, o que reflexiones sobre algo.
Puede que no sean productos respaldados por grandes cantidades económicas, pero por aquí ha pasado gente de todo tipo, desde solistas de grandes orquestas, a empresarios, representantes de cualquier gremio, unidos por la música y las ganas de pasarlo bien. La libertad de expresión es total y la deshi-nibición emocional, humorística, salvaje, o de cualquier tipo, tienen su lugar, y para demostrarlo me gustaría poner el broche final con unos versos de “Potxolitos de Pasión”, una banda muy “un-derground” que formábamos Tá-ber, Marcos Lacruz y yo, la que en su corta existencia usábamos para experimentar y mejorar. Se trata de una canción de amor de carácter directo:
Estribillo de “Manzanilla de Pasión”, letra de Marcos Lacruz y música de Potxolitos de Pasión: “Quiero hacerte una proposición: Quiero beber tu menstruación. Y con tus bragas hacer una infusión. Manzanilla de Pasión.” En los 40 principales ese año no salimos.
Enrique Hernández Pérez
Músico multidisciplinar