Voy a intentar llevarte por un momento a que vivas o recuerdes el disfrutar de ser Scout.
Cuando cierro los ojos y recuerdo el primer contacto, campamento Guadalajara, tenía 6 años y fuimos a visitar al campamento a mi hermano el día de padres y nos quedamos a dormir en una tienda de campaña. Fue tan especial que nos enamoró a toda la familia. El siguiente campamento fue Pirineos, nos fuimos toda la familia. Allí nos envolvió la magia y comenzamos nuestra gran aventura, tantos años unidos a este gran grupo scout.
Vamos al rincón preferido y más esperado por un Scout, “el campamento”, donde vas a vivir las mejores experiencias. Difícil plasmarlo en un papel, pero vamos a ello.
Imaginad, qué privilegio, estar rodeados de naturaleza, árboles, montañas (también convivir con los mosquitos, salvados por el Aután) y todos los animales que nos rodeaban, y un río alrededor para luego disfrutar de un buen chapuzón. Miras a tu alrededor y ves una explanada de tiendas, decoradas a las entradas de cada sector, un mochilero (donde se colgaban nuestras mochilas y que era tu armario compartido con todos), mesas y todo tipo de utensilios hechos con nuestras manos.
Entrar a la tienda para intentar organizarla es todo un reto, y hacemos un Tetris para que entremos todos con nuestros sacos y esterillas.
Llega el momento de disfrutar también con los juegos preparados por nuestros scouters. Es tan divertido. Da igual que seas niño, adolescente o adulto, te enseñan a jugar, a ganar, a perder, a compartir, a hacer unidad y a crecer. Cómo nos divertimos con las danzas, se te quita la vergüenza sí o sí.
Ir a cocina con tu plato, saludar a los cocineros, saludar y pedir a los intendentes que hacen mil recados para todos nosotros cuando van a comprar al pueblo… Aprender a cocinar cuando salías a hacer la ruta, que no sé cómo cabía todo en nuestras mochilas, y cómo pesaban.
El ir a comer todos y lavar los platos juntos era muy divertido, e incluso lavar la ropa que acabas de usar jugando al mojarnos entre nosotros. Tiempo libre, después de comer, era el momento o de descansar, que casi nunca era así, o de ir a explorar el campamento y reírte con tus hermanos scouts de tanto jugar. Llegaba la hora del baño, te lanzabas al río, lo explorabas, era fantástico.
Anochecía, la velada se convertía en un momento mágico donde todo el grupo se reunía alrededor del fuego (ahora no se hace con fuego), donde sacábamos guitarras, nuestras voces, cantábamos y hacíamos actuaciones. La vergüenza no existía, te ayudaban a que desapareciera. Hacíamos juegos nocturnos, era muy especial jugar por la noche, ser silenciosos, sigilosos, pasar inadvertidos para no ser descubiertos y que tu equipo sea el vencedor. Disfrutar de la oscuridad, ahí sí que se ven las estrellas, en mitad de la naturaleza, sin electricidad, no se me borrará de la mente. Todo seguido a dormir, todos en la tienda, también un buen recuerdo de risas, y la paciencia de nuestros scouters, o el ir hacer pipi por la noche, con la linterna, era todo un reto.
Hora de despertar cuando oías el pito y estaba amaneciendo. No apetecía mucho hacer la gimnasia matutina de juegos, pero las risas salían solas al vernos los pelos cada uno por un lado y la esterilla marcada en la cara. Ya sabías que comenzaba un buen día.
Irte de ruta y rincones que nunca llegarías a descubrir con un coche y buscar el mejor rincón de la montaña porque llegaba el atardecer y había que acampar para el día siguiente seguir la ruta. Esos atardeceres y ver irse el sol en mitad de la montaña y molidos de andar, pero con el placer de ver esas vistas únicas. Recordar también los juegos de supervivencia, que te ibas con tu patrulla. Era tan especial, ahí te unías para poder estar todos bien y poder supervivir esos 2 días.
Hacer los juegos conjuntos con todo el grupo y compartir desde los más peques a los más grandes. Un día mágico y el recuerdo personal de cada uno, tomar la promesa, significa muchas cosas, sobre todo emocionalmente, entras a formar parte de la gran hermandad Scout.
Los lloros de emociones contrastadas porque pasas a otra sección (corresponde a tu edad) y dejar atrás momentos tan bonitos con esa sección, pero con mucha alegría por descubrir lo bueno que va a venir.
La hora de la despedida del fin de acampada, saber que se acaba… pero comenzaba una nueva etapa, preparar la próxima acampada.
Hay tantas experiencias en cada campamento y, lo más importante, la unión que haces. Son mis hermanos Scouts. Ya pueden pasar años, que nos queremos igual. Esa unión que se fomenta es muy especial.
Nos volveremos a ver el sábado 21 de septiembre en el parque de la Violeta. Orden del día:
- 10:00 montaje.
- 14:00 comida colaboradores.
- 18:30 acto de bienvenida.
- 19:00 entrevistas y photocoll.
- 21:00 actuación Lobatos.
- 21.30 cena, pase de fotos, rifas.
- 23:00 agradecimientos.
- 23.30 velada y despedida.
50 años hace nuestro Grupo Scout impeesa Buñol. ¿Sabéis? Se fundó en Febrero de 1969. Al principio estaba separado por chicas y chicos, aunque las actividades las hacían conjuntas El grupo lo forman voluntarios (todos formados) basándose en el proyecto educativo del escultismo, que tiene más de 100 años y está desarrollado en todo el mundo. Se trata de educar en valores y formar buenos ciudadanos implicados en la sociedad. El grupo de Buñol colabora voluntariamente en actos del ayuntamiento: carreras, asociación del cáncer, Feria del Comercio…
Hemos ido a los Sant Jordi’s (donde se reúnen los scouts de toda la comunidad). En Buñol también se celebró, al igual que el Festival de la Canción, donde un año ganamos.
Tenemos la gran suerte y privilegio de tener un campamento propio, en Cuerna (Macastre). Fue comprado por la participación de 36 familias (incluidos mis tíos).
El local está en la actualidad en el parque de la Violeta, pero el primer local fue en la parroquia de Las Ventas, en la calle El Cid, esquina de Juanjo, en Radio Buñol, en el Castillo.
El grupo se divide en varios sectores dependiendo de la edad, ya que los intereses, objetivos y forma de trabajar son diferentes, aunque se hacen muchas actividades en común, ya que, en conjunto, somos un grupo muy unido.
Colonia de Castores: 5-8 años. Su lema: compartir. Fomentan la igualdad y la solidaridad entre ellos, aprenden a vivir en grupo, participar y compartir.
Manada de Lobatos: 8-11 años. Su lema: siempre haremos lo mejor. Se basa en el marco simbólico de El libro de la selva. Cada grupo se divide en seisenas y cada seisena elige un color (rojo, azul, amarillo…) Yo era seisenera de la amarilla.
Tropa: 12-14 años. Su lema: siempre listo. Se divide en grupos de 6-8 patrullas (Halcones, Antílopes, Tigres, Skuas…) Yo fui guía de Skuas.
Escultas: 15-17 años. Su lema: siempre alerta. Significa explorador avanzado, tienen mayor autonomía, adaptación del escultismo a la adolescencia.
Clan o rovers: 17-21 años. Su lema: servir. Elaboran un proyecto de vida.
Scouters: son los monitores voluntarios y formados que guían a diferentes sectores. Como gran experiencia personal, fui scouters de manada Raksha (mamá lobo).
Quiero agradecer a mis hijos y a Jordi, a quienes envolví en mi magia para que vivieran una de las mejores experiencias, ser scout Gracias a mis padres y a ti, Tete, sin ellos nunca hubiera conocido el grupo (por cierto, mi madre, antes de que naciéramos, hizo el curso de escultismo) y mi abuela Amparo, que también sabemos que fue una exploradora. A mis amigas y a ti, Elisa, porque también quería que vivierais esa experiencia a mi lado. Gracias a cada uno de vosotros, scouts, a mis scouters por guiarnos y cuidarnos en cada momento. También agradecerles a mis compañeros scouters que me guiaran para serlo yo (Raksha). A mis hermanos Scouts, sabéis que a cada uno de vosotros os llevo en mi corazón. Es imposible nombraros a cada uno de vosotros, gracias porque con vosotros nuestras experiencias no hubieran sido las mismas. Me hubiera gustado contar miles de experiencias pero tendríamos que hacer un libro. Eso sí, quedan grabadas para siempre en la memoria de cada uno y cuando nos juntamos esa magia vuelve a surgir porque somos hermanos scouts
BUENA CAZA.
Pilar López Saceda
Scouter de manada Raksha
