El pasado viernes fue el turno para «La Armónica» en el ciclo de conciertos
Redacción.- El pasado viernes continuaron los conciertos y conferencias en el encuentro WASBE en Buñol, que se volvió a convertir en un hervidero de músicos que recorrieron las calles de la localidad de un lado al otro.
Por la mañana, en el Palacio de la Música tuvo lugar el concierto de la Rovereto Wind Orchestra, de Italia, que estuvo dirigida por Andrea Loss. Ya por la tarde, en el Teatro Montecarlo se dio cita la Unió Musical de Llíria, una de las formaciones con más solera de nuestra comunidad y que estuvo dirigida por Miguel Etchegoncelay. Y por la noche, el turno fue para «La Armónica» de Buñol, dirigida por José Tello. El concierto destacó por contar con diversos estrenos mundiales.
Una vez en el auditorio y antes de que la música empezara a sonar, el presidente de la WASBE, Dario Sotelo, quiso guardar un minuto de silencio en memoria del padre de la presidenta del CIM La Armónica, Rosario Pardo, fallecido ese mismo día.
A continuación, comenzó el concierto. El programa que el director de La Armónica, José Tello Espert, eligió para esta ocasión se compuso de dos partes: la primera comenzó con el estreno mundial de la obra Last day of the dinosaurs, de J. Pérez Garrido. Seguidamente, la banda interpretó la Sinfonía nº1 del buñolense Santi Miguel. Esta obra había sido recientemente estrenada, también por La Armónica, en el concierto de A Tres Bandes el pasado sábado 6 de julio.
La segunda parte se abrió con la obra del compositor americano, Gregory Fritze, El año del trompetista, en la que Antonio Cambres actuó como trompeta solista. Pero no fue la única obra del americano, pues, a continuación, la banda sinfónica llevó a cabo un nuevo estreno mundial de Fritze, Phoenix. En este caso, el solista fue el afamado trompista croata Radovan Vlatković, que estuvo realizando un curso internacional de trompa del 8 al 13 de julio a través de la Fundación La Armónica. Seguidamente, cerró el programa la interpretación de la obra Audivi Media Nocte, de Oliver Waespi, en la que lucieron diferentes solistas litreros.
El broche final a la noche no podía ser otro que la interpretación del Himno a Buñol, de M. Chillida y G. Cárcel, en el que Juan Fuentes Mur puso la voz al fragmento recitado.
Por otra parte, a lo largo del día también se sucedieron actuaciones en la calle, así como diversas conferencias en la Sala El Mercado de la localidad. Aquí os dejamos las imágenes, gracias a David Avilés: