Buñol. Año 2069.

Cierro los ojos y viajo a un futuro no muy lejano, en el que la mayoría de nosotros ya no estaremos. Imagino un futuro en el que nuestros hijos y nietos sufrirán las decisiones tomadas ahora o, mejor dicho, las decisiones no tomadas para luchar contra el cambio climático provocado por el aumento de gases invernadero. 

Imagino el año 2069, se cumplen uno de los peores escenarios previstos por los modelos, con un aumento de la temperatura media global de la Tierra de 4.8 ºC. Los gobiernos no tomaron las medidas necesarias para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero cuando todavía había posibilidad de revertir la situación. En su lugar prefirieron seguir con la tala de bosques, uso de combustibles fósiles, ganadería intensiva… 

Primavera 2069: la primavera como estación meteorológica casi ha desaparecido. En el mes de mayo se han batido records en las temperaturas máximas: 41 ºC, antaño propias de los días más calurosos de los meses de julio y agosto.  El verano meteorológico se adelanta. Por contra, las lluvias fueron intensas en los días de Pascua. El día del Roquillo no se pudo ir a “pasturar la mona”. La tormenta fue muy intensa, provocando cortes por desprendimientos en varias carreteras. Al día siguiente, tocaba “pasturar la mona” en Turche, pero el río Chico aumentó tanto su caudal, que el recinto de la Cueva Turche quedó totalmente inundado. La cascada era impresionante, aunque solo los más atrevidos pudieron contemplarla. 

Verano 2069: las altas temperaturas registradas durante los meses de mayo y junio han borrado todo rastro de humedad. El río Buñol, del que hace unas pocas décadas apenas llegaba a secarse el charco de los Peñones, ahora es la quinta vez en diez años que se ha secado a su paso por Buñol totalmente, quedando el Charco del Paraíso como un barrizal. Más que un río es una rambla, donde solo corre el agua cuando llueve. 

El 22 de julio nos afectó una tormenta seca. Un rayo de esta tormenta, junto a la sequía y las altas temperaturas, favorecieron la propagación de un incendio en la zona del Fresnal, Pico de la Nevera, llegando a la zona más interior de Cañalarga. A finales de agosto sufrimos una intensa ola de calor, durante más de 10 días, batiéndose el récord de temperatura máxima: 47,3ºC, mientras que por las noches la temperatura no descendió de 30ºC durante más de 8 días seguidos. Imposible descansar. Que se sepa, dos ancianos y un bebé han muerto debido a un “golpe de calor”. En este periodo, y por causas desconocidas, el día de la Tomatina se produjo un incendio que afectó durante tres días a las zonas de Monedi, Ventamina, Marjana y el Gallo. 

Otoño 2069: aunque la estación del otoño comenzó el 21 de septiembre, el verano meteorológico se alargó con “chulería” hasta el 10 de noviembre. Con máximas superiores a los 30 ºC gran parte de los días. Entre el 25 y 26 de noviembre una “gota fría” afecto a gran parte del Mediterráneo. En Buñol se superó el record de precipitación recogida en un día: 386 l/m2. El río Buñol, seco gran parte del año, ha vuelto a correr por su cauce, llevándose los puentes de San Luis y de la piscina municipal a su paso. Los cultivos de naranjas y olivas sufrieron importantes pérdidas. 

Invierno 2069: el invierno comenzó con temperaturas más que suaves. El día de Navidad, con una máxima de 28ºC, fue difícil pensar en villancicos y turrones. No fue hasta finales de enero, cuando nos vimos afectados por una masa de aire frío procedente de Siberia, que se inestabilizó al pasar sobre el Mediterráneo, dejando la mayor nevada que se recuerda en tiempos, con más de 20 cm. de nieve en las calles. A finales de febrero nos vimos afectados de nuevo por una masa de aire procedente del norte de África, con vientos de poniente en superficie, disparando las temperaturas máximas cercanas a los 29.6 ºC de nuevo.

Afortunadamente esto es solo un sueño. Bueno, más bien una pesadilla. Todavía estamos a tiempo de tomar las medidas necesarias para mitigar las consecuencias del aumento de gases de efecto invernadero. Los veranos se están alargando 8-10 días cada 10 años; los días de precipitación tienden a disminuir si bien cuando llueva lo hará con más intensidad y concentrado en unos pocos días al año; las sequías cada vez serán más extensas e intensas. El clima está cambiando proporcionalmente al aumento de CO2 y una gran parte de este aumento se debe a actividades del ser humano.

Es el momento de que los políticos actúen, pongan en acción políticas sostenibles por un lado y diseñen planes de actuación para hacer frente a las consecuencias del calentamiento global. A nivel individual también debemos tomar medidas, como reciclar, reutilizar y reutilizar, utilizar transportes no contaminantes, usar energías renovables…

De todos y cada uno de nosotros depende que nuestros hijos sigan cantando: “En un frondoso valle de la anchurosa sierra, entre árboles y flores, Buñol trabaja y sueña. Claras fuentes lo adornan, sonoros ríos lo riegan…”.

Manuel Cervera Más
El hombre del tiempo

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