Entrevista María Belda

«La brecha de género sigue siendo muy grande, pero cada vez más mujeres apuestan por conducir un camión»

¿Cómo y cuándo empezó tu pasión por los camiones?

Desde bien pequeñita lo he tenido en casa. Antes se guardaban los camiones frente a la casa de mis abuelos y día sí y día también andaba por allí. Me encantaba ir los viernes por la tarde que era cuando llegaban todos los chóferes y había muy buen ambiente, y los sábados por la mañana se lavaban todos los camiones y mi abuela preparaba el almuerzo para todos. Tengo muy buenos recuerdos de ello, siempre estaba de arriba para abajo, con unos y con otros.

¿A qué te querías dedicar de pequeña? 

De pequeña nunca sabía a qué me quería dedicar, pero este mundillo siempre me ha tirado mucho, algo relacionado con los camiones sí que quería.

¿Cuándo decidiste dedicarte a ello?

Una vez acabé bachillerato y tras realizar las pruebas de acceso a la universidad decidí estudiar la carrera de Administración y Dirección de Empresas, con la mención en logística. Durante ese tiempo ayudaba un poco a mi tío con el tema de los papeles. Eran las primeras tomas de contacto y tenía curiosidad por todo lo que rodeaba el transporte y primero me tenía que formar bien. Una vez acabé la carrera estudié el título de transportista. Nada más cumplir los 21 e incluso antes ya le estaba dando la vara a mi padre con que me quería sacar el carnet de camión, y él siempre me decía primero los estudios y luego el carnet… Después del título me saqué el Certificado de Aptitud Profesional, que sin él no podía conducir un camión, y luego ya por último el carnet en sí, que consiste en 6 exámenes, 2 teóricos y 4 prácticos, y ahora ya sí, podía llevar un camión. Recuerdo las primeras veces que lo cogí, con la supervisión de mi padre, que poco a poco me ha ido enseñando y dándome instrucciones para hacerlo lo mejor posible… 

¿Desde cuando llevas un camión?

El camión lo llevo poquito tiempo, desde el año pasado. 

¿Conoces a más compañeras de profesión?

No, hasta el momento no tengo relación directa con ninguna chica que se dedique a este mundo. Durante las prácticas del carnet y los exámenes sí que conocí a varias chicas que como yo estaban preparándose para sacárselo. 

¿Cómo es tu día a día?

En mi día a día no tengo ninguna rutina de trabajo establecida, es muy cambiante, no todos los días cojo el camión, va a temporadas, éstas dependen del volumen de trabajo y cuando aumenta les echo una mano a mi padre y a mi tío, o cuando a algún trabajador hay que sustituirle o ayudarle. Principalmente me encargo de organizar los viajes al resto de camiones y de llevar el tema del papeleo junto a mi tío, pero he de decir que los días encima del camión son los que mejor lo llevo, me gusta mucho y me siento muy bien cuando conduzco. 

¿Haces viajes nacionales/ internacionales?

No, los viajes que hacemos son en ámbito nacional, y los que yo particularmente suelo hacer son más bien de corta o media distancia. 

¿Por qué crees que es un oficio de hombres?

Los estereotipos y prejuicios hacia la mujer frenan mucho a que seamos muchas más las que nos introduzcamos en el sector y nos sintamos una más frente a los cientos de hombres que hay en el sector. También al ser este un sector relacionado con actividades en las que se requiere un esfuerzo físico durante las tareas de carga o de descarga y las largas jornadas de trabajo que hay que hacer no se favorece mucho a la introducción de la mujer,  pero poco a poco espero que esta tendencia vaya cambiando y que sean más las mujeres que estén al frente de un camión porque al igual que los hombres somos capaces de desarrollar los trabajos, con mayor o menos esfuerzo, pero lo importante es hacerlo, enfrentarse a ello y sentirse orgullosa de haberlo conseguido. Esa satisfacción no tiene precio. 

¿Crees que está cambiando la tendencia?

Sí, pero muy paulatinamente, la brecha de género que sigue habiendo hoy en día es muy grande, pero con los avances tecnológicos, las mejoras de las condiciones laborales y de conciliar la vida laboral con la personal van favoreciendo que sean más las mujeres que apuesten por este trabajo, aunque queda mucho trabajo por delante para conseguir la igualdad y equidad tanto en el acceso a los puestos de trabajo con el desarrollo de los mismos.  

¿Cómo ves el oficio dentro de cincuenta años, por ejemplo?

El oficio en general lo veo un poco complicado, en primer lugar por el déficit de personal que hoy en día hay en todo el sector del transporte. En la actualidad son muy pocas personas, tanto hombres como mujeres, los que se quieren dedicarse al mundo del camión, ya que es un trabajo en el que pasas mucho tiempo fuera de casa, sin estar cerca tus familiares, exponiéndote constantemente al riesgo que supone una carretera, aunque como antes he mencionado son muchos los avances y comodidades que hoy en día tenemos y se lleva todo mejor que hace unos años. También cabe destacar que es un trabajo que no se está fomentado. Para poder introducirte en el mundo y poder obtener los permisos de conducción hay que hacer un gran desembolso inicial que no todos se pueden permitir, por ello creo que para que el mundo del transporte siga adelante se debería de fomentar la formación en el sector. 

Respecto a la mujer en el oficio dentro de unos años la veo y la espero más integrada, respetada y valorada, representando a una gran parte del sector y sintiéndose una más, sin tener que escuchar el «¡Qué valiente!», que a mi particularmente no me gusta porque soy igual de valiente que un hombre, ni más ni menos, iguales, para todo. 

¿Cuáles son los pros y contras de esta profesión?

Como contra de la profesión destacaría la soledad, la lejanía del hogar y de la familia, y el riesgo que conlleva estar expuesto siempre en la carretera. Son muchas las horas que se pasan en solitario dentro dentro de cuatro hierros y a cientos o miles de kilómetros de tú familia, son muchos los momentos importante que se pierden, como nacimientos, cumpleaños… o momentos verdaderos importantes. 

Como pros de la profesión destacaría la cantidad de capacidades que se pueden llegar a desarrollar, el trabajar bajo situaciones de presión, estrés, al límite… hacen que saques lo mejor de ti mismo para poder cumplir con los objetivos marcados, el sentirte satisfecho con el trabajo logrado y sobre todo bien logrado, el poder conocer a una gran cantidad de personas y lugares, y el nunca dejar de aprender, todos los días se aprende algo nuevo sin duda. 

Háblanos del origen familiar.

La empresa comenzó con mi bisabuelo, la continúo mi abuelo, junto a él, y unos años más tarde se adentraron en esta aventura mi padre y posteriormente mi tío, y en la actualidad, soy una más la que se ha unido. Hoy en día ha llegado a la empresa la cuarta generación y espero que sean muchos más.

Mi bisabuelo comenzó con el transporte con el carro y caballerías, en el que llevaban madera y fornilla. Aquellos carros, como contaba mi abuelo Juan, eran de ruedas macizas, muy pesados y rudimentarios. Un tiempo después pasaron a llevar vehículos mejorados que funcionaban a gasógeno, transportaban el material para la construcción del pantano de Forata, y años más tarde, con la afloración de las papeleras se dedicaron al transporte de papel. Mi padre comenzó en el sector con 16 año como ayudante, ayudaba al conductor a cargar y descargar los camiones, y poco a poco hemos ido evolucionando y adaptándonos a la situación, hasta llegar al día de hoy. 

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