Somos lo que escuchamos

Estás en casa, en el coche o en el trabajo y te apetece escuchar algo de música. ¿Qué será hoy? Haz este ejercicio, plantéate qué tipo de música quieres escuchar. Piensa varios géneros, grupos, artistas o compositores. ¿Cuántos nombres femeninos han aparecido en tu cabeza? Necesitamos referentes.

Se dice que Clara Schumann, una de las compositoras alemanas más famosas del romanticismo, escribió: «Una mujer no debe desear componer, nadie lo ha logrado, ¿por qué yo debería poder?». Claro, en el siglo XIX es fácil pensar que las mujeres lo tenían complicado. Pero ahora, ¿cuál es el estado del panorama musical actual? Según declara la Organización de las Naciones Unidas, la división de género en la industria de la música es alrededor de un 70% hombres y un 30% mujeres. Además, de la lista de las 600 canciones más populares entre 2012 y 2017, únicamente el 22% fueron interpretadas por mujeres, y el 12% creadas por compositoras. Cuando se habla de música clásica, la brecha es todavía más grande. La organización Women in Music reveló que solo 76 de los 1445 conciertos ofrecidos en 2017 por grandes orquestas de música clásica incluyeron al menos una pieza compuesta por mujeres. Y de entre todas las obras que se tocaron, que fueron más de 3500, sólo el 2,3% fueron creadas por compositoras. 

Necesitamos referentes y no parece que lo vayamos a tener fácil. ¿Es que no hay mujeres que se atrevan a entrar en este mundo o no somos lo suficientemente buenas? Contestando a esto último, un estudio realizado por la asociación Mujeres en la Industria Musical muestra que el 62% del sector declara tener formación específica, pero hay grandes diferencias por género. Casi 7 de cada 10 mujeres tienen algún título profesional relacionado con la industria mientras que 5 de cada 10 hombres tienen formación específica. Y es ahora cuando viene la sorpresa: la sociedad es machista.

El musicólogo Nicholas Cook (1998) afirma que la música no es autónoma del mundo que la rodea, por lo que tiene vital importancia para la creación de identidades en nuestra sociedad. De esta forma, la música es solo otro ejemplo más de la desigualdad de género. 

Si se piensa, por ejemplo, en el rock, se puede observar el marcado dominio masculino que este género tuvo desde sus inicios, en el que se apelaba a un público de igual manera masculino, joven y rebelde. En numerosas canciones de este género, la mujer aparece retratada como un objeto sexual. Para ilustrar esto, AC/DC deleita a sus oyentes con Let me put my love into you. La letra dice que no te esfuerces, no pelees, no te preocupes porque es tu turno esta noche, en clara alusión a una violación. De la misma forma, podemos encontrar modelos similares en nuestro país. La banda de punk-rock Siniestro Total cantaba: «hoy voy a asesinarte, nena, te quiero pero no aguanto más, hoy voy a asesinarte, nena, no me volverás a engañar». No hay mucho que explicar en esta letra, aunque si se me permite un consejo, en caso de que tu pareja te engañe, supéralo, ve a terapia, cuéntaselo a tus amistades, pero no hagas una canción cutre diciendo que la vas a matar para intentar recuperar ese «orgullo masculino». No funciona. Es más, da bastante pena. 

Podría seguir citando letras hasta aburrir, pero para concluir con los ejemplos, una mención especial al reguetón de la mano de Sech y su canción Relación, la sexta más escuchada durante el verano de 2020 en Spotify España: «Ahora todo cambió, le toca a ella, mari y una botella, gracias al maltrato se puso bella». Este tema trata sobre una relación toxica y violenta de la que la chica consigue salir empoderada y reforzada. Una premisa que parece positiva, pero ¿qué quiere decir realmente? Pues que se ha puesto más guapa.

Con la ausencia de representaciones femeninas, esta visión se integra en la sociedad, favoreciendo la asimilación de estereotipos y comportamientos machistas (Delgado, 2010). Aunque no todo está perdido. Se pueden encontrar grandes referentes: Janis Joplin, quien no se ajustaba a los cánones de belleza tradicional, ni a los roles de género impuestos socialmente; Joan Baez, Carole King o Joni Mitchell, que lograron gran éxito con su música y con unas letras que reflejaban la vida de las mujeres, su identidad y los problemas que enfrentaban en su día a día; o grupos cuyas integrantes eran mujeres, como The Runaways, The Raincoats o The Slits.

En géneros musicales como el pop las mujeres hemos gozado de más exposición. En los ochenta se ensalza la figura de la diva del pop. Madonna es un personaje clave cuya influencia está presente en el panorama musical actual. Su interpretación de la sexualidad femenina como elemento de poder y emancipación representa una subversión de los roles de género que, además, llega al público mayoritario. Aunque tenemos que entender esto como un arma de doble filo, pues la sexualización de los cuerpos femeninos es en muchos casos una estrategia que el mercado utiliza para vender sus productos. La belleza es un rasgo de vital importancia para las artistas más mainstream, algo que no ocurre con los hombres (Bilbao, 2015).

A modo de recomendación personal, os dejo algunos grupos cuyas integrantes son total o parcialmente mujeres, los cuales considero dignos de mención: The Interrupters, banda de ska-punk de Los Ángeles que se caracteriza por el gran carisma que desprende la voz de su cantante principal Aimee Allen; Ketekalles, grupo que mezcla distintos géneros como el flamenco, la rumba o la cumbia; y Marala, compuesto por tres mujeres procedentes de Cataluña, Valencia y Baleares, cuya música inspirada en el canto tradicional de estas tres regiones se entremezcla con la electrónica.

Dadas las evidencias y a pesar de la opinión de algunos casposos, está claro que todavía nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar la igualdad real, ya no solo en lo que atañe a las mujeres, sino también a todas aquellas personas que forman parte de colectivos oprimidos. Pero, como se ha demostrado a lo largo de la historia, hemos luchado, luchamos y lucharemos por conseguirlo. Estás en casa, en el coche o en el trabajo y te apetece escuchar algo de música. ¿Qué será hoy?

Referencias

Bilbao, M. (2015). El género de la música. Revista Viento Sur, 141, 82-88.

Cook, N. (1998). De Madonna al canto gregoriano. Una muy breve introducción a la música. Alianza

Mujeres en la Industria Musical (2024, febrero). Igualdad de género en la Industria de la Música, una visión del sector desde una perspectiva de género. https://asociacionmim.com/wp-content/uploads/2023/07/II-ESTUDIO-MIM-Igualdad-de-Genero-Industria-Musical-2022.pdf

Sales Delgado, M.F (2010). La rebelión femenina en la música rock: una cuestión de género. Investigaciones multidisciplinares de género.Universidad de Sevilla.

Organización de las Naciones Unidas (2024, febrero). Mujeres en la música, silenciadas por la desigualdad de género. https://news.un.org/es/story/2019/02/1450871

Ángela Martínez Sáez
Posgrado en Didáctica de la Música

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.