Reyes Magos. ¿Existieron realmente?

Este 6 de enero volveremos a celebrar la festividad de los Reyes Magos, aunque correctamente se trata de ‘la Epifanía del Señor’, ya que es el término correcto de la festividad de origen cristiano católico.

Pero… ¿Quiénes son los Reyes Magos? ¿Existieron realmente? ¿Son una invención consumista para hacer regalos a los niños o forman parte de la tradición cristiana?

Vayamos a resolver algunas de estas dudas. Para empezar, solo el evangelio de San Mateo menciona en la Biblia a los Magos de Oriente, que no a los Reyes Magos. De hecho, ni siquiera menciona un número específico de ellos aunque sí se menciona que entregaron tres regalos. Al tratarse de este número de obsequios para el niño Jesús, se tendió a creer que eran tres los reyes de oriente, aunque nunca se dijo de una manera explícita.

Además, nunca se habló de nombres, aunque popularmente se les conoce como Melchor, Gaspar y Baltasar. En la tradición occidental, los tres reyes representan tres razas y tres edades, de manera que Melchor suele estar representado como un anciano de barba y tez blanca. Gaspar, por contra, suele aparecer con barba pelirroja o castaña, tez más oscura, y su edad es intermedia. Por último, Baltasar siempre aparece como un hombre más joven y de raza negra.

Realmente, hoy en día el término mago tiene una connotación más mística, propio de una persona que hace magia y que por tanto es capaz de realizar cosas que en teoría son imposibles por naturaleza. Sin embargo, el término mago es una derivación de ‘magister’ en latín, que significa maestro o sabio en una materia, que es lo que se supone que eran los tres ‘reyes’ de oriente.

Tradición

Se supone que los Reyes Magos de Oriente fueron ilustres visitantes que, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde países remotos para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra. Siguieron una estrella, conocida popularmente como Estrella de Belén, ya que suelen ser considerados como astrólogos o expertos en interpretar el cielo.

Pero la Biblia solo habla de que eran “magos”, no reyes, no dice sus nombres y no dice que fueran tres, como antes decíamos. Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.

Según la tradición católica, estos magos eran representantes de religiones paganas de pueblos vecinos que interpretaban las estrellas y sus pronósticos, pero que finalmente se postraron ante el hijo de Dios al ir a adorarle. Se suele considerar que eran miembros de una casta sacerdotal persa derivada de la época aqueménida (550-331 aC). Las interpretaciones posteriores hicieron que los magos fueran considerados originarios de Europa, Asia, y África, de ahí sus colores y razas, en un intento de representar más culturas antiguas.

La figura católica de los Reyes Magos tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús, integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo testamento de la Biblia. Concretamente el evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a unos magos quienes, tras seguir una estrella, buscan al “rey de los judíos que ha nacido”.

Controversia histórica

El llamado evangelio del Pseudo Tomás (o Evangelio de la infancia) del siglo II es un evangelio apócrifo, no incluido en la actual Biblia, y dice que estos magos tenían vínculos familiares entre sí, y que llegaron a Belén con tres legiones de soldados: una de Persia, otra de Babilonia y otra de Asia. De ahí, puede ser, que se les considerara reyes o líderes.

Con respecto a los nombres (Melchor, Gaspar y Baltasar), las primeras referencias parecen remontarse al siglo V a través de dos textos. El primero titulado Excerpta latina bárbari, en el que son llamados Melichior, Gathaspa y Bithisarea y en otro evangelio apócrifo, el Evangelio armenio de la infancia, donde se les llama Balthazar, Melkon y Gaspard.

Sin embargo, para complicar más la cosa, el papa Benedicto XVI aseguró en 2012 que los Reyes Magos probablemente no venían de Oriente, sino de Tartessos, una zona que los historiadores ubican entre Huelva, Cádiz y Sevilla (Andalucía, España).

Ante el revuelo originado, la Conferencia Episcopal española tuvo que destacar que en ningún momento el papa quiso decir que los Reyes Magos fueran andaluces, sino que representaban “a todos los hombres buscadores de Dios de todos los tiempos y de todos los lugares y eso incluía a todo el mundo hasta entonces conocido y cuyo límite occidental era Tartessos, en la península ibérica”.

Una leyenda cuenta que, después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena.

Los armenios suponen que fueron doce, por lo que les asignan doce nombres diferentes en la vertiente armenia, ortodoxa, del cristianismo.

La fiesta posterior

En algunos países, sobre todo en España y los países hispanohablantes, existe la tradición de que los reyes traen regalos a los niños tras pedirlos en sus cartas, en recuerdo al niño Jesús. Los entregan misteriosamente, con ayuda de camellos y pajes, durante la madrugada del 5 al 6 de enero, y es complicado conocer cuándo comenzó esta tradición de regalos. En algunos lugares, también es costumbre organizar una Cabalgata de Reyes la tarde del 5 de enero, durante la cual estos reyes suelen ir montados a caballo o en carrozas, vestidos con mantos y coronas.

La Bruja Befana

La Befana es una típica figura del folclore italiano. Su nombre deriva de la palabra epifanía, a cuya festividad religiosa está unida a la figura de la Befana. 

Según el cuento popular, los Reyes Magos, de camino a Belén para llevar sus presentes al Niño Jesús, al no conseguir encontrar el camino correcto, pidieron ayuda a una anciana. Ésta los atendió y les regaló dulces. Entonces estos pidieron que los acompañara en la búsqueda del niño Jesús. A pesar de la insistencia de estos para que les siguiese en su visita al pequeño, la mujer no salió de casa para acompañarlos.

Más tarde, al arrepentirse de no haber ido con ellos, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin conseguirlo. De esta forma se paró en cada casa que encontraba a lo largo del camino, dando chucherías a los niños que encontraba, con la esperanza de que alguno de ellos fuese el pequeño Jesús.

Desde entonces vagaría por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.

Redacción Asíesbuñol magazine.
Información canal Historia Diariocritico.

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.