«Bochornosa Tomatina» es un artículo de David Boyero, editado en su blog «Posos de Anarquía» y publicado en el periódico digital «publico.es» el año pasado. Tras leerlo detenidamente decidí contestarle, rebatiendo sus argumentos, haciéndole ver (si lo llegó a leer) que estaba «meando fuera de tiesto». Todo aquello fue vía Internet y redes sociales, pero, como no todo el mundo tiene acceso a las mismas, aquí transcribo mi respuesta a sus argumentos.
En primer lugar, debo decirle que soy bastante asiduo a leer los artículos que publica en su blog, al igual que sigo a otros periodistas de «Público.es» y de otros medios. En muchas ocasiones he compartido sus artículos en mi blog y en otras redes sociales, recomendando su lectura y felicitándole por su autoría. Ayer captó mi atención su artículo «Bochornosa Tomatina» , y tras leerlo unas cuantas veces le quiero hacer llegar mi opinión.
No es usted el primero, ya que tengo muchos amigos y amigas a quienes tampoco les gusta la Tomatina, e igualmente le digo que tengo muchos más a quienes sí les gusta la citada fiesta y la disfrutan asiduamente. Evidentemente, para gustos… colores. Pero, a lo que voy, es decir, a su denigrante artículo sobre la Tomatina de Buñol.
Habla usted del desperdicio de 130.000 kilos de tomates, seguramente sin haberse informado que dichos tomates no son aptos para el consumo, y carga las tintas como si esa cantidad de verdura/fruta desperdiciada fuera la causante de la inflación y que el precio del tomate se haya disparado un 45% dificultando su acceso a las muchas familias en riesgo de exclusión. Gracias por la información pero yo creía que la especulación y los intermediarios no tenían nada que ver en esta subida. Pregunte usted a los agricultores a ver qué le dicen al respecto, no sólo del tomate, sino de cualquier otro producto agrícola.
Sigue con el tema del agua, que sí que hay sequía y tal, siendo otro desperdicio. También va a ser la citada cantidad de agua utilizada para limpiar después la causante de la sequía. Afortunadamente en Buñol tenemos muchos acuíferos, con numerosas fuentes y manantiales. Sí, realmente es una suerte, pero no veo que usted critique (o compare) con otros usos y abusos que se hace del líquido elemento. Tal vez no se ha enterado del vaciado voluntario de embalses en ciertos lugares del estado español con el altruista propósito de encarecer la energía eléctrica y en los bolsillos que acaban esos ingentes (por no decir inmorales) beneficios. Igual tampoco conoce la cantidad de piscinas privadas que jalonan urbanizaciones y chalets, pero yo le digo que hay muuuchas. Sin contar campos de golf y estadios de fútbol, en los que se suele regar bastante para que el balón circule más rápido. Simplemente son unos pocos ejemplos. Además, el agua con que se limpia va a parar a los dos ríos que pasan por Buñol, de esos van a otro (el Río Magro) y a otro (el Río Júcar), y supongo que más de una huerta regarán hasta llegar al mar.
Habla de cifras (dos millones de euros) aportando datos sobre precios de las entradas y demás repercusión en la economía. Le voy a explicar algo: a partir de 1983, tras el Informe Semanal de Javier Basilio, la Tomatina se hizo mucho más famosa internacionalmente, atrayendo a turistas de todo el mundo (hubo un año en el que había gente de noventa y tres nacionalidades diferente), con muchas agencias de viaje que la incluyen en el paquete vacacional. Sí, evidentemente se ha mercantilizado (casi como cualquier otra fiesta), y hubo que poner entrada para restringir el aforo y para compensar los gastos que genera al pueblo, al tener que ofrecer muchos servicios elementales, como ambulancias, Protección Civil y otros cuerpos de seguridad, además del coste del tomate. Aunque la entrada este año costaba 12 euros, le informo que a los habitantes de Buñol no se les cobra ninguna entrada si desean participar en la fiesta. Le invito a que me diga fiestas locales en las que no intervenga don dinero, teniendo en cuenta que estamos en un sistema capitalista.
Sobre el origen de la Tomatina sí que se ha informado, aunque hay varias versiones, pero deja usted caer, un tanto malintencionadamente, que para los lugareños es nuestro mayor orgullo inflarnos a tomatazos (aunque sea una hora al año) y que nos lo deberíamos hacer mirar. Para su escasa información, le hago saber que Buñol, pueblo que tradicionalmente ha sido progresista política y culturalmente, tiene dos excelentes bandas de música: «Los Litros» y «Los Feos», de reconocimiento mundial y premiadas internacionalmente. Son centenarias y con músicos formados allí que puede encontrar por toda la geografía nacional e internacional. Por cierto, en la semana de fiestas, ambas sociedades musicales celebran su día con cabalgatas y desfiles. Más aún, ya hace cuarenta años que también se celebra un concierto, el «Mano a mano», en el que ambas bandas presentan obras de mucha categoría, incluso estrenos mundiales. Para más información, le diré que también existe una «Banda de la Memoria Democrática» y otra de «Amigos de la Música», ambas con un carácter reivindicativo y solidario (y de las cuales tengo el placer de ser miembro). La Bienal de Música, la Bienal de Arte, Escuela de Teatro, Ganchillo Solidario y otras muchas actividades dan cuenta de que no es un pueblo donde no importe la cultura. También tenemos muchos parajes naturales, un Castillo medieval y rincones preciosos. Por cierto, en Buñol no se celebran actos taurinos, siendo un caso curioso entre todos los pueblos cercanos.
En fin, que, como decimos en Buñol: «espólsesela bien y guárdesela (ya sabe el qué)», porque ha meado usted fuera de tiesto. Aún así, le digo que yo seguiré leyendo sus artículos de opinión y le felicitaré cuando lo merezca. Sin más, un buñolero orgulloso de su pueblo y de haber disfrutado muchos años de la Tomatina.
Venanci Ferrer, un buñolero más.
Venanci Ferrer Tarín
Ex-quiosquero del barrio Gila