El proyecto «Lavanderas» llega el próximo 17 de agosto a la Sala «El Oscurico» de Buñol

Un proyecto impulsado por la buñolense Aída Espert

Redacción.- El proyecto «Lavanderas» de la buñolense Aída Espert, llegará el próximo 17 de agosto a la Sala «El Oscurico» del Castillo de Buñol. Este, según la artista, es un proyecto que surge de la necesidad de «hacer algo».

Aquí os dejamos la descripción del proyecto y cómo surge, en la voz de su protagonista:

Hola, mi nombre es Aída Espert y crecí en Buñol. He estado fuera mucho tiempo pero hace un año decidí (de)volver (volver físicamente y devolver lo aprendido), y veo que no soy la única, me estoy encontrando con movimientos y gestos de gente que tiene ganas de ‘hacer algo’ y además lo hacen. Como por ejemplo la Asociación de Vecin@s y Amig@s del Casco Antiguo de Buñol, o los vecinos de la calle San Luís que han replantado los maceteros de la calle y los mantienen. Sin olvidar el movimiento asociativo y vecinal de entidades culturales tradicionales en Buñol, que permiten que hoy en día tengamos como localidad la gran oferta cultural de calidad con la que contamos. Por mi parte desde que volví hace un año a Buñol para quedarme (al menos un rato largo), llevo dándole vueltas a cómo se podría ‘hacer algo’ y de todo lo que hay por hacer, qué sería ese algo.

En Bilbao donde he residido de 2018 a 2022, conocí en la Asociación Mujeres del Mundo a Argenis e Irune, dos mujeres que crean conexiones muy interesantes a través del arte, pude comprobarlo al trabajar con ellas en la Performance que hicimos en el Guggenheim, junto a las esculturas de las Sirgeras (mujeres que se encargaban en el Bilbao del s XIX, de arrastrar las barcazas llenas de mercancía a través de una sirga o cuerda, donde las grandes embarcaciones no llegaban). La verdad es que siempre me ha gustado ‘hacer algo’ para la gente y el lugar donde quiera que haya estado.

Por aquel entonces, ellas a su vez estaban grabando el documental de las ‘Lavanderas/Latsariak’. En ese momento, me acordé de los lavaderos de mi pueblo, ya que en mi infancia yo también solía ir al de La Fuente de la Higuera y recordé haber leído algo sobre el estado actual de los mismos.

En Junio de 2023 después de un año asentando y asumiendo mi vuelta a Buñol, llegó el momento del reencuentro con mis amigxs de Bilbao asique hice una visita. Allí me encontré con Irune y Argenis, les dije que me gustaría ver el documental ‘Lavanderas/Latsariak’, y me propusieron venir unos días de visita a casa y compartirlo.

La proyección del documental de ‘Lavanderas/Latsariak’ producido por la Asociación Con Ciencia y Arte, y saber del estado del único lavadero que tenemos en pié me pareció una buena oportunidad para ‘hacer algo’: Lo tuve claro, los lavaderos de Buñol, necesitan ser mimados, cuidados y respetados como las mujeres de antaño se encargaban de los cuidados de la sociedad, esta característica creo es común a todas las mujeres sin distinción por procedencia.

Porque no debemos permitir que el tiempo y las malas acciones políticas, o la ausencia de ellas, borren nuestro patrimonio histórico y cultural dejando a las nuevas generaciones desnudas de sus raíces.

Desde luego que exigir responsabilidad y criterio a las personas que gestionan el dinero y el patrimonio público es fundamental, pero a la hora de hacerlo hay que ver cómo, y si algo está claro es que la cultura en colectividad y las acciones grupales siempre tienen más impacto que algo individual. Necesitaba apoyo y un lugar donde llevar a cabo el proyecto, y me decidí por pedir colaboración a la asociación de Vecin@s y Amig@s del Casco Antiguo de Buñol, que están trabajando con-sentido por mantener y cuidar nuestro pueblo. Además aparte de infinidad de sitios públicos donde se pueden realizar eventos, el Castillo me parece un lugar al que se le debe de seguir dando la importancia que merece.

Tocaba montar un formato de exposición sobre los lavaderos de Buñol; me puse manos a la obra y empecé a tirar del hilo. Sí sabía del estado de los lavaderos era porque alguien había ‘hecho algo’ antes al respecto.

Fui a hablar con Francis para ver con qué documentación contaba la biblioteca municipal y de allí me llevé el artículo de Así es Buñol escrito por Maria José Pérez en Marzo de 2016, para el día de la Mujer. Además me enteré que se había hecho un recorrido por los Lavaderos, espacio de trabajo y encuentro de las mujeres, cuando el agua no llegaba a las casas y eran ellas las que se encargaban de algo tan fundamental y duro por las condiciones, como es la higiene de la familia. Sin duda tener que sumergirme de nuevo en cómo se han hecho las cosas para llegar donde estamos me parecía algo sumamente atractivo. Este es el viaje que pretendo compartir. Así como conocer opiniones y visiones diferentes para enriquecer.

Francis también me facilitó unos cuantos teléfonos de personas que pudiesen tener fotos antiguas que nos (de)vuelvan el recuerdo. Cogí el teléfono y con la emoción e incertidumbre de quien inicia un proyecto en un ‘nuevo’ sitio me puse a pedir colaboración.

Quiero dar reconocimiento especial a Sierra que me recibió de agrado y me facilitó todas las fotos antiguas de los lavaderos, publicadas en su libro «Lo que el tiempo se llevó’ así como la información de su ubicación.

Además también me puse en contacto con Vicente Carrión quien sin duda tiene un gran conocimiento sobre fotografía, y me facilitó fotos actuales del lavadero de La Higuera.

Entre otros tantos contactos apareció el de Pegua como persona vinculada al grupo de Mujeres Democráticas y quién también ha hecho por facilitarme contactos. Re-hice la II Caminata Solidaria, por el Día de la Mujer Trabajadora que se hizo el 5 de Marzo de 2016 junto con quien la organizó, que a su vez esta ruta fue posible por el conocimiento transmitido oralmente por Pilar Galarza Manzano y los ya desaparecidos Amadeo Ballester Sáez y Luisa Rehués Moscardó.

Y la verdad es que si algo he aprendido es que saber de dónde venimos, cuál ha sido nuestro recorrido, nos ayuda a comprender la realidad en la que vivimos ahora. Y me atrevería a afirmar que esto vale tanto a título personal como social, de colectividad. María José Pérez también sabe de esto. En nuestra reunión me contó sobre la acción que llevó a cabo en 2016 con motivo del día de la Mujer que consistía en limpiar el lavadero y reproducir aquellos momentos de antaño donde las mujeres socializaban mientras lavaban. Está acción sólo duró una semana pues las personas que frecuentaban el espacio destrozaron y ensuciaron de nuevo el lugar. Esto me lleva a reflexionar sobre la educación en valores que estamos transmitiendo de generación en generación y se me ocurren acciones educativas enfocadas desde el punto de vista de la prevención que también son efectivas y duraderas y no debieran de estar reñidas con las medidas de limitación del acceso, control y sanción, que suelen proponer gobiernos más conservadores. Porque la verdad, que el evento gratuito el día 17 a las 19h en el Oscurico sobre las Lavanderas, solo es una pequeña acción de todas las que se pueden hacer con respecto al tema (concursos de fotografía, exposiciones más largas y duraderas con fotografía antigua, charlas escolares, repetir la ruta de los lavaderos e incluirla como una más entre las que que tiene nuestro pueblo, coloquios para reflexionar sobre la evolución del papel de la mujer en nuestra sociedad…).

Antes de despedirme, no puedo dejar de agradecer a aquellas personas que me han apoyado a título personal, y me han facilitado herramientas como por ejemplo el equipo de sonido, así como el apoyo incondicional de mis amigas Ana y Mariana que ‘han pringado’ conmigo y me han sostenido en los momentos más vulnerables de este proceso. Sin olvidar la disponibilidad, facilidad y apertura que me ha proporcionado Sergio Galarza como Concejal de Patrimonio a la hora de organizar el evento.

En definitiva este viaje al pasado, me ha llevado a descubrir que pese a que Buñol tiende a los bandos (Litros-Feos, Ventas-Pueblo…) el deseo de recordar, recuperar y mejorar los lavaderos como patrimonio de nuestra localidad es algo que nos une. Sin más preámbulo deseo que la vecindad haga de este evento un tema recurrente que nos lleve a una mejor conservación de nuestro patrimonio y al reconocimiento del trabajo invisibilizado pero necesario, que las mujeres han llevado a cabo históricamente, y así que en conjunto hagamos…

¡Que el tiempo no borre la memoria!

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