Fallen Leaves: el amor en pocas palabras en Vivir de Cine de Buñol

Vivir de Cine 2024 se acerca a su fin, a falta de la sesión de cortos “La Noche Más Corta” que tendrá lugar el 20 del mes que viene en la Sala Raga

Juan Luis Pallás, Ángel Ramiro y Roberto Zanón.- Ayer pudimos ver en Montecarlo el último largometraje: “Fallen Leaves”, escrita y dirigida por el célebre Aki Kaurismäki. Las opiniones sobre este cineasta son muy diversas. Es muy apreciado en festivales, particularmente en Cannes, pero hay quien encuentra que sus películas son desconcertantes, entre otras cosas porque sus personajes suelen ser parcos en gestos y palabras. Y esta ha sido la opinión de algunos espectadores al salir de ver “Fallen Leaves”.

Algunos fans de Kaurismäki argumentan que la rigidez de sus personajes es propia del universo personal del director, en otras palabras: marca de la casa. Ahora bien, esto no es tan extraño si tenemos en cuenta que estamos hablando de un finlandés. Y los finlandeses, de alguna manera… son así. Son nórdicos, claro, pero es que no todos los nórdicos son iguales. Los de Finlandia tienen la fama de ser los más callados e introvertidos. En Suecia se suele contar este chiste: se encuentran dos finlandeses por la calle y uno le dice al otro “¿te apetece que nos compremos una botella de vodka y nos la bebamos en mi casa?”, y el otro contesta “Bueno”. Entonces, sin decirse más, van a una licorería y se compran la botella. Van a la casa, se sientan, abren la botella y proceden a bebérsela. Todo esto que ninguno de los dos pronuncie una sola palabra. Finalmente, cuando no queda más vodka, uno de ellos rompe el silencio diciendo “Bueno, ¿y cómo te va?”. Y el otro, irritado, contesta “¿Pero hemos venido a beber o a hablar?”

En el chiste ya han aparecido tres elementos de Kaurismäki que se ven la película: la parquedad en palabras, la socarronería y la afición al alcohol. Otro rasgo típico es que sus personajes suelen ser de clase trabajadora, gentes humildes pero dignas, y que saben usar la paciencia para ir superando las adversidades. Y de adversidades va la cosa, porque esta es una historia de amor, y en las historias de amor, al menos en las buenas, no todo sale bien a la primera. La pareja protagonista tendrá que perseverar para superar los obstáculos que van surgiendo y así poder unir sus vidas.

Todo esto se cuenta de forma sencilla, que no es lo mismo que simple, porque cuando no se habla mucho, las pocas palabras que se dicen cobran mucha importancia, así como los pequeños gestos, las miradas… Con todo eso ya basta para contar la la historia en esta agradable película, que además tiene toques muy divertidos, en especial por parte de algún secundario. Todo ello está puesto en escena de forma muy cuidada y con una esmerada fotografía, dejando al espectador muy buen sabor de boca, la sensación de haber visto algo cotidiano y, a la vez, muy especial. Y así es como el público de Vivir de Cine la ha premiado al final con un sonoro aplauso.

Curiosidad: desde la pandemia, no ha faltado una película nórdica en el Vivir de Cine. En 2021 pudimos ver “Otra ronda” (Dinamarca); en 2022, “La peor persona del Mundo” (Noruega); en 2023, “El triángulo de la tristeza” (Suecia) y este año ha tocado Finlandia. Vamos, ni hecho aposta. Solo nos queda Islandia ¿tal vez en 2025?

Aquí os dejamos algunas imágenes de la clausura, de la mano de David Avilés:

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.