Las vecinas y vecinos han remitido un escrito a esta redacción
Redacción.- Están a punto de cumplirse tres años del derrumbe del muro de la Calle Moratín en Buñol. Las vecinas y vecinos de la Asociación de Vecinos y Amigos del Barrio Antiguo de la localidad han aprovechado la trágica efeméride para recordarla con este texto que les ofrecemos a continuación:
En agosto de 2022 se hundió el muro de la calle Moratín. Tres años después seguimos mirando el mismo pegote de hormigón, como si Buñol no mereciera nada mejor. Un bloque gris plantado en pleno casco antiguo, frente a un castillo medieval que debería ser orgullo y no vergüenza.
Ese muro es el símbolo de la dejadez. Es la prueba de que nuestro barrio no importa. Vecinos expulsados de sus casas, calles abandonadas, promesas que nunca llegan. ¿Y la solución? Dejar el hormigón como si fuese parte del paisaje.
Desde la Asociación del Castillo decimos claro:
Ese muro no se queda.
Queremos vida en el barrio: un parque, bancos, una fuente, lo que sea, pero no más abandono.
Exigimos que los próximos presupuestos tengan una partida real para recuperar Moratín y todo el casco antiguo.
No vamos a aceptar que nos digan que “no hay dinero” mientras se gasta en otras zonas. No vamos a aceptar que se nos condene al olvido. No vamos a aceptar que nuestro casco histórico, lo más valioso que tiene Buñol, se convierta en un decorado en ruinas.
Y no solo gritamos por nuestro barrio. También gritamos contra el genocidio que se está cometiendo en Palestina. Callar ante eso es ser cómplice. Buñol siempre ha sido un pueblo solidario y rebelde, y no vamos a taparnos los ojos ahora.
Por eso, junto a la pancarta de “Vergüenza y esperanza”, estará la bandera palestina. Porque sentimos vergüenza de este muro, vergüenza del abandono, vergüenza del genocidio. Y porque seguimos teniendo esperanza en qs la lucha sirve y que los pueblos unidos nunca se rinden.
