Cóctel de ficción para pasar este verano

Hola de nuevo, seriéfil@s. Después del –en opinión de quien escribe– decepcionante final de Juego de Tronos, vamos a necesitar llenar ese enorme vacío que en todo caso deja la monumental serie de HBO. Por eso, os traigo tres títulos –dos de ellos todavía en marcha y un tercero ya cerrado– que sin duda os harán más llevadera la ausencia hasta que llegue lo próximo de HBO basado en otras historias del universo fantástico creado por George R.R. Martin. 

La primera de ellas es Outlander, una superproducción británico-estadounidense del canal STARZ basada en las saga de novelas “Forastera” de Diana Gabaldon. Se trata de una serie que combina  a la perfección el drama con lo histórico, lo fantástico y lo sobrenatural. La protagonista principal, Claire Randall, es una enfermera de combate de la II Guerra Mundial quien, tras el fin de esta, durante un viaje a Escocia junto a su marido historiador se ve transportada al pasado a las Tierras Altas de la Escocia de mediados del S. SVIII. Allí conoce a Jaime Fraser un joven de uno de los clanes y se enamoran perdidamente. Lo que puede parecer un simple culebrón de amor romántico acaba siendo una trepidante serie de aventuras de una pareja que se ve envuelta en las revueltas jacobitas de la Escocia de la época, sufriendo la brutalidad de los casacas rojas, participando de las intrigas de la Francia de la época, o de la época convulsa previa al levantamiento de los colonos norteamericanos en la guerra de la independencia, etc. Todo ello envuelto en una misterioso lugar que otorga la capacidad de la protagonista de viajar en el tiempo y que desencadena una vorágine de sucesos que pueden marcar el devenir de la historia. La serie tiene un formato muy cinematográfico y el ritmo es diferente al de las series actuales, dando una sensación de puro entretenimiento que tenían esas primeras grandes series que veíamos de pequeños los que ya pintamos canas. Tiene una cuidadísima puesta en escena, magistral banda sonora, excepcional fotografía y un rigor histórico que sirve como un perfecto escenario para desarrollar la intensísima historia de amor entre Claire y Jaime. La protagonista de la serie, interpretada magistralmente por Caitriona Balfe, gustará al publico feminista, pues rompe con muchos chichés del amor romántico y tiene un poderío y una fuerza que eclipsa a todos los varones rudos y machos que se encuentra en cada época a la que viaja. De momento, Outlander cuenta con 4 temporadas. Dos de ellas las tenéis en Netflix. Las otras dos las tendréis que buscar en la red de redes. No dejéis de verla. 

En segundo lugar, os quiero hablar de un título que nada tiene que ver con el anterior. Apuntaos el nombre de Counterpart, una serie que promete, y mucho. Por no fastidiaros demasiado el argumento, imaginaos esto: un mundo que, tras un experimento en la Alemania de la RDA, se desdobla, formándose dos realidades paralelas que no evolucionan de la misma forma y que están conectadas por un túnel en la ciudad de Berlin. Dos agencias que controlan cada uno de las dos dimensiones y sicarios, espías, muchos espías y muchos secretos que ocultar, empezando por la existencia de las dos dimensiones. Destaca sobremanera el trabajo del oscarizado actor J.K Simmons en el papel protagonista quien, obviamente, realiza dos papeles, como casi todos los personajes que van apareciendo con sus dos respectivos yos. En una trama que combina la ciencia-ficción, el espionaje, y los conflictos de intereses entre dos mundos iguales y a la vez diferentes, Counterpart te atrapa desde el primer episodio. La construcción de los personajes es perfecta destacando la interacción y las situaciones que se producen entre los dobles de cada mundo, que son el ingrediente perfecto para una buen Thriller de espías. A pesar lo que pueda parecer, no es una serie complicada de entender, ni retorcida. Avanza con buen ritmo y en ningún momento se hace aburrida. Sus, por ahora dos temporadas podéis encontrarlas en HBO. Os molará seguro. 

Y para acabar, vamos con una serie que ya está cerrada: The Newsroom. Un pedazo de serie que he acabado hace poco y que recomiendo especialmente a l@s estudiantes de periodismo, esa profesión tan bonita pero hoy día tan maltratada y denigrada por culpa de las fake news, la precariedad laboral,  los pseudoperiodistas, los tertulianos y demás terroristas-mercenarios de la información a sueldo de gobiernos y corporaciones donde lo que prima son los intereses partidistas, los dividendos de los accionistas y NUNCA el interés general.  Precisamente de esto último es de lo que habla The Newsroom; de recuperar el motivo por el cual nació el periodismo y por la función que debería cumplir: la vocación de servicio público y de llevar la información sin sesgos, con rigor, sin sensacionalismos a todos los hogares del mundo, con el único objetivo de que todas podamos conocer más y mejor el terrible mundo en que nos movemos y así poder formarnos una nítida idea de todo lo que está mal y de qué podemos hacer para cambiarlo. Casi nada. 

The Newsroom aborda esta idea desde la redacción de un canal de  noticias de TV que, a instancias del director de la cadena, decide cambiar el rumbo y ofrecer la actualidad informativa desde un enfoque radicalmente diferente al circo mediático de mentiras, manipulaciones y sandeces que nos ofrecen hoy en día las parrillas informativas de los noticiarios televisivos. Un nuevo punto de vista que no presta demasiada atención a los índices de audiencia, al cabreo de los inversores o a los intereses partidistas y grupos de presión. A la vez, nos muestra las bambalinas de la redacción de un importante canal de TV –esas situaciones que no vemos y que se dan– conflictos, presiones, discusiones acaloradas, romances, chantajes, etc. y el día a día de la preparación de la escaleta de noticias que saldrá a las 22h de la noche. Esa pequeña revolución que inicia el director de la cadena, Charlie Skinner –extraordinariamente interpretado por Sam Waterstone–, contratando un nuevo equipo de producción, cuya productora ejecutiva –sensacional Emily Mortimer– tendrá que trabajar junto a su ex-pareja, un veterano, mordaz, pero venido a menos presentador –enorme Jeff Daniels– cuya relación va evolucionando desde lo personal a lo profesional, y vuelta al principio. The Newsroom no arriesga demasiado, no cuenta todo lo que pasa –alucinaríamos–, ni descubre todas las vergüenzas que existen en la edición y redacción de noticias de cualquier canal de TV; pero sí ofrece una ligera idea de cómo deberían ser las cosas si, como parece todavía para muchos, la TV puede ser una herramienta para informarse y no como es en la actualidad, un instrumento de distracción y alienación masiva. Aunque no tengo ninguna esperanza en esto último, The Newsrroom cree que sí y por momentos casi te convence de ello. Toda la serie esta escrita por Aaron Sorkin, cuya categoría demostrada en guiones de otras series y pelis está fuera de toda duda. Es su manera magistral de contar historias personales y dotarlas de emoción bajo ese contexto que os he descrito, la que te engancha después de cada capítulo. Los que sientan, como yo, esa particular adicción a la información y ejerzan ocasionalmente el periodismo diletante en blogs, redes sociales, etc., van a disfrutar un buen rato con las tres temporadas. Las podéis ver en HBO. No os defraudarán. Nos vemos en el próximo episodio.

Jose Guerrero Moliner
aFICCIONado

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.