Como definir bien los propósitos del nuevo año

Ya está aquí el año 2023, con sus 365 días para escribir nuevas historias de vida. Un comienzo que nos invita a hacer cambios que nos ayuden a mejorar; metas que queremos alcanzar antes de que acabe el año.

Somos responsables de nuestra vida y el futuro empezamos a construirlo hoy, en el presente. Un presente que tiene mucho que ver con las decisiones que tomamos en el pasado. ¿Recuerdas tus propósitos para 2022? ¿Cuántos has cumplido?

Tras la resaca de las comilonas navideñas nos llenamos de buenas intenciones relacionadas con aquellos cambios que creemos necesarios para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra mente se encarga de recordarnos todos los «tengo que…» y «debería…» que tenemos pendientes, a saber desde cuándo, y que aún no hemos conseguido hacer. 

Algunos de los propósitos más comunes son: empezar alguna dieta o cambiar los hábitos alimenticios, apuntarse al gimnasio, aprender inglés, ahorrar para hacer un viaje o para comprar una casa, leer más, viajar más, visitar más a la familia o a los amigos, pasar más tiempo con los hijos, mejorar la comunicación, conseguir un trabajo o cambiar de trabajo, dejar de fumar, beber más agua y menos bebidas alcohólicas o azucaradas, usar menos el móvil… la lista puede ser interminable.

Quizá uno de los motivos por los que no solemos alcanzar los objetivos planteados es porque no dedicamos el tiempo necesario para formularlos bien. Es importante reflexionar sobre lo que queremos, indagar en el por qué y el para qué queremos hacerlo y reconocer, con honestidad, qué es lo que nos impide hacerlo.

No es cuestión de falta de voluntad, es cuestión de falta de estrategia y compromiso con uno mismo. 

La mente es especialista en divagar, en hacer castillos en el aire y  en saltar de un pensamiento a otro. Te recordará que no vas a poder, que ya lo has intentado muchas veces y que no ha funcionado. Puedes decirle «basta» y recuperar tu poder de decisión. Si quieres hacer algo, hazlo, y si no, deja de decir que quieres hacerlo, el intento sólo es un acto fallido.

Prueba a seguir estos consejos y comprueba los resultados:

1.- Sustituye el «tengo que» y el «debería» por «quiero» y haz una lista de lo que quieres hacer: Coge papel y lápiz y escribe tus propósitos, será como hacer una foto a tus pensamientos. El lápiz te permite borrar y reescribir hasta estar seguro de haber escrito lo que quieres. Escoge propósitos reales, que tengan que ver con tu estilo de vida y con tus necesidades. Recuerda que «tengo que» y «debería» suenan a obligación y «quiero» suena a diversión, a deseo, es más ligero y motivador.

Haz una buena formulación de tus objetivos siguiendo los pasos siguientes:

– Formúlalo en positivo, di lo que quieres, no lo que no quieres «yo quiero…», «yo voy a hacer…»

– Asegúrate de que empiece y sea controlado por ti. Por ejemplo, decir «quiero que me den trabajo» no depende de ti, en cambio decir «quiero causar una buena impresión en la entrevista para que me contraten» sí que depende de ti.

– Pon un plazo de tiempo para alcanzar tu objetivo, teniendo en cuenta los recursos que tienes y los que necesitas para alcanzarlo. A veces el tiempo es la clave para que el objetivo sea o no adecuado.

– Tener buenas evidencias en el camino y en la meta es muy importante para alcanzar tu objetivo. Piensa qué es lo que vas a ver, oír y sentir, qué te hará saber que vas por buena dirección. ¿Cómo sabrás que has alcanzado tu objetivo?

– Determina bien el contexto humano: dónde, cuándo y con quien vas a alcanzar tu objetivo.

– Ten en cuenta la ecología del objetivo: ¿qué consecuencias va a ocasionar, en tu vida, conseguir ese objetivo? ¿Va a generar una buena respuesta por parte de las personas importantes en tu vida? Es importante chequear las consecuencias de alcanzar ese objetivo. Anótalas.

– Haz un inventario de los recursos, internos y externos, que tienes para alcanzarlo.

– Haz un inventario de las limitaciones, internas y externas, que tienes para alcanzarlo

– ¿Qué estrategia vas a utilizar para conseguir el objetivo? ¿Cuál va a ser el primer paso? ¿Y el segundo?… Y si no resulta, ¿qué alternativas tienes? Piensa en un plan B y C. Es interesante tener preparado un plan B y un plan C porque si tienes varios caminos para llegar a un lugar las posibilidades de hacerlo aumentan.

Se ha comprobado que el hecho de escribir el objetivo que deseamos aumenta las posibilidades de alcanzarlo porque aumentan las conexiones neuronales respecto al objetivo, lo que hace que estemos más conectados con él porque llevamos nuestra atención general ahí, favoreciendo que percibamos mejor las oportunidades para alcanzarlo.

Para poder percibir las oportunidades es necesario estar sintonizado con el objetivo. Es como una radio, hay emisoras que se sintonizan mejor que otras y que se escuchan con mayor claridad. Trabajar con un objetivo hace que tengas una antena mejor. Si trabajas con el objetivo empiezas a ver las cosas relacionadas con ese objetivo, se produce una conexión. Se trata de crear más y más conexiones respecto a ese objetivo.

A veces estás tan pendiente del objetivo que no lo alcanzas, hay que encontrar un equilibrio. Es interesante definir lo que en realidad quieres. Pensar en tu objetivo te ayuda a ver más claro lo que quieres conseguir.

Si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces estás peor que antes, así que si lo deseas puedes empezar por hacer un pequeñito cambio, un pequeño pasito, y después otro y otro, y cuando te des cuenta estarás corriendo libre en dirección a tu meta.

Recuerda que en la vida estamos continuamente eligiendo, y si no eres tú quien elige otros lo harán por ti. ¿Te atreves a ser tu quien elija y a conseguir lo que quieres? «Lo has imaginado, lo has creído, lo has creado»

2.- Lee, uno a uno, cada propósito de la lista y contesta a las siguientes preguntas. Te ayudará a descubrir dónde puede estar la causa que impide que pases a la acción:

a) Del 1 al 5, ¿cuánto es importante y deseado para ti?

b) Del 1 al 5, ¿cuánto  es algo posible para ti? 

c) Del 1 al 5, lo que tienes que hacer para alcanzar tu objetivo, ¿cuánto es adecuado para ti y para tu familia?

d) Del 1 al 5, ¿cuánto  te sientes capaz de conseguirlo?

e) Del 1 al 5, ¿cuánto  mereces alcanzar tu objetivo?

A veces escogemos objetivos que no son realmente importantes para nosotros y si los propósitos para 2023 no son realmente tus propósitos difícilmente conectarás con la motivación necesaria para llevarlos a cabo.

3.- Reflexiona sobre por qué y para qué quieres hacerlo. Escríbelo.

4.- Escribe qué te impide hacer lo que quieres hacer.

5.- Identifica los criterios de elección de tus propósitos. Cada vez que hacemos una elección utilizamos un criterio (pautas conscientes o inconscientes) que nos ayuda a tomar la decisión. Los criterios van cambiando a lo largo de nuestra vida dependiendo del contexto, el tiempo y las experiencias. Se ordenan dentro de nosotros en una jerarquía de importancia. Cuando hay cosas que queremos cambiar y no lo conseguimos es porque hay criterios superiores que nos impiden realizar lo que queremos. Por ejemplo, si queremos ir al gimnasio para mejorar nuestro aspecto y no vamos porque estamos cansados, el criterio «descanso» es jerárquicamente superior al criterio «mejorar nuestro aspecto» y por eso nos quedamos en el sofá. Es interesante conocer nuestra jerarquía de criterios porque tienen que ver con pasar o no a la acción. 

6.- Elige la estrategia que vas a seguir: ¿Cuál será tu primer paso? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero? Y si no funciona ¿qué harás? Cambia la estrategia, no el objetivo.

7.- Diviértete mientras alcanzas tu objetivo: el aburrimiento es señal de que lo que estamos haciendo es realmente irrelevante o intrascendente para nosotros así que nuestra cabeza nos llevará a otro lugar y nos invitará a cambiar de actividad.

Hay una tendencia en nosotros a hacer lo que hacemos siempre. La rutina nos da seguridad porque no hay que pensar cómo hacer las cosas. Cualquier cambio, por pequeño que sea, requiere cierto nivel de esfuerzo porque hay que soltar el automático y activar la atención para poner dirección hacia nuestro destino. 

Intención, perseverancia, paciencia y mucho amor, son los ingredientes necesarios para  alcanzar el éxito.

El aprendizaje viene siempre de fuera, si lo tuviéramos dentro ya lo haríamos, así que si tú sólo no sabes como hacerlo, pide ayuda a quienes ya saben como se hace.

Deseo que en 2023 puedas hacer realidad tus propósitos. 

Blanca Marzo Zanón
Coach de vida

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