La manera más correcta y saludable de perder peso es la combinación de dieta y ejercicio. ¿Por qué? Por diferentes motivos, los cuales voy a ir explicando poco a poco.
En primer lugar hay que tener presente lo que es nuestro metabolismo basal y como le afecta la dieta, la reducción de ingestas a lo largo del día, y la pérdida o ganancia de musculatura.
Nuestro metabolismo basal es la cantidad de calorías que quemamos a lo largo de un día sin contar la actividad física. Cuanto mayor sea nuestro metabolismo, mayor facilidad tendremos para perder peso y mantenerlo de manera fácil. Por lo tanto, esto quiere decir que es la cantidad de calorías que quemamos por respirar, por los movimientos de los latidos del corazón, por el trabajo que continuamente están realizando nuestras células, el trabajo que realiza nuestro aparato digestivo para realizar las digestiones de los alimentos… esto es aproximadamente el 75% de las calorías que quemamos a lo largo de un día. Con esta información ya podemos entender la importancia de mantener un buen metabolismo basal.
Al realizar una dieta de adelgazamiento, como consecuencia, hay una pequeña perdida de proteínas. Con esto quiero decir que se pierde un poco de musculatura, y esto es algo que nunca deberíamos de permitir. ¿Por qué? Porque los músculos están compuestos por células y, como he nombrado anteriormente, el trabajo de ellas también contribuye a nuestro gasto metabólico. Si hay menos células, hay menos trabajo celular y, como consecuencia, quemamos menos calorías y habrá más dificultad para la pérdida de peso y su posterior mantenimiento.
Este es uno de los motivos principales para realizar ejercicio mientras que se hace dieta, para evitar la pérdida de musculatura y tener facilidad en quemar calorías, además de que luego, cuando se llega al peso deseado, sea fácil mantenerlo.
Si, además, sumamos que la única forma que existe de quemar grasa es realizando ejercicio –no existe ningún alimento ni ningún tipo de dieta que queme grasa–, aquí ya tenemos dos muy buenas razones para incluir el ejercicio durante la dieta y, por supuesto, luego mantenerlo.
Otro factor que hace que nuestro metabolismo disminuya es la reducción de las ingestas y de los alimentos. Si reducimos las ingestas o reducimos en exceso las cantidades de lo que estamos comiendo, nuestro cuerpo actúa defendiéndose. ¿Cómo? Reduciendo el gasto metabólico (el metabolismo basal). Lo disminuye todo lo que puede para ahorrar energía. Es entonces cuando ocurre el típico problema de las personas que dicen que no comen casi nada a lo largo del día y aun así engordan. Normal, han obligado a su organismo a reducir drásticamente las calorías que consume para poder sobrevivir y por ello, por muy poco que coman, siempre van a engordar.
¿Cuál sería la solución? Muy fácil, realizar 5 comidas al día, 3 importantes, que son el desayuno, la comida y la cena, y dos tentempiés, que son el almuerzo y la merienda. La cantidad ingerida en cada toma debe de ser la cantidad justa que necesitemos. ¿Cómo saberlo? Muy fácil, masticar despacio nos ayuda a conocer nuestro punto de saciedad y así podemos saber si hasta ahora hemos estado comiendo de más o de menos. No hay que levantarse de la mesa después de comer con hambre ni con una sensación de no poder moverte de la hinchazón de la comida, hay que saber buscar el punto intermedio.
Con este artículo pretendo que se vea la importancia del deporte mientras realizamos una dieta de adelgazamiento, haciendo hincapié en la importancia del metabolismo basal, aunque también, como he dicho antes, para quemar grasa solo se puede lograr mediante ejercicio físico. En próximos artículos hablare de qué le ocurre a nuestro cuerpo al realizar una dieta junto con deporte.
Sonia Morató Ramírez
Nutricionista