Hace unas semanas recibí la grata noticia de poder formar parte de la edición de marzo, tratando el tema de cine y mujeres empoderadas. Tras reflexionar acerca de qué aspecto resaltar en relación a ello, me decanté por las grandes olvidadas: las directoras de cine. Tras consultar varios libros al respecto me sentí decepcionada e impactada, debido a la falta de información acerca de sus trabajos y sus aportaciones. Es por ello que quiero aprovechar esta oportunidad para alzar la voz por cada una de ellas en un ejercicio de memoria histórica y es aquí donde inicio mi conjunto de cineastas imprescindibles:
Alice Guy-Blaché no solo fue la primera mujer en rodar una película, sino que también fue la primera mujer productora, la primera en tener su propio estudio y la primera en realizar cine narrativo y de ficción. Sí, su Magique fue rodada en 1898, 4 años antes que Méliès y su Viaje a la luna.
En contraposición, Lois Weber, de la productora Universal, llegó a ser la directora mejor pagada del cine mudo. En sus films, trabajó temas como la discriminación femenina o el aborto. Actualmente, continúa siendo considerada la cineasta más importante de EE.UU. Y estamos hablando de 1914. En estos 100 años, ninguna mujer ha llegado a cobrar un salario equivalente al suyo –cinco veces mayor que el de sus compañeros– , ni ha recibido las mismas condiciones y libertades por parte de un estudio.
Pasando al cine sonoro, en 1929 encontramos a Dorothy Arzner, la directora más fructífera de un estudio en EE.UU. Y eso que sólo acreditó 25 producciones. Su obra recibió gran atención debido a su fuerte crítica hacia los estereotipos femeninos predominantes en la época, decantándose por el rol de mujer independiente.
Realizando un salto temporal hasta 1943, merece especial mención Maya Deren, quien trabajó en el ámbito del surrealismo, además de ser una pionera del cine experimental, totalmente al margen de la industria hollywoodiense, a quienes siempre les reprochó su academicismo.
Pasarían casi 50 años hasta que una mujer cineasta fuese nominada a los premios Oscar, siendo Lina Wertmüller, en 1977 por Pasqualino Settebellezze. Película italiana que, desgraciadamente, perdió la estatuilla en favor de Rocky, de Avildsen. Otras tantas sufrirían las mismas consecuencias, siendo cinco las nominadas hasta hoy. Sí, cinco cineastas en 89 años. Además de Westmüller habría que añadir a la lista de nominadas a Jane Campion (1994) por El piano, Sofía Coppola (2004) por Lost In Traslation o Kathryn Bigelow (2010) por En tierra hostil, siendo esta finalmente vencedora. Tan solo pasaron 81 años para que una mujer ganase un Oscar. Todo un hito. Esperemos que en la próxima gala sea Greta Gerwig quien se alce con el premio por Lady Bird y no tengamos que esperar otros 80 años.
No son los únicos premios que, al parecer, consideran menos importantes, impactantes o insuficientes los trabajos de las mujeres cineastas. En los 74 años que llevan en activo los Globos de Oro, tan solo cinco mujeres han sido nominadas, siendo una la ganadora. Sí, cinco de nuevo. Increíble. Entre ellas encontramos a Ana DuVernay, Kathryn Bigelow, Sofia Coppola, Jane Campion y Barbra Streisand quien finalmente se alzó con el premio en 1984 por Yentl. Hace ya 34 años.
Si pensamos en premios nacionales, he de decir que los Goya están un poco más avanzados, siendo hasta 15 las ocasiones en que mujeres cineastas han sido nominadas en 32 años, ganando en cuatro ocasiones, repartidas entre Pilar Miró, Icíar Bollaín e Isabel Coixet. Parece que ha llegado el momento de que sea EE. UU quien siga nuestro ejemplo.
Nora Gómez Gómez
Cinéfila empedernida