En el año 2014 se refundaba el Club de Atletismo Correores de Buñol gracias al interés de un nuevo grupo de aficionados al running, aunque continuaban algunos ilustres, como nuestro campeón y ejemplo, Ramón Ginés. Por entonces yo jugaba en los veteranos de fútbol, y como buen amante del balón –siempre he jugado al fúbol sala–, odiaba correr. Mi mujer, Nieves Carrascosa, se apuntó sin pensarlo.
El 28 de septiembre de 2014 Nieves y nuestra amiga Jeny Mas se apuntaron a su primer trail, el 2º Trail de Ribarroja del Turia. Corrieron la modalidad más corta, la de 12 km., y acabaron subiendo al podio compartiendo la 2ª y 3ª posición femenina. Acabaron encantadas, recomendándome la experiencia y yo insistí en que me veía incapaz de correr 12 km. seguidos…
En noviembre de ese año, en el 4º Trail Villar del Arzobispo, ya se había formado un grupo de 7 u 8 corredores del club que se habían interesado por eso de correr por la montaña. A mí, tengo que reconocerlo, como espectador, me encantó el ambiente, porque siempre se corría en pueblos pequeños, con no demasiados participantes y con un buen rollo especial entre ellos, nada que ver con los eventos multitudinarios que rodean a las carreras de asfalto. Un día, se me ocurrió salir a entrenar con Nieves y Jeny. Descubrí la Torre Vigía –qué dura es– y descubrí que correr por la montaña no era lo mismo, era más como un juego, mucho más entrenido, y los kilómetros y los minutos pasaban mucho más rápidos. Además, todo hay que decirlo, mis rodillas no sufrían tanto como en asfalto.
En marzo de 2015 fuimos por primera vez al Circuito Trail Valencia, a Gestalgar, y ya éramos una horda importante de traileros en el club, con unas pintas un poco de novatos, todo hay que decirlo. Mondúber, Cortes de Pallás, Quesa… la llama ya estaba encendida y no se volvería a apagar.
Ese año el C.A. Correores organizó la II Carrera Solidaria –la I Solidaria fue cosa de Laguna Martínez, hoy nuestro presidente– y colaboró en la de Ferias. Dentro de las personas más activas del club en cuanto a organización hay muchas aficionadas a correr por la montaña, por lo que la posibilidad de organizar el I Trail de Buñol se planteó y no fue muy difícil volcarnos en ello. La fecha, el 18 de octubre. Y detrás un trabajo duro y complicado, ya que no teníamos demasiada experiencia en la organización de una carrera y el tiempo se nos echaba encima.
Entre todos, aunque destacando un poco Pablo Roca, diseñamos dos circuitos, como suele haber en casi todas las carreras de montaña –las más importantes pueden tener hasta cuatro o cinco–. El sprint-Trail contaba con 13 km., mientras que la prueba reina superaba los más habituales 21 km. de la mayoría de trails para alcanzar los 26 km., todo un desafío para el corredor aficionado.
El circuito me encanta, tiene de todo y es bastante corredero. Paseo por las zonas más emblemáticas del pueblo, como el Castillo, sendas, terreno técnico, el paso por el Dique, el puente natural, La Jarra, el monte La Cruz, el Ciprés… Es un circuito diseñado por aficionados al trail, que saben lo que quieren y le sacan el mayor partido al terreno del que disponen. La práctica del trail me permitió, por cierto, descubrir las montañas de Buñol, y empezar a apreciar un poco más el placer de la naturaleza en estado puro. Aún todavía conozco gente que, animada a correr el trail, se sorprende al conocer el recorrido, y que ese terreno estuviera aquí, en nuestro pueblo, toda la vida, esperando a descubrirlo.
Han pasado cinco años y el 27 de octubre celebramos nuestra quinta edición. El recorrido es prácticamente el mismo, salvo alguna pequeña excepción, siempre intentando mejorarlo. Ahora el sprint ronda los 14 km. y el trail supera los 27, y el año pasado añadimos la caminata no competitiva, que cuenta con 10 km. y que ha sido recibida con gran aceptación. Hemos aprendido mucho todos estos años y hemos ido mejorando la organización, siempre con el fin de ofrecer la mejor experiencia para el corredor. Hemos tenido ediciones más y menos numerosas, pero en general nuestra carrera ha sido bien aceptada y se ha consolidado en el calendario valenciano como una buena opción.
También nosotros, los aficionados al trail del club, hemos evolucionado, y mucho. Ahora somos más, casi todos hemos pasado por entrenamientos adaptados a nuestros objetivos, somos un poco friquis de todo lo relacionado con este mundillo (grandes campeones, carreras importantes, material específico para el trail…), hemos conocido todo tipo de escenarios, hemos compartido nuestras vacaciones familiares alrededor de una carrera, con especial mención para el Gran Trail Aneto-Posets, donde llegamos a juntarnos hasta cuarenta Correores, hemos sufrido corriendo y hemos sufrido animando a nuestros compañeros… El logo de la cabra ya forma parte de nuestros corazones.
Así que, sí, al final sí he sido capaz de correr 12 km. Este verano, en Navarra, en la Nafarroa Xtrem, corrí mi carrera más larga, 33 km., junto a Nieves. No creo que vuelva a alcanzar tanta distancia, soy más de 12 o 13, correr más de tres horas se me hace pesado, pero sí quiero reflejar aquí mi admiración por mis compañeros, Darwin, Pablo Roca, Marcos, Miguel, Cristian y, como no, Nieves, a quienes toda distancia se queda corta, y que, habiéndoseles quedado en fáxil la distancia de maratón, están encantados de enfrentarse a la ultradistancia, 60 o 65 km. Increible. Y para 2020 les espera un reto mayúsculo, celebrar los 50 años de Darwin corriendo los 105 km. del Gran Trail Aneto Posets.
No quería escribir este artículo dando datos y más datos sobre el trail de Buñol, así que he decidio contaros mi experiencia con la montaña y como el quinto aniversario de nuestro querido trail ha servido también para cambiar mi vida, para descubrir mi amor por la montaña –no puede pasar un año sin visitar varias veces los Pirineos–, y para conocer gente maravillosa que me acompañará siempre.
Así que os espero el 27 de octubre en esta cita tan especial, ya sea como participantes en una de las tres modalidades, o como espectadores, en alguno de lo lugares tan especiales de nuestra querida montaña.
Manolo Marzo Zanón
“Correor” de montaña
