Instrucciones para ir de «torrá»

Por Vicent Marco
www.vicentmarco.com
(artículo traducido al castellano)

Una torrá no es una barbacoa, ni tampoco un asado, ni mucho menos una parrillada. Una torrá es todas y ninguna porque no se trata sólo de cocinar carne, es todo un compendio de nuestra cultura convertido en un hartán. 

Pero la torrá tiene sus normas, sus características especiales que vamos a intentar relatar para que no vayáis más perdidos que un vegetariano en medio de una torrá de chuletas.

Ubicación

Una torrá no se hace en «la terraza ajardinada», una torrá se hace en la caseta, en el campo, en el maset o en la barraca. Si hay una barbacoa de obra, no tienes más remedio que cocinar allí, pero con un trespié (patas de hierro) y unas parrillas puedes hacer fuego en el suelo. Ese contacto con la naturaleza le da un aire orgánico al tema que ya quisieran los hipsters de Central Park en New York City.

Vestimenta

Una torrá no es un acto social, es un acto rural. No hace falta ir «Dress code Smart Casual», el dress code o protocolo de vestimenta es mejor «pasquero gorrino». No hace falta arreglarse, ni maquillarse, ni ponerse el nuevo jersey, porque sabes que en una torrá: ropa que te metes, ropa que va a lavar. Porque si no acabas con olor a chimenea, no es una buena torrá.

Tipos de torrás

Hay tres modelos básicos de torrás:

1.- El modelo «cada uno pan de él», también conocido como «modelo adolescente»: «mañana tostamos en mi huerto, lleve cada uno su carne». Y los chavales llevan lo que buenamente pueden encontrar en el congelador de su casa, y después ya se van repartiendo trozos de tocino como si estuvieran pasándose un cigarrillo de la risa. Este sistema válido para los más jóvenes, queda desfasado en cuanto comienzan a ir las novias a la torrá.

2.- El modelo «compramos entre todos y pagamos la parte», también conocido como «modelo festejar»: cuando ya tocas 4 duros dejas de arrebatar el congelador familiar y te compras unas chuletas, las longanizas que te gustan tanto y una buena botellita de vino. Hay grupos que quedan el sábado y van en camarilla a comprar sus ingredientes. Otros quedan a comprar cada uno algo: «Mari el pan, Pepa la carne, Ana el embutido, Aurora el hielo, y Bárbara hará una torta de almendras… los hombres ya se encargarán del fuego y la bebida». Todo muy primitivo.

3.- El modelo «está invitado a mi casa» también conocido como «¡esto lo pago yo!»: hay que tener un amigo con casica propia (no de los padres), al que le va de categoría en el trabajo y tiene a bien invitar de vez en cuando en la pandilla a una torrá y así lagar en compañía. Estas torrás suelen tener vino del bueno, un promedio (chuletón) de a kilo y embutido selecto. Cuando te invita un «capitán moro» es muy importante llevar papas, cacaos y helados para quedar bien, ya que la carne, el vino y los postres delicatesen suelen ser responsabilidad exclusiva de quien invita.

Protocolo de la torrá

Antes de torrar:

– Hay que hacer la brasa. Pueden participar tantos hombres como sea necesario, pero habrá un encargado final de decidir si hay suficiente leña o no.

– La carne llega a la zona de fuego ya preparada en bandejas.

– Las parrillas se deben asar hasta que hayan perdido la mayor parte de la basura acumulada en anteriores torrás.

– La tertulia previa irá acompañada por el sonido del mortero de algún valiente que tira bien de brazo y se atreve a atar el alioli.

Durante la torrá:

– El cocinero tostador tendrá siempre cerca a un ayudante dispuesto a dar su opinión sobre la cocción de la carne, y a ayudarle manteniendo alturas las parrillas. Así como llevar todas las cervecitas o cosas que sea necesario para mantener al cocinero hidratado ante el calor de la brasa.

– El cocinero experimentado no dejará espacio libre en la parrilla, y nunca permitirá que ningún salchichón caiga y se pierda entre las brasas.

– La primera tongá de carne debe pillar a todo el mundo en mesa para que no se hiele. Y hay que tener todo listo para iniciar a continuación la siguiente ronda.

– Si alguien quiere el pan torrado es su responsabilidad vigilar que no se queme, no del encargado de la carne.

Momento de comida:

– Hay que dejar alioli para todos.

– Al cocinero se le guarda obligatoriamente una pieza de cada (rojo, blanco, morcilla…)

– Si está poco hecha, se vuelve a meter en el fuego y punto, sin renegar.

– Si se ha quemado la carne: se rasca, se añade más alioli y punto, sin renegar.

– Siempre es preferible que sobre verdete antes que sobre la carne.

Después del hartar:

– Quien ha cocinado jamás friega.

– Quien ha hecho el alioli tampoco friega, pero puede ayudar a recoger mesa.

– El dueño de la caseta será el encargado de decidir cuándo se levanta el campamento.

Cuestiones a tener en cuenta:

– Si hay hamburguesas no es una torrá.

– Si hay hot dogs tampoco es una torrá.

– Puede haber pinchitos morunos, pero si hay pinchitos de pollo tampoco es una torrá.

– Si además de tostar carne, torras verduras: seguro que los comensales han pasado ya la treintena.

– Si nadie se come el chorizo: seguro que los comensales han pasado ya la cuarentena.

– Si las longanizas son las primeras en agotarse: seguro que hay niños en la torrá.

– Si no hay tocino para tostar: seguro que la carne la han comprado las mujeres.

– Si nadie ha llevado mistela, casalla, orujo, pacharán…: la carne puede haber sido deliciosa, pero la torrá no será memorable.

– Si se juega a las cartas o al dominó después de la torrá: sienta mejor la carne.

– Si cuando eructas pegas un blafá de ajo que matas a las moscas: el alioli era casero.

– Si después de leer esto no te entran ganas de ir de torrá con los amigos: no tienes sangre, tú tienes horchata.

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