La reciente firma del convenio colectivo para la industria cárnica ha desatado un fuerte rechazo en Buñol por parte de Intersindical Valenciana, que califica el acuerdo alcanzado por UGT y CCOO como una «clara victoria para la patronal y una pérdida para la clase trabajadora». Según el sindicato, las principales reivindicaciones han quedado insatisfechas tras 325 días de negociaciones.
El acuerdo contempla un aumento salarial del 3% anual durante 2024 y 2025, sumando un total del 6% en dos años, muy por debajo del 10,6% exigido inicialmente. Además, la revisión salarial por el IPC estará limitada al 1%, lo que, según Intersindical, hará que los salarios pierdan poder adquisitivo ante una inflación elevada.
Otro punto crítico es la reducción de la jornada laboral. Aunque se pedían 48 horas menos anuales, el convenio solo reducirá 12 horas en 2025, quedando la jornada máxima en 1.750 horas anuales. Además, las demandas de incluir los 20 minutos de bocadillo como tiempo efectivo de trabajo y garantizar 15 días de vacaciones en verano también han sido desestimadas.
El sindicato asegura que este acuerdo se firmó «sin consultar a las trabajadoras y los trabajadores», y anuncia que entre el lunes y el jueves se realizarán asambleas informativas para explicar el impacto del convenio en la industria cárnica.
Beneficios empresariales en máximos mientras los salarios pierden poder adquisitivo
Los márgenes empresariales en España han alcanzado niveles récord en los últimos años, con un aumento del 64% entre 2018 y 2023, según datos económicos recientes. Sin embargo, este crecimiento exponencial contrasta con el estancamiento de los salarios, que han sufrido una importante pérdida de poder adquisitivo debido al impacto de la inflación y las negociaciones salariales limitadas al IPC.
Intersindical Valenciana ha criticado duramente la falta de referencias a los beneficios empresariales en las negociaciones colectivas lideradas por UGT y CCOO. Señalan que, en casos como el reciente convenio de la industria cárnica, se han desaprovechado oportunidades para incorporar medidas como una paga extraordinaria vinculada al EBITDA de las empresas, una propuesta que quedó en «papel mojado».
El sindicato también lamenta la eliminación de la cláusula de retroactividad en muchos convenios colectivos, lo que permite a las empresas retener ganancias que deberían haber compensado a los trabajadores. Además, cuestionan que las negociaciones sigan ajustándose únicamente a previsiones inflacionarias, ignorando los beneficios récord de muchas empresas.
Casos concretos, como el de la empresa Elaborados Frescos Delisano en Cheste, ejemplifican esta problemática. A pesar de sus resultados económicos positivos, los incrementos salariales reflejarán únicamente las condiciones del convenio sectorial, sin tener en cuenta los beneficios específicos de la compañía.
Intersindical defiende que las negociaciones salariales deberían incluir los beneficios empresariales como referencia, junto con el IPC, para garantizar una redistribución más justa. Señalan que una mayor presión sindical, como la registrada en el País Vasco, sería clave para lograr estos objetivos.