La escuela de doña Concha Pascual Ramírez

Concepción Pascual Ramírez nació el 2 de marzo de 1875, en Valencia. Era hija de Juan Pascual e Ibáñez, natural de Rillo (Teruel) y Vicenta Ramírez Húbeda, natural de Guadasèquies (la Vall d’Albaida). Estudió la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de maestras de Valencia, de forma que, a los 17 años, con fecha 18 de diciembre 1891, obtuvo el título de maestra de primera enseñanza superior.

Concepción Pascual Ramírez fue una mujer progresista, culta, abierta, valiente y emprendedora. La maternidad no fue un obstáculo insalvable para que pudiese desarrollar su carrera profesional. Como ciudadana, nunca rehuyó el compromiso político, originariamente, en el ámbito del republicanismo y del librepensamiento. Como maestra, optó por la renovación pedagógica, primero desde la escuela laica y, después, desde postulados racionalistas. 

Desconocemos los detalles de su vida entre los años 1892 y 1902, lapso de tiempo en el que se casó, tuvo dos hijas (Concha y Blanca Valero Pascual) y enviudó. En este último año, desempeñaba la dirección de la escuela de niñas de El Ideal, en Pueblo Nuevo del Mar (Valencia), una escuela laica emplazada en la calle del Rosario, n.º 149, donde estaba domiciliada la maestra. Permaneció en esta escuela hasta la finalización del curso 1907-1908, cuando, quizás, por mediación del maestro Vicente March Martí, estableció la Escuela Integral de Buñol (conocida como la Escuela Moderna). 

Ella misma gestionó la apertura de la escuela racionalista de Buñol, obtuvo subvenciones y asumió la dirección. Fue capaz de sacar adelante la empresa, a pesar de que el maestro con el que gestó el proyecto, Francisco Fuertes Antonino, tomó otros derroteros. En esta escuela, conoció a su nuevo compañero de trabajo, que se convertiría en el compañero de su vida, Manuel Villa Oubiña, profesor de la escuela de niños, con el que compartía el ideario racionalista.

La escuela fue clausurada en varias ocasiones, pero las dificultades no la amilanaron. Concepción Pascual Ramírez perseveró y consiguió su reapertura. La escuela se emplazó originariamente en la calle Espoz y Mina, n.º 13. En su ideario, declaraba que su finalidad era hacer personas (es decir, seres libres) y enseñar a vivir. A su juicio, la libertad constituye la esencia del ser humano: libertad en el cuerpo, en el uso de la inteligencia y en los sentimientos. Vivir da sentido a la existencia humana, que es plena cuando desarrolla todas las facultades y realiza todas las aptitudes (no sólo para uno mismo sino también para los demás). 

La escuela fue clausurada, junto con el resto de escuelas laicas, a raíz de la Semana Trágica. Posteriormente, reanudó su tarea docente en un nuevo local de la calle Sixto Cámara, n.º 31, casi en las afueras de la población, en la zona conocida como «El Barrio». La nueva escuela, por su ubicación, se abría a una gran extensión de terrenos cultivados, las llamadas «Huerta Abajo», «El Planell», etc. La huerta contigua al edificio se pensaba aprovechar para prácticas agrícolas, lo que permitiría apreciar el carácter general de los habitantes, en su mayor parte agricultores. Y, de este modo, se tenían en cuenta los principios pedagógicos que indicaban que la enseñanza primaria debía atender a las actividades que sirven de base a los vecinos del pueblo.

A consecuencia de la huelga revolucionaria de septiembre de 1911, en la que estaba implicado Manuel Villa, la escuela fue clausurada. Aunque María Concepción Pascual Ramírez había logrado reabrir la Escuela Moderna, con fecha 2 de octubre de 1911, el Capitán General envió la orden correspondiente al alcalde de Buñol para que esta se cerrara. A primeros de diciembre de 1911 reanudó sus actividades en el que sería su último emplazamiento, la calle Colón, n.º 7-2. No obstante, se hizo imposible la continuidad de Manuel Villa, de forma que, durante un tiempo, sólo funcionó la escuela de niñas y párvulos. Posteriormente, José Casasola se encargó de la escuela de chicos. Este maestro racionalista sólo trabajó en la Escuela Moderna de Buñol durante el curso 1914-15, pero su relación con la localidad persistió, colaborando con «El Eco de Buñol». 

Manuel Villa hubo de buscar una nueva escuela, en la localidad de Sueca. Allí, Manuel Villa asumió los ideales del socialismo, representados por el PSOE y la UGT. Esta enriquecedora etapa de su vida tuvo su contrapartida, pues se vio obligado a permanecer lejos de sus tres hijas y de Concha Pascual, precisamente, cuando una enfermedad mortal la acechaba. La temprana muerte de Concha Pascual –a principios del año 1919, cuando estaba a punto de cumplir 44 años– le sorprendió trabajando en su escuela de Buñol. Dejó tres hijas, la pequeña, Aurora Villa Pascual, todavía de corta edad. 

Federico Verdet Gómez
Director Instituto Estudios Comarcales La Hoya de Buñol-Chiva

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