La primavera y las alergias

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La primavera, esa estación que nos sugiere buen tiempo, bonitos paisajes y alguna que otra alergia primaveral. La más común es la alergia al polen: picor de ojos, mucosidad, estornudos… Si no se detecta puede desencadenar conjuntivitis, inflamación, fatigas y, sobre todo, la incomodidad de los síntomas.

Se suelen confundir con típicos constipados, pero en muchas ocasiones son reacciones alérgicas que deben tratarse con antihistamínicos y, especialmente, con mucha prevención. Si eres alérgico al polen atento a los siguientes consejos útiles:

• Identifica a que planta tienes alergia y cuando poliniza.
• Ventila la casa a primera hora de la mañana y mantén las ventanas cerradas de noche.
• Conviene llevar las ventanas del coche cerradas y evitar el ejercicio al aire libre.
• Utiliza gafas de sol.
• Pela y lava la fruta y verdura.

Ante la duda de alergia o posibles síntomas de un resfriado, conviene hacerse la prueba de la alergia, ya que 1 de cada 3 personas somos alérgicas a algo y no lo sabemos. Además, el examen de la alergia puede sorprendernos. Hoy hablamos de la alergia al polen, pero existen alergias tan raras como sorprendentes.

¿Sabías que existe la alergia al ejercicio físico? A priori podría ser la excusa perfecta para no practicarlo, pero existe y se manifiesta en un aumento de la temperatura corporal o la activación de otra alergia cuando se está en movimiento. No hay cura y las personas que la padecen deben ser tratadas y abstenerse de hacer ejercicio.

Parece que el dicho “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo” es muy cierto, como la mayoría de los refranes, y es que este invierno se ha hecho eterno y parece que el buen tiempo se resiste. Pues algunos estarán pasándolo mal, dado que también existe la alergia al frío. A quienes padecen esta alergia les aparece un sarpullido o ampollas en la piel al entrar en contacto con un clima frío, o bien al beber una bebida que esté demasiado fría. Se deben evitar los helados, las piscinas e incluso el ejercicio, ya que el sudor enfría la temperatura del cuerpo.

Somos lo que comemos, pensamos y hacemos cada día y no hay nada como conocerse a uno mismo.

Virginia Bartolomé Marzo
Redactora

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